¡°Tras Australia, queda algo en mi cabeza y en mi juego¡¡±
Nadal, con 44 errores no forzados y la derrota de Melbourne a¨²n a cuestas, pierde con Ferrer en cuartos
En cuartos del Master 1.000 de Montecarlo, David Ferrer tumb¨® 7-6 y 6-4 a Rafael Nadal, sac¨® billete para jugar hoy con Wawrinka en semifinales (Tdp y C+D, horario sin confirmar) y desat¨® una confesi¨®n p¨²blica del n¨²mero uno mundial, que describi¨® el dolor que le provoc¨® perder en uno de sus templos (su derrota m¨¢s tempranera desde 2003) y fotografi¨® las heridas abiertas que dej¨® en su interior haber cedido la final del Abierto de Australia 2014 (lesionado en la espalda, perdi¨® con Wawrinka).
¡°Despu¨¦s de lo que pas¨® en Australia, ha sido un poco m¨¢s duro para m¨ª reencontrar la intensidad, la confianza y la fuerza interior que tengo normalmente¡±, se arranc¨® Nadal, de 27 a?os, que en Melbourne perdi¨® la oportunidad de igualar los 14 t¨ªtulos grandes de Pete Sampras, el segundo tenista con m¨¢s trofeos de Grand Slam. ¡°Pese a ganar en R¨ªo y llegar a la final de Miami, hay algo que queda en mi cabeza y en mi juego¡±, admiti¨® tras cometer 44 errores no forzados. ¡°Voy a luchar para encontrar una soluci¨®n. F¨ªsicamente estoy bien. No hay excusas con la espalda¡±, cerr¨® la explicaci¨®n de las dudas que corroen su interior, infectando su juego e hiriendo su capacidad de adaptaci¨®n a las dificultades.
Fue un partido para sufridores. El primer set dur¨® 1h 25m. Lento de pies y descoordinado en los golpes, Nadal lo pele¨® desde el pasado, confiando en que a base de insistencia doblegar¨ªa a Ferrer, que ced¨ªa 5-21 el cara a cara, no le ganaba en arcilla desde hac¨ªa 10 a?os y hab¨ªa perdido 10 de los ¨²ltimos 11 cruces. Pas¨® lo que el mallorqu¨ªn esperaba. Que al alicantino se le aparecieron los fantasmas. Que por dos veces se adelant¨® con break en la primera manga, y por dos veces lo perdi¨®. Que arranc¨® el tie-break de ese parcial fallando el primer punto. Que cedi¨® el servicio la primera vez que sac¨® el encuentro. Ocurri¨® que al rev¨¦s de casi siempre, Nadal no estuvo ah¨ª para agigantarse y dar un paso al frente. Se vio dominado por la t¨¢ctica de Ferrer, inteligent¨ªsimo para obligarle a golpear uno y mil reveses; fresco de piernas como para rodear la pelota y pegar con el drive cuando el mallorqu¨ªn intent¨® pagarle con la misma moneda; valiente, casi demasiado valiente, cuando se jug¨® una dejada en el momento decisivo: con 5-5 en la primera manga, Nadal se procur¨® una bola de break que le dejaba sacando por el set y que cambiaba radicalmente el guion del duelo¡ y dej¨® que el n¨²mero seis tomara el tim¨®n del intercambio.
¡°No he jugado como hac¨ªa falta¡±, reconoci¨®. ¡°Casi cada vez le he dado la oportunidad de coger el control del punto. Ha sido mucho mejor que yo. Una derrota duele siempre, y un poco m¨¢s sobre tierra batida¡±, cerr¨®. ¡°Fue una larga espera¡±, dijo Ferrer. ¡°No me he salido de mi patr¨®n de juego. Eso s¨ª, con ¨¦l hay momentos que o tiras un winner perfecto a la l¨ªnea, o te come¡±.
A finales de 2009, Nadal abandon¨® la Copa de Maestros sin haber ganado un set. A caballo de 2011 y 2012, sum¨® siete derrotas seguidas contra Djokovic. Hasta febrero de 2013, se pas¨® siete meses de baja por una lesi¨®n de rodilla. Abundan los ejemplos de dificultades superadas por el campe¨®n de 13 grandes, de quien siempre cabe esperar lo mejor. Ha dejado atr¨¢s crisis ten¨ªsticas, f¨ªsicas y de convencimiento. Ahora, perdida la final de Australia, logrado entre sufrimientos el t¨ªtulo de Rio (salv¨® dos puntos de partido ante Andujar), acabada su participaci¨®n en Indian Wells en tercera ronda (Dolgopolov) y cedida sin rechistar la final de Miami (Nole)¡ se enfrenta a otra. Tiene tiempo para reencontrar el juego con vistas a Roland Garros, que empieza el 25 de mayo, y a nadie podr¨ªa sorprenderle que gane todos los t¨ªtulos que quedan en arcilla. A Par¨ªs, pase lo que pase, llegar¨¢ con el cr¨¦dito intacto. En cualquier caso, con Barcelona como pr¨®xima parada, la semana que viene, el tit¨¢n de la arcilla, que ha acreditado sobradamente su capacidad para reinventarse y volver a la senda de la victoria, ya no es intocable en polvo de ladrillo.
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