Los C¨¢rmenes se llena de fantasmas

Con la obligaci¨®n de ganar el Granada sucumbi¨® al desastre. No solo perdi¨® ante un Rayo despiadado que se aprovech¨® de la desdicha para renovar su visado en Primera (suma ya 43 puntos), sino que el ¨¢nimo andaluz, esa pieza clave para afrontar las penurias venideras, se marchit¨® en la sombra de Los C¨¢rmenes.

La expulsi¨®n de Brahimi, rigurosa y temeraria en funci¨®n del protagonista de la escena, vino precedida de un remate al larguero del extremo franco-argelino cuando solo metro y medio separaban el bal¨®n y la red. A continuaci¨®n, y ya en inferioridad, el Rayo se agarr¨® a un zurdazo de Sa¨²l desde la frontal del ¨¢rea, que de manera sutil se alej¨® de los brazos de Karnezis para alojarse en la red, para meter el partido dentro del sobre. Larrivey, tambi¨¦n con la pierna izquierda ahora dentro del ¨¢rea, pidi¨® la cuenta y Seba Fern¨¢ndez, de cabeza a pase de su compatriota dio por terminada la reuni¨®n.

Ya desde el principio el equipo de Paco J¨¦mez quiso adue?arse del partido, pero a los nueve minutos el Granada cambi¨® de opini¨®n. Eso de ver como el bal¨®n se mov¨ªa de un lado para otro sin acercarse a saludar, no era apropiado. Convencido de poder arrancarle la pelota a un Rayo siempre cari?oso con ella, se tir¨® al monte, adelant¨® todas sus l¨ªneas y pas¨® de la contemplaci¨®n a la acci¨®n. Con El Arabi como referencia Brahimi y Piti se repartieron el protagonismo. El primero cambi¨® de orientaci¨®n el juego hacia su compa?ero en dos ocasiones que terminaron con dos remates de cabeza que El Arabi no consigui¨® dirigir hacia la porter¨ªa de Rub¨¦n. El portero del Rayo no pareci¨® c¨®modo compartiendo espacio a¨¦reo con el delantero francomarroqu¨ª.

Tampoco se encontr¨® c¨®modo Rochina persiguiendo el bal¨®n, m¨¢s si cabe despu¨¦s de haber sido su principal usuario al comienzo del partido. Con la pierna izquierda filtr¨® varios balones a Larrivey que el argentino, sin embargo, tampoco supo dirigir a porter¨ªa. Aunque por momentos el Rayo volvi¨® a recuperar el bal¨®n, no sinti¨® la libertad del principio. Trashorras y Sa¨²l aparec¨ªan m¨¢s para sostener que para elaborar y Recio, siempre con criterio, e Iturra, con m¨¢s oficio que tobillo, se bastaban para resistir y lanzar a sus compa?eros.

Pero esos lanzamientos no acababan de convertirse en gol, ni siquiera cuando la jugada se le pon¨ªa de cara. Despu¨¦s de encararse con G¨¢lvez, Brahimi vio la primera amarilla, a continuaci¨®n envi¨® el bal¨®n al poste, y minutos despu¨¦s agarr¨® sin discreci¨®n a un rival. Visto el panorama, Lucas Alcaraz apost¨® a la ¨²nica carta que le quedaba y meti¨® a Riki e Ighalo para tratar de boicotear esa zona de confort en la que se hab¨ªa convertido la defensa del Rayo. Iturra a punto estuvo de aprovechar uno de los muchos despistes de G¨¢lvez, pero ni con esas. A falta de tres jornadas para el final, un Granada alica¨ªdo, ahora fuera del descenso, tendr¨¢ que luchar por no caer en ¨¦l en el momento m¨¢s inoportuno.