El Valencia deja escapar la presa

Ten¨ªa el Valencia Basket la presa bien cogida entre los dientes. Sufr¨ªa el Unics Kaz¨¢n un hurac¨¢n en la ida de la final de la Eurocup, en una Fonteta encendida desde dos horas antes del partido. M¨¢s de 30 puntos de diferencia dejaban casi escrito el nombre del campe¨®n del segundo t¨ªtulo europeo, y el propietario del billete para la pr¨®xima Euroliga. Pero ese es el riesgo que tiene la apuesta febril del Valencia, que de tanto apretar el acelerador a fondo hay un momento en que la gasolina se acaba. Y entonces, ya cerca de la meta, pierde los metros que hab¨ªa ganado con mucho sudor.

A lomos de Doellman, el equipo naranja pas¨® por encima del Unics. La mu?eca del Capit¨¢n Am¨¦rica y la puesta en marcha de ese guion que redacta Perasovic, el de defensa y defensa, ritmo alto y buenas piernas, noquearon a los muchachos de Kaz¨¢n (9-1, 18-4). No hab¨ªa noticias de Goudelock, la estrella del conjunto ruso, elegido el mejor del torneo antes de disputarse la final. Algo que toc¨® el orgullo de la grada valenciana, que core¨® a Doellman como ¡°?mvp!¡± cada vez que el estadounidense dejaba tirado a su marcador. Cu¨¢nto le costar¨¢ retenerlo la pr¨®xima temporada.

Rafa Mart¨ªnez encabez¨® el aumento de revoluciones y el Valencia comenz¨® a abrir brecha con el m¨²sculo de un forjador. Todos corr¨ªan, el bal¨®n volaba y Doellman sacaba el mazo (28 puntos). Un turbo que a veces se confund¨ªa con la precipitaci¨®n, tal era el deseo de ver la pelota en el aro antes incluso de lanzarla.

A cada arre¨®n del Valencia sigui¨® otro y otro, como si no hubiera partido de vuelta sino solo una lucha por martillear al contrario (36-12, 49-27 en el descanso). El Valencia hab¨ªa desmontado la defensa del Unics. Los golpes ven¨ªan para los hombres de verde desde todos lados. Por dentro hab¨ªa reaparecido Lishchuk despu¨¦s de tres meses de par¨®n, y los tiradores ten¨ªan el d¨ªa. El Valencia hab¨ªa ganado la partida de ajedrez. Si se trataba de saber qui¨¦n marcar¨ªa el ritmo, los de Perasovic eran quienes ten¨ªan el reloj en sus manos. La distancia lleg¨® a ser abismal, hasta 33 puntos (70-37). El campe¨®n parec¨ªa decidido, la final sentenciada ya en el tercer cuarto de la ida. Pero entonces son¨® el chivato de la gasolina. Al Valencia se le estaba vaciando el dep¨®sito. Quiz¨¢s pesaba en las piernas el desgaste del tremendo partido ante el Madrid, quiz¨¢s la intensidad que desde el primer segundo hab¨ªa impregnado el conjunto naranja a cada acci¨®n. El Unics oli¨® la sangre y despert¨®. Hab¨ªa estado desahuciado y de pronto ve¨ªa la luz. El Valencia entr¨® en bucle, comenz¨® a perder balones, a precipitarse, a dejar huecos en defensa. Un parcial de 6-23 volvi¨® a poner la pelota en juego. El mi¨¦rcoles en Kaz¨¢n.