Las l¨¢grimas del triunfo negado
Lambert, citado por Inglaterra para el Mundial, regresa al Liverpool 17 a?os despu¨¦s
Los d¨ªas se le hac¨ªan eternos, agobiado por levantarse cada ma?ana al tiempo que los rayos de sol saludaban a la ya desvencijada e inhabilitada f¨¢brica de Scarsbrick, donde trabajaba por 24 euros al d¨ªa por poner tapas a los tarros de remolacha. Suficiente dinero para pagar los billetes de un tren que cubr¨ªa cada tarde los 60 kil¨®metros que le separaban del campo del Macclesfield Town (Tercera Divisi¨®n). Un esfuerzo que asum¨ªa Rickie Lambert (Kirkby, Inglaterra; 32 a?os), toda vez que se resist¨ªa a perder ese sue?o que le descompuso a los 15 a?os el Liverpool, que lo ech¨® de su escuela por malo. Pero casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, ya en el ocaso de su carrera, el bal¨®n le ha dado la raz¨®n: Rodgers lo ha fichado para el Liverpool y disputar¨¢ el Mundial de Brasil con Inglaterra.
Ray y Maureen, los padres de Rickie, trataron de consolar el llanto de su hijo por la patada que le dio Liverpool. Sus l¨¢grimas, sin embargo, no le quitaron las ganas de jugar y, tras pasar por el suburbial Marine, le dio una oportunidad el filial del Blackpool, entonces en la League One (Segunda B). Pero despu¨¦s de tres partidos con el primer equipo, le echaron como hiciera el club red. Fue entonces cuando pas¨® por la f¨¢brica de remolacha y el Macclesfield Town, donde jugaba por amor al arte, al menos durante los cuatro meses que le tuvieron a prueba. Luego, pasaron a ingresarle 240 euros mensuales, un alivio para su precaria econom¨ªa y para su atormentada cabeza.
Tuve largas charlas con ¨¦l para hacerle ver que su estilo de vida no era el correcto" Alan Pardew
¡°Cuando me echaron del Liverpool pens¨¦ que era el final del mundo¡±, dice Lambert, que empez¨® a marcar goles como un poseso hasta que en 2002 el Stockport (League One) pag¨® por ¨¦l 370.000 euros, r¨¦cord de la categor¨ªa. Un registro ef¨ªmero porque poco despu¨¦s se despleg¨® en los discretos Rochdale y Bristol Rovers.
Resulta que por entonces el bal¨®n ya no era la prioridad de Lambert, entregado a las pintas y a la comida r¨¢pida, tambi¨¦n a los pasteles. Hasta que le vio Alan Pardew, t¨¦cnico escogido por el empresario Markus Liebherr para devolver al Southampton a la Premier, escondido como estaba en la League One. ¡°Tuve largas charlas con ¨¦l para hacerle ver que su estilo de vida no era el correcto; le dije que hab¨ªa puesto en juego mi cuello al pagar por ¨¦l 1,2 millones de euros¡±, expon¨ªa Pardew.
Lambert respondi¨® con 35 goles en el primer a?o y con 21 en el segundo, cuando el equipo ascendi¨® de categor¨ªa, haza?a que repetir¨ªan al curso siguiente (hizo 27 dianas en la Championship) para colocarse en la Premier. Y, desbocado como estaba, ya no se detuvo; materializ¨® 15 tantos ¡ªel mejor ingl¨¦s¡ª y en este ¨²ltimo ejercicio, otros 13. Uno de sus secretos, en cualquier caso, es que no falla desde el punto de penalti, con 34 goles en otros tantos lanzamientos, cifra que le comparaba con el idolatrado Matt Le Tissier, que se neg¨® a jugar en un club grande porque The Saints era su casa, que sum¨® 49 redes en 50 penaltis.
La efervescencia de Lambert le llev¨® en agosto del a?o pasado a la selecci¨®n, donde tampoco fall¨®, con dos goles en sus dos primeros partidos, ante Escocia Y Moldavia. ¡°Le admiro porque ha llegado al ¨¦xito a trav¨¦s del camino m¨¢s duro y complicado¡±, reconoc¨ªa el seleccionador Roy Hodgson, que le cita para el Mundial, confiado a que sus botas no resbalen como hicieron anteriores nueves como Heskey, Alan Smith, Bent, Vasell, Zamora, Carroll, Crouch, Defoe¡ Aunque parece que Sturridge, Welbeck y sobre todo Rooney est¨¢n por delante. Es, en cualquier caso, otro reto para Lambert, centrado como est¨¢ en acabar de la mejor forma su carrera. As¨ª lo explicaba Pardew: ¡°He o¨ªdo que a¨²n tiene una gran colecci¨®n de amigos, pero ahora solo les da dinero y los env¨ªa al pub¡±.
Tiempo de algarab¨ªa para el delantero, que, 17 a?os despu¨¦s, ha regresado al Liverpool por unos cinco millones y dos temporadas. ¡°Se me hace muy dif¨ªcil describir lo que siento al haber firmado con 32 a?os por el club que siempre he amado. No me lo creo, pensaba que la oportunidad hab¨ªa pasado¡±, escribi¨® Lambert en una carta abierta. Esta vez, sin embargo, las l¨¢grimas fueron de sus padres, felices porque Rickie lograba el triunfo negado.
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