Nadie puede con Rice
El base estadounidense, arropado por 10.000 aficionados, impulsa al conjunto israel¨ª
La desolaci¨®n en el rostro, las l¨¢grimas en algunos de ellos, los intentos de Juan Carlos S¨¢nchez, director de baloncesto del Real Madrid, de aplacar la inmensa tristeza de los componentes de la plantilla madridista, contrastaron con el j¨²bilo de la marea amarilla, la afici¨®n del Macabbi, mayoritaria euf¨®rica, en suprema celebraci¨®n con sus jugadores y con su entrenador, David Blatt.
El Maccabi Tel Aviv obr¨® el milagro. A lomos de una hinchada que apenas dej¨® hueco para las dem¨¢s y que pint¨® las gradas del Mediolanum Forum de Mil¨¢n de camisetas amarillas, el equipo israel¨ª honr¨® su larga y exitosa trayectoria europea. Fue el triunfo de la fe, del convencimiento sin l¨ªmites. Antes de que diera inicio la Final Four, eran poqu¨ªsimos, los que daban un duro por el Maccabi, si se except¨²a a los 10.000 israel¨ªs, por supuesto, que ocuparon el escenario y que no cejaron en sus gritos y c¨¢nticos de apoyo a su equipo.
El t¨ªtulo premi¨® la constancia y la fe de una afici¨®n que no cej¨® en su apoyo ni siquiera en los momentos m¨¢s peliagudos de la semifinal ante el CSKA de Mosc¨², cuando su equipo parec¨ªa contra las cuerdas, con 15 puntos de desventaja a falta de 11 minutos.
La hinchada israel¨ª apenas dej¨® hueco en las gradas milanesas para las dem¨¢s
Lo ten¨ªa todo en contra. Pero se obr¨® el milagro de la mano de su peque?o base Tyrese Rice, de 27 a?os, y se abri¨® la posibilidad de obtener el t¨ªtulo. Quedaba por abatir al Real Madrid, al equipo que part¨ªa con m¨¢s cartel, el que hab¨ªa maravillado durante toda la temporada, el que hab¨ªa endilgado una paliza hist¨®rica al Barcelona en la semifinal (100-62) y el que ya hab¨ªa vencido al Maccabi las dos veces que se enfrentaron en el Top 16.
Pero la final, impulsada otra vez por Rice (nombrado MVP de la Final Four), fue del Maccabi. Fue el segundo varapalo consecutivo de un Madrid que contin¨²a siendo el m¨¢s coronado en Europa, con ocho t¨ªtulos, pero que no es capaz de alzarlo el t¨ªtulo desde el lejano 1995 cuando venci¨® con un equipo en el que estaban Sabonis y Arlacukas y que dirig¨ªa Zeljko Obradovic. Perdi¨® el Madrid, como lo hab¨ªa hecho un a?o antes en Londres ante el Olympiacos, y se rompi¨® su sue?o de culminar la espl¨¦ndida labor que emprendi¨® Pablo Laso en 2011 cuando tom¨® el relevo de Ettore Messina. La espl¨¦ndida escuadra de Sergio Rodr¨ªguez, Llull, Mirotic, Rudy Fern¨¢ndez y Felipe Reyes, la misma que le ha arrebatado la hegemon¨ªa al Barcelona en Espa?a, perdi¨® la ocasi¨®n de coronarse campeona y culminar un proyecto que ha devuelto la alegr¨ªa y la ilusi¨®n a su afici¨®n.
El Maccabi honr¨® a sus leyendas: Berkowitz, Brody, Aroesti, Magee...
Perdi¨® la final el Madrid y eso hace que el equipo de Pablo Laso contin¨²e con su asignatura pendiente, el t¨ªtulo m¨¢s ansiado, la Euroliga. Se lo arrebat¨® el Maccabi, que honr¨® la memoria de sus grandes leyendas, maravillosos jugadores como Berkowitz, Brody, Motti Aroesti, Kevin Magee, Doron Jamchy, Earl Williams, Aulcie Perry o los m¨¢s recientes, Derrick Sharp, Jasikevicius, Parker o Vujcic. La marea amarilla obr¨® el milagro.
"Es la segunda final perdida [tras la del a?o pasado en Londres ante el Olympiacos] y estamos jodidos. Aun as¨ª, hemos hecho una gran temporada", dijo e alero mallorqu¨ªn Rudy Fern¨¢ndez, con un hilillo de voz. "Vamos a seguir luchando", abund¨® Jaycee Carroll, el escolta estadounidense del Real Madrid .
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