La fiebre amarilla acaba con el CSKA
El Maccabi pelear¨¢ por la sexta Copa de Europa de su historia tras culminar con una canasta de Rice una remontada inveros¨ªmil (67-68) ante el conjunto moscovita
Una haza?a se escond¨ªa en el ambiente. Faltaban 11 minutos para el t¨¦rmino de la semifinal y el Maccabi perd¨ªa por 15 puntos ante el CSKA (55-40). Los jugadores del conjunto moscovita caminaban con la suficiencia que marcaba la batuta de Teodosic ante un rival atribulado al que el abismo le resolvi¨® las dudas. Se trataba de lanzarse a por lo imposible y lo consiguieron. Guiados por el febril arrebato de Tyrese Rice, los de Blatt abrieron un nuevo cap¨ªtulo en el apartado de resoluciones inveros¨ªmiles de la historia del baloncesto con una remontada memorable (67-68). El base estadounidense, de 185 cent¨ªmetros y pasaporte montenegrino, anot¨® la canasta de su vida, la de la victoria a falta de cuatro segundos, la que daba el tiro de gracia a un grupo de gigantes hundidos ante su estrepitoso fracaso.
Khryapa perdi¨® el bal¨®n en la que deb¨ªa ser la posesi¨®n que cerrara el partido, David Blu lanz¨® el pase a Rice y este anot¨® en la penetraci¨®n ante Teodosic para llevar al Maccabi hasta la 15? final de su historia. Pelear¨¢ el conjunto israel¨ª por la sexta corona continental de su historia tras tumbar al equipo que le neg¨® el t¨ªtulo en las finales de 2006 y 2008. Cay¨® el CSKA en un d¨¦j¨¤ vu de la final de 2012 ante Olympiacos. Entonces, en Estambul, el cuadro griego protagoniz¨® en una de las conquistas m¨¢s inopinadas de la enciclopedia reciente cuando se sobrepuso a la tropa de Kirilenko y a 19 puntos de desventaja mediado el tercer cuarto para alzar el trofeo. En Mil¨¢n volvieron a sucumbir los rusos para incredulidad y ¨¦xtasis de la hinchada israel¨ª.
CSKA, 67: Maccabi, 68
CSKA de Mosc¨² (19+19+17+12): Teodosic (12), Vorontsevich (3), Weems (6), Khyrapa (9), Kaun (14) -cinco inicial- Micov (4), Fridzon (6), Jackson (2), Krstic (5) y Hines (6).
Maccabi Electra Tel Aviv, 68?(16+30+15+23): Hickman (10), Ohayon (7), Smith (7), Pnini (-), Zizic (-) -cinco inicial- Rice (13), Blu (15) Ingles (2), Tyus (10) y Schortsanitis (4).
Arbitros: Sasa Pukl (SLO), Milivoje Jovcic (SRB) y Borys Ryzhyk (UKR). Sin eliminados.
Incidencias: Primera semifinal de la Euroliga disputada en el Mediolanum Forum de Mil¨¢n ante unos 12.500 espectadores. Antes del encuentro, se guard¨® un minuto de silencio por los fallecidos en el accidente minero de Turqu¨ªa.
En el cuarto de siglo que tiene de existencia, el Mediolanum Forum de Mil¨¢n ha acogido desde conciertos de Bruce Sprinsteen, Madonna y Dire Straits, hasta un Mundial de hockey hielo y una final de la Copa Davis, pero en ninguno de estos eventos se recuerda que sus gradas fueran colonizadas por una afici¨®n tan febril como la del Maccabi de Tel Aviv. Como si de la Mano de El¨ªas se tratara, el vetusto pabell¨®n italiano asisti¨® a una invasi¨®n amarilla. Cerca de 8.000 aficionados entregados a la causa de llevar a su equipo hasta la final de la Euroliga. Lo consiguieron sobre la bocina tras levantar a un equipo voluntarioso pero inconsistente que hab¨ªa perdido el paso desde el comienzo del baile. La reacci¨®n de sus ¨ªdolos recompens¨® su conmovedor y multitudinario apoyo.
Messina blind¨® su quinteto inicial con Vorontsevich, Khryapa y Kaun y, agarrado a sus torres, el CSKA comenz¨® pronto a hacer camino en la semifinal. La veta buena la encontr¨® el conjunto ruso en el emparejamiento entre Kaun y Tyus. El efervescente comienzo del p¨ªvot ruso -10 puntos, tres rebotes y un tap¨®n en apenas cinco minutos- destartal¨® los planes de Blatt y lider¨® el desembarco del ej¨¦rcito rojo en el partido (12-6, m.5), pero el t¨¦cnico del Maccabi no tard¨® en recurrir a su armamento pesado: Sofoklis Schortsanitis.
La mastod¨®ntica presencia del griego sacudi¨® el parquet como marca su baqueteado libro de estilo y ataj¨® la escapada inicial del CSKA con cuatro puntos consecutivos ante la impotente marca de Hines. Un dos m¨¢s uno de Hickman sirvi¨® para redondear un 0-7 de parcial que equilibr¨® el pulso en un santiam¨¦n (14-14, m. 7). Superado el primer intercambio de golpes, los p¨²giles volvieron a tantearse. Para entonces, Blatt hab¨ªa descubierto con desasosiego que el v¨¦rtigo de Ohayon no bastaba para engrasar la maquinaria de su equipo, mientras Mesina manejaba la tranquilidad de que Khryapa se hab¨ªa le¨ªdo el libro de instrucciones del partido con la misma aplicaci¨®n que Kaun. La estad¨ªstica al descanso reflejaba ocho rebotes del ruso, por los por los cuatro que sumaban entre todos los p¨ªvots del Maccabi. Un retrato del contundente dominio moscovita debajo de los aros (23-13 al descanso). Con pocas noticias de Hickman y menos de Smith, apenas David Blu manten¨ªa el trabajo iniciado por Schortsanitis. Argumentario insuficiente para contener a un rival que manejaba los tiempos al comp¨¢s que marcaba Teodosic (38-30, m.20).
Con un yo-y¨® en sus manos, el base serbio era el que decid¨ªa siempre el cu¨¢ndo y el c¨®mo del partido rumbo a la final. Pero con todo perdido, el Maccabi se lanz¨® a por una remontada que se antojaba heroica tras un triple de Weems, en su primera canasta en la semifinal, que coloc¨® el 55-40 en el minuto 29. La furia de Rice espabil¨® al conjunto de Blatt y alcanz¨® al conjunto israel¨ª para lograr la gesta. Como premio: la final.
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