La sangre del motor
La concatenaci¨®n de desgracias que se acumularon en el fin de semana m¨¢s negro de la historia de la f¨®rmula 1

Es absolutamente normal que la muerte de Ayrton Senna provocara un estremecimiento a nivel mundial y monopolizara la atenci¨®n, pero los que estuvimos en Imola en aquel Gran Premio de San Marino de 1994 recordamos no solo el terrible accidente de Ayrton, sino la concatenaci¨®n de desgracias que se acumularon en el fin de semana m¨¢s negro de la historia de la f¨®rmula 1. Fue terror¨ªfico.
El viernes, Rubens Barrichello se sali¨® de la pista antes de entrar en los talleres y su coche termin¨® en la grada, que afortunadamente estaba vac¨ªa. El s¨¢bado, Roland Ratzenberger perdi¨® el control de su monoplaza al romp¨¦rsele un aler¨®n en la curva Villeneuve, y el choque acab¨® con su vida. Aquello dej¨® a todo el paddock absolutamente afectado, y de forma especial a Ayrton. La sangre de la F-1, o sea los pilotos y los t¨¦cnicos, pasa de un equipo a otro, y por eso duelen tanto las p¨¦rdidas. El domingo, la salida se tuvo que dar hasta tres veces, aunque ¨¦l ya no tomar¨ªa parte en la tercera. En la primera, a JJ Lehto le embistieron y varias piezas de las suspensiones del Benetton fueron a parar al p¨²blico causando heridos. En la segunda se produjo la muerte de Ayrton. Todos sab¨ªamos que la cosa era grave pero no nos imagin¨¢bamos hasta qu¨¦ punto, y los inputs que llegaban de la organizaci¨®n tampoco llevaban a pensarlo. En definitiva, que el espect¨¢culo ten¨ªa que continuar.
Al reanudarse la prueba definitivamente, el Minardi de Michele Alboreto perdi¨® una rueda cuando sal¨ªa del box, y hay que tener en cuenta que en aquella ¨¦poca la velocidad en los garajes no estaba regulada y se circulaba a toda pastilla. Finalmente gan¨® Schumacher pero nadie celebr¨® nada. De hecho, la mayor¨ªa de equipos decidieron quedarse un d¨ªa m¨¢s, hasta el lunes, por miedo a subirse a un avi¨®n aquel mismo d¨ªa.
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