El Madrid se derrite en el infierno amarillo
El ardor del Maccabi tumba al conjunto de Laso (86-98), que cae por segundo a?o consecutivo
Mil¨¢n era Tel Aviv y el Maccabi rey de Europa. El Madrid acababa de derretirse en un infierno amarillo qued¨¢ndose por segundo a?o consecutivo a las puertas de su novena Copa de Europa tras 45 minutos claustrof¨®bicos para un equipo atribulado entre la bruma del ambiente, la furia competitiva de su rival y el acierto febril de su peque?o base. Tyrese Rice, MVP de la final y h¨¦roe en semifinales ante el CSKA, se hizo un hueco en la lista de demonios de la enciclopedia madridista con 26 puntos, cuatro rebotes y dos asistencias que negaron la gloria al conjunto de Laso, a contrapi¨¦ en la recta de meta tras su memorable recorrido en el torneo. El conjunto israel¨ª levantaba su sexto t¨ªtulo continental destartalando pron¨®sticos y estirando su leyenda. Una horda de 9.000 hinchas enardecidos estaban de fiesta.
R. MADRID,86 - MACCABI,98
Real Madrid: Llull (-), Darden (7), Rudy Fern¨¢ndez (15), Mirotic (12), Bourousis (12) ¡ªcinco inicial¡ª Reyes (12), Sergio Rodr¨ªguez (21), Slaughter (2), Mejri (-), Carroll (5) y D¨ªez (-).
Maccabi Electra Tel Aviv: Ohayon (4), Hickman (18), Smith (15) Pnini (-), Schortsanitis (9) ¡ªcinco inicial¡ª Tyus (12), Blu (14), Rice (26) e Ingles (-).
Parciales: 16-15, 19-18, 20-20, 18-20, 13-25 (pr¨®rroga)
Arbitros: Crhistodoulous (GRE), Pukl (SLO) y Jovcic (SRB). Schortsanitis, eliminado en el m. 34.
Incidencias: Unos 12.000 espectadores en el Mediolanum de Milan.Unos 12.000 espectadores en el Mediolanum de Milan.
Se esperaba una final dura, trabada e intensa y la realidad certific¨® los peores vaticinios para el Madrid. La evoluci¨®n ascendente y los t¨ªtulos de los blancos en la era Laso hablaban de un equipo que se hab¨ªa licenciado en partidos correosos y laber¨ªnticos, pero de nuevo en la cita decisiva por su trofeo m¨¢s preciado y perseguido tropez¨® en la misma piedra. La de ser incapaz de desatar su esencia y su estilo ante los grilletes enemigos. El Maccabi fue Olympiacos y Rice se disfraz¨® de Spanoulis para certificar la derrota madridista.
La contundencia de Schortsanitis en la pintura y la hiperactividad de Rudy desde el per¨ªmetro fueron las primeras credenciales que presentaron los finalistas. El alero descorch¨® el partido con un triple, pero el Madrid fall¨® los siguientes diez lanzamientos a canasta y el Maccabi aprovech¨® para tomar posiciones. Devin Smith se sum¨® a la efervescente faena iniciada por Sofo y los de Blatt calibraron los decibelios de su hinchada (7-13, m. 8). Sin embargo, coincidiendo con la salida a pista de Felipe Reyes, los blancos hilvanaron un parcial de 9-0 con seis puntos en la zona israel¨ª aprovechando el respiro de la mole rival. A partir de ese instante, Sergio Rodr¨ªguez manej¨® los tiempos y el Madrid comenz¨® a carburar.
El primer y ¨²nico alley-oop de los blancos, protagonizado por Rudy y Slaughter, certific¨® un estir¨®n de 11 puntos (26-15, m. 14). Pero el libro de estilo del Maccabi no habla de rendiciones prematuras, menos a¨²n tras la inveros¨ªmil remontada en semifinales ante el CSKA. Semejante haza?a merec¨ªa estirar la resistencia y apretar los dientes. Lo hizo mejor que ninguno David Blu. El baqueteado capit¨¢n del Maccabi ataj¨® el impulso de Felipe, aport¨® soluciones en ataque y en defensa y con nueve puntos, incluido un triple desde ocho metros al borde del descanso, reenganch¨® a los suyos (35-33, m. 20). Con Mirotic destemplado y Llull desatinado, el Madrid sufr¨ªa para dar continuidad a su ofensiva y afianzarse en la final. Los de Laso se enredaron progresivamente en los constantes cambios en defensa de la pizarra de Blatt y fue desfigur¨¢ndose con el paso de los minutos.
Con Mirotic destemplado y Llull desatinado, el equipo sufr¨ªa para afianzarse
Una trabajada canasta de Hickman mediado el tercer cuarto, consolid¨® la candidatura del Maccabi para jolgorio de su hinchada (40-41, m. 24). Cada ataque era una batalla, cada rebote una refriega, cada bloqueo una escaramuza, cada movimiento un crucigrama. Con la zona llena de cascotes, desenfundaron Smith y Sergio Rodr¨ªguez desde el 6,75 (5 de 10 en triples) para estirar la igualdad en un intercambio de golpes que acab¨® con empate a 20 en el tercer cuarto (55-53, m. 30). Para entonces, Llull, notable en el pase (ocho asistencias), segu¨ªa sin encontrar el interruptor que le iluminara el aro (0 de 6 en triples) y el Madrid sufr¨ªa ante una defensa agobiante.
Con el arrojo de los elegidos irrumpi¨® en el partido Rice para hacerse con el mando de las operaciones. Bajo su vibrante batuta, el Maccabi gan¨® dinamismo y tortur¨® en la agitaci¨®n a los de Laso. No tard¨® en darle r¨¦plica Sergio Rodr¨ªguez. El Chacho comenz¨® a acaparar la posesi¨®n ante la ausencia de alternativas y su acierto desde el per¨ªmetro mitig¨® la espesura del Madrid ante el aro rival. Sin embargo, los blancos malgastaron cuatro puntos de valiosa renta y el propio Rice puso el empate a 3m 07s del final (67-67).
Laso recurri¨® a la zona en la pr¨®rroga, pero Rice la desmont¨® desde el 6,75
Como si de una tanda de penaltis se tratara el desenlace de la lucha por la corona europea comenz¨® a dirimirse en un trabajado y emocionante intercambio de lanzamientos. Atinaron Tyus, Blu y Rice por Maccabi, mientras Mirotic altern¨® un acierto y un fallo para dejar al Madrid agarrado a la cornisa (69-73, a falta de 58 segundos). Los de Laso salvaron el match ball con cuatro tiros libres, dos del Chacho y dos de Bourousis (73-73, a 21s). Rice fall¨® el tiro de gracia. Los madridistas, con su presidente Florentino P¨¦rez a la cabeza, celebraron la pr¨®rroga como una victoria.
En el tiempo extra Laso recurri¨® la defensa en zona, pero Rice la desmont¨® con acierto de relojero desde el 6,75. Dos triples del base estadounidense, una asistencia para el mate de Tyus y un par de tiros libres volvieron a poner al Madrid al borde del precipicio (79-85, a 2m 20s). Imparable, el MVP de la final anot¨® 14 puntos en la pr¨®rroga. No encontraron soluciones los blancos, que se descolgaron entre la ansiedad y la precipitaci¨®n, obcecados desde la l¨ªnea de tres (11 de 34) y con sucesivos fallos en el tramo final de Mirotic, Rudy y Carroll. La secuencia de faltas no hizo otra cosa que alargar la agon¨ªa. La Novena tendr¨¢ que esperar. El cielo de Mil¨¢n era amarillo Maccabi.
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