Prohibido hablar del ¡®Maracanazo¡¯

En la granja Comary, la apartada concentraci¨®n de la selecci¨®n brasile?a de f¨²tbol, tienen lugar, entre sesiones de entrenamiento y ruedas de prensa, algunas reuniones entre la psic¨®loga deportiva Regina Brand?o y diversos futbolistas. La misi¨®n de Brand?o, que ya trabaj¨® con el seleccionador, Luiz Felipe Scolari, cuando este era t¨¦cnico del Brasil que gan¨® el Mundial en 2002, es elaborar un perfil psicol¨®gico confidencial de cada uno de los 23 futbolistas y entreg¨¢rselo al cuerpo t¨¦cnico, que quiere lidiar con la enorme presi¨®n que soportar¨¢n los jugadores a partir del 12 de junio por el hecho de jugar el Mundial en casa y tener la oportunidad de ¡°acabar con el Maracanazo¡±, como dijo hace pocos d¨ªas el segundo entrenador de la sele?ao, Carlos Alberto Parreira: ¡°Es algo que tenemos clavado en la garganta desde hace 64 a?os Ya hemos ganado a Uruguay varias veces, incluso en Copas del Mundo, pero tenemos que acabar con esto¡±.

Felipao ha decidido que en Comary no se hable del Maracanazo para mantener alta la moral del grupo y evitar que el viejo trauma afecte a jugadores que, en su gran mayor¨ªa, nunca han disputado un Mundial. ¡°Todo comienza en la cabeza¡±, afirm¨® Hernanes a preguntas de un periodista. ¡°A veces no nos conocemos a nosotros mismos como creemos, no tenemos t¨¦cnicas suficientes para ello. Si las emociones no est¨¢n bien, los pies luego no obedecen¡±.

Uno a uno, los 23 seleccionados tendr¨¢n una entrevista con Brand?o, especialista en estr¨¦s deportivo, y rellenar¨¢n despu¨¦s un cuestionario con preguntas muy diversas que van desde c¨®mo celebran un gol hasta interrogantes sobre su vida familiar. A partir de ah¨ª, como aclar¨® hace unos d¨ªas Scolari, ¡°El psic¨®logo soy yo. Ella me da una idea y ah¨ª ya veo si hay que actuar m¨¢s fuertemente con un determinado jugador. Hay algunos que despu¨¦s del primer momento bajan la guardia¡±.

Felipao ha decidido que en Comary no se hable del Maracanazo para mantener alta la moral del grupo

¡°Los jugadores brasile?os, para bien o para mal, son m¨¢s intensos que los de otros pa¨ªses, y es esencial poder analizar esas emociones¡±, afirm¨® el a?o pasado en una conversaci¨®n con el New York Times Brand?o, quien explic¨® a este peri¨®dico que ahora tiene prohibido conceder entrevistas por orden de Scolari. La psic¨®loga ha recopilado tambi¨¦n como referencia datos de jugadores integrantes de la selecci¨®n de Portugal, otra escuadra dirigida por Felipao en sus m¨¢s de tres d¨¦cadas de experiencia como entrenador. Seg¨²n el m¨¦dico de la selecci¨®n brasile?a, Jos¨¦ Luiz Runco, la psic¨®loga y sus dos asistentes ¡°trabajar¨¢n para hacer olvidar 1950. Esta Copa de ahora no tiene ninguna relaci¨®n con aquella¡±. El jugador m¨¢s remiso a estos ex¨¢menes psicol¨®gicos parece ser precisamente la gran estrella, Neymar, de 22 a?os, que seg¨²n numerosas informaciones suele repetir que ¡°no son necesarios. No estoy loco¡±.

El fantasma del Maracanazo al que en las ¨²ltimas semanas se han referido desde el expresidente Lula da Silva hasta O rei Pel¨¦, sigue siendo a fecha de hoy objeto de documentales, anuncios y suplementos especiales de peri¨®dicos. El jugador m¨¢s veterano de la selecci¨®n, el portero Julio C¨¦sar (34 a?os), fue preguntado si piensa hacer alg¨²n homenaje al guardameta Moacir Barbosa, villano involuntario de aquella final de 1950, al que el pueblo brasile?o nunca le perdon¨® el segundo gol de Uruguay y muri¨® en la miseria y el olvido 49 a?os despu¨¦s. ¡°No hay una entrevista en que no me pregunten eso¡±, respondi¨® Julio C¨¦sar. ¡°Se ha creado algo muy fuerte. Nuestra posici¨®n es ingrata. La gente procura olvidar, nunca hablamos de un homenaje, pero si hubiese oportunidad, no habr¨ªa motivo para no hacerlo. Cualquier ser humano puede cometer un fallo¡±.

Scolari, que lleva meses sin hablar del Maracanazo, se refiri¨® en febrero a aquella derrota, que contempla de una manera ¡°totalmente diferente a la usual¡±. ¡°Hasta 1950, Brasil nunca hab¨ªa llegado a una final. Aquellos jugadores de 1950 son los precursores de los cinco t¨ªtulos posteriores. Fueron ellos los que sentaron las bases para nuestras victorias, y ahora queremos llegar a la final y recordar a 1950 en el Maracan¨¢¡±, afirm¨®. No obstante, ha dejado claro que prefiere que en la concentraci¨®n de su equipo no se pronuncie la palabra.