?Iceberg a proa!
La Volvo Ocean Race monitoriza el mundo en busca de estos monstruos de hielo y evitar encuentros como el del News Corp en 2002
Anochece a bordo del News Corp. Es la octava etapa de la Volvo Ocean Race (VOR) 2001-2002, la cuarta participaci¨®n de Gordon Maguire en la m¨¢s dura competici¨®n transoce¨¢nica que existe. El ingl¨¦s, a punto de acabar su turno, timonea tras bordear el Cabo de Hornos. Apenas ve m¨¢s all¨¢ de 370 metros de distancia cuando alguien grita: ¡°?Iceberg a proa!¡±. ¡°?Distancia?¡±, responde Maguire. ¡°Una milla¡±, le confirman. El ingl¨¦s hace sus c¨¢lculos y sabe que en tres minutos tendr¨¢ sobre su barco una masa de hielo a la que la cultura popular siempre relacionar¨¢ con la palabra Titanic. Maguire no volvi¨® a competir en la Volvo.
Esquivar icebergs no es un negocio f¨¢cil y tampoco barato. Evitar momentos como el que retir¨® a un marinero de revista como Maguire, apodado el Precioso Gordy, es algo bastante reciente en la VOR. ¡°En el pasado, esa informaci¨®n no estaba disponible¡±, argumenta el meteor¨®logo de la competici¨®n, Gonzalo Infante: ¡°Se tomaban riesgos y era pr¨¢ctica habitual navegar entre el hielo¡±.
Hoy en d¨ªa la VOR monitoriza las derivas de los icebergs con dos tecnolog¨ªas de las agencias espaciales europea (la ESA, en sus siglas en ingl¨¦s) y canadiense: radares de apertura sint¨¦tica y alt¨ªmetros. Son sensores instalados en sat¨¦lites que orbitan a 700 kil¨®metros de la Tierra, pasando por los polos y barriendo todo el globo en unos 100 minutos.
¡°Son tecnolog¨ªas que sirven para tomar el pulso a la Madre Tierra¡±, explica Infante. ¡°Es una aplicaci¨®n muy espec¨ªfica y costosa¡±; contin¨²a, ¡°se usa para monitorizar temperaturas, vientos, ozono, etc. Y nosotros la usamos para conocer ¨¢reas del Pac¨ªfico y el ?ndico Sur, donde no existen rutas comerciales, nadie m¨¢s est¨¢ interesado en estos datos¡±, dice. (Aunque la realidad le desminti¨® hace poco, porque cuando se estrell¨® el avi¨®n de Malasia hubo de usarse la misma tecnolog¨ªa para localizar el vuelo perdido en el mar.)
Por la seguridad de los navegantes, la VOR dibuja zonas de exclusi¨®n cuando detecta icebergs. Normalmente, en el ?ndico Sur y Pac¨ªfico suelen aparecer hielos a partir de latitudes de 45?S (sur). El Cabo de Hornos est¨¢ en la latitud 56?S y ¡°ah¨ª que pasarlo s¨ª o s¨ª para llegar al Atl¨¢ntico¡± recuerda Infante antes de concluir que ¡°no hay exclusi¨®n que valga¡±.
Ni con la tecnolog¨ªa actual el precioso Gordy se hubiera librado de las escenas que narr¨® tras aquella edici¨®n: los pies helados, las manos agarrotadas, la certeza de ver una mole ante s¨ª cuyo 80% de masa permanece bajo el agua, el navegante encargado de las coordenadas a su lado gritando direcciones mientras se le escapaban exclamaciones de: ¡°?Oh, Dios m¨ªo! ?Oh, Dios m¨ªo!" Cinco minutos antes del cambio de turno al tim¨®n, el peligro hab¨ªa pasado. Maguire se meti¨® en su catre con la intenci¨®n de que el mundo se olvidara de ¨¦l y se dijo: ¡°Est¨¢ es mi ¨²ltima vez. Aqu¨ª he acabado¡±.
Los icebergs y la ¡®Ice Patrol¡¯ canadiense
Maguire no tuvo la suerte de estar navegando por la pen¨ªnsula de Labrador (Canad¨¢), cercana al punto donde se hundi¨® el Titanic. En esas latitudes del Atl¨¢ntico Norte existe desde hace d¨¦cadas la Ice Patrol canadiense (la patrulla del hielo), aviones que barren esa parte del oc¨¦ano, generalmente muy transitada comercialmente.
El iceberg que hundi¨® el transatl¨¢ntico, quiz¨¢s el m¨¢s famoso de la historia, tuvo su origen en un copo de nieve que hace tres milenios cay¨® en Groenlandia y acabo creciendo en un monstruo que ha acabado saliendo en el cine.
El iceberg con el que se top¨® Maguire, sin embargo, es hijo de la Ant¨¢rtida. Pese a tener un origen similar a que origin¨® el hundimiento del Titanic, el leviat¨¢n de hielo con el que se top¨® el News Corp probablemente naci¨® en el mar de Ross o Weddel, donde dar¨ªa vueltas hasta coger una corriente que le llev¨® al encuentro de Maguire y compa?¨ªa. Recorri¨® 1.100 kil¨®metros, nada raro si se tiene en cuenta que se han visto icebers en R¨ªo de Janeiro.
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