La falta de liderazgo e ideario destroza al Bar?a
El club no renuncia a la Liga, a pesar de las lesiones de Neymar y Alba, que estar¨¢n unas cuatro semanas de baja
La derrota en Mestalla tiene un car¨¢cter simb¨®lico especial para el Barcelona. Valencia fue el origen y ahora es el punto y final de uno de los mejores equipos de la historia del f¨²tbol comandado por Messi. La final de Copa disputada en 2009 contra el Athletic fue el anuncio de una ¨¦poca gloriosa para el Bar?a de la misma manera que la final perdida el mi¨¦rcoles se presenta como el ep¨ªlogo azulgrana firmado por el Madrid. A Martino le ha resultado imposible gestionar el legado que Guardiola ya hab¨ªa transmitido a Vilanova. El equipo se ha ido apagando como una vela con los cambios de t¨¦cnico mientras que la idiosincrasia del club ha variado sustancialmente con Bartomeu y Rosell respecto de Laporta. La entidad se ha gestionado de distinta manera porque los presidentes son de car¨¢cter opuesto y la respuesta de los jugadores tambi¨¦n ha sido diferente como se ha visto en Valencia.
Rosell estaba preparado para suceder a Laporta en 2008 cuando el 60% de los votantes se manifestaron contra la continuidad del presidente en una moci¨®n de censura fomentada por el propio Rosell. Laporta, sin embargo, respondi¨® con un giro espectacular, atrevido y valiente, como fue contratar a Guardiola. Ahora hay serias dudas sobre el camino que tomar¨¢ Bartomeu, el sucesor de Rosell. El socio se pregunta si la directiva que ha permitido la regresi¨®n del equipo puede liderar la revoluci¨®n. No quiso la Junta tomar medidas impopulares contra determinados futbolistas, a fin de ganarse un mandato c¨®modo, y al final ha conseguido que se destruyera al equipo y se culpara a Messi. La sensaci¨®n es que ni Martino ni Rosell/Bartomeu han actuado como hubieran querido, por respeto a los t¨ªtulos y no a la cultura futbol¨ªstica, y hoy son v¨ªctimas de su inanici¨®n y contradicci¨®n.
No queda m¨¢s remedio que actuar deprisa y corriendo, en unas condiciones precarias por la sanci¨®n de la FIFA, despu¨¦s de haber perdido el tiempo durante cuatro temporadas, per¨ªodo en que el equipo se ha empobrecido por una err¨¢tica pol¨ªtica en la renovaci¨®n de la plantilla. Aseguran los directivos que tienen ya decididas las medidas a tomar y que ser¨¢n comunicadas en el momento oportuno, que no es precisamente ahora porque el Bar?a no renuncia a la Liga, a pesar de las lesiones de Neymar y Jordi Alba, que estar¨¢n unas cuatro semanas de baja: el brasile?o sufre un edema en el cuarto metatarsiano del pie izquierdo y el lateral tiene una rotura fibrilar el b¨ªceps femoral de la pierna derecha. Bartomeu se siente como entonces Laporta y por tanto se considera tan legitimado para fichar como para mandar, favorecido por la debilidad de la oposici¨®n, hoy representada por Benedito.
El grado de renovaci¨®n se medir¨¢ m¨¢s en funci¨®n de las bajas que de las altas
Hay una cierta expectaci¨®n por saber qu¨¦ papel jugar¨¢ la afici¨®n en los pr¨®ximos partidos, especialmente el domingo contra el Athletic. ?Habr¨¢ absentismo o hartazgo? A la espera de conocer qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo entrenador, y se sabe que a Zubizarreta le gusta Valverde, el t¨¦cnico del equipo vasco, el asunto prioritario es descodificar el misterio Messi, cuya renovaci¨®n sigue pendiente en el caj¨®n de Bartomeu. La figura del 10 se escapa hoy a cualquier control, indescifrable para el barcelonismo, pendiente de que se explique antes del Mundial. No es f¨¢cil dar con alguien que ejerza de interlocutor de Messi. Rijkaard se neg¨® en su d¨ªa a prescindir de Ronaldinho y por extensi¨®n Laporta no quiso destituir a Rijkaard. La directiva de Bartomeu coincide en que Messi es la soluci¨®n y no el problema aunque resulta complicado saber las intenciones del 10.
El grado de renovaci¨®n se medir¨¢ m¨¢s en funci¨®n de las bajas que de las altas, sobre todo despu¨¦s de las ¨²ltimas actuaciones, donde han quedado especialmente se?alados Alves, Pinto y el desubicado Cesc. La f¨®rmula de los cuatro medios no ha resultado en los momentos decisivos de la Copa y la Champions. No solo se necesita reorientar el juego sino tambi¨¦n sustituir a dos capitanes como Puyol y Vald¨¦s y, por otra parte, recuperar la cultura del esfuerzo y la competitividad en los entrenamientos, falto hoy el plantel de pasi¨®n, expuesto a la fatalidad, perdedor en lo grueso y en los detalles de los partidos exigentes como el de Mestalla. La situaci¨®n demandar¨ªa de un liderazgo o de una figura con la autoridad moral suficiente para reorientar al Bar?a. Hoy es dif¨ªcil encontrarla en el campo, el palco o el banquillo del Camp Nou.
As¨ª que quiz¨¢ se impone recuperar la idea original del juego ahora extraviada y asumirla hasta las ¨²ltimas consecuencias o sino cambiar de plan futbol¨ªstico sin hipocres¨ªa ni falsas apariencias. Quedarse a mitad de camino significa fracasar y para ganar se precisa la valent¨ªa.
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