El resbal¨®n de los emblemas
Casillas la pifia en un gol al tiempo que Xabi se va al banquillo al torcerse el duelo
Van Gaal, acorde con sus ideas y rifirrafes institucionales del Ajax, se rebel¨® al cruyffismo y puso una zaga de cinco. Librillo que reivindicaba el repliegue y la contra, fiado a la desfiguraci¨®n del juego rival y las ocasiones espor¨¢dicas. Le sali¨® de rechupete; Espa?a ofreci¨® un agujero en la zaga que aprovecharon Robben y Van Persie, que necesitaron media para meter cuatro, ali?ados con un quinto de De Vrij. Descalabro expresado desde los emblemas, con Casillas fuera de sitio y con Xabi en el banco tras torcerse el duelo.
El resbal¨®n de Casillas. Su primera parada a Sneijder, evocaci¨®n de la final del anterior Mundial con Robben, fue un espejismo. Pudo fallar en el primer gol de Van Persie porque se qued¨® a media salida, sin opciones de cazar el centro ni de anular el remate que situ¨® su r¨¦cord de imbatibilidad en 477 minutos, por detr¨¢s de Zenga (517) y Shilton (500). Nada pudo hacer ante Robben en el segundo y quinto tanto, y menos en el tercero porque Van Persie le hizo falta. La pifia lleg¨® en el cuarto; un mal control que el 9 castig¨®.
El falso confort de los laterales. La defensa de Van Gaal liber¨® a los laterales de Espa?a, que disfrutaron de un te¨®rico partido poco exigente, m¨¢s all¨¢ de las ayudas y coberturas puntuales que deb¨ªan ofrecer y no dieron a los centrales. Para Azpilicueta, sin embargo y sin ayudas de la l¨ªnea anterior, Blind supuso un quebradero de cabeza. En ataque, ambos estiraron el campo, pero no hubo receptor para sus centros.
La red de los centrales. Descolocados de inicio Martins Indi y De Vrij por el juego de entrel¨ªneas, se recompusieron a tiempo para tejer una red infranqueable. Pero solo Vlaar desmostr¨® ser un zaguero de alta alcurnia, excelente en las ayudas, fenomenal para desactivar a Diego Costa. Si bien su ¨²nica misi¨®n era lanzar obuses a la cabeza de Van Persie, en defensa naufrag¨® sobre todo De Vrij, que pic¨® en el recorte de Diego Costa para cometer el penalti. Aunque se resarci¨® en el segundo acto, con un gol de cabeza.
Ascensor Blind. Se resisti¨® a su condici¨®n de tap¨®n y corri¨® por el costado, mal marcado por Silva. Puso un centro desde la medular que Van Persie resolvi¨® y otro que Robben transform¨®.
Boquete en la zaga. Ramos y Piqu¨¦ se parecen en el blanco de los ojos porque uno juega desde atr¨¢s y ordena ¡ªaunque no le sali¨® el golpeo de desplazamiento¡ª, al tiempo que el otro salta, corrige, corre y anticipa. Armas suficientes para anular la t¨¢ctica de la contra holandesa. Pero no se entendieron los centrales, descompenetrados, lentos y hasta torpes, y crearon un agujero negro para el disfrute oranje.
Xavi y Xabi, unidireccionales. Mientras Alonso persegu¨ªa el pase largo a la carrera de Costa, Xavi daba un paso al frente para recibir, girar y tocar, maniobras solventes que sirvieron para dar el pase definitivo a Costa en el penalti. Pero ninguno descifr¨® el juego de velocidad adverso y se perdieron al tiempo que lo hizo el bal¨®n de los pies de Espa?a. Acabaron en el banquillo.
El triunfo del m¨²sculo. Tiraron de las patadas y el contacto De Guzm¨¢n y De Jong para restar el juego por medio de Espa?a. Ambos se ense?aron con Busquets, pero el colegiado obvi¨® sacarles la tarjeta amarilla. Generosos, reivindicaron la capitalidad del esfuerzo frente a la calidad.
La voz de Silva. Discutido porque le arrebat¨® el puesto a Pedro, asumi¨® el protagonismo en la zona de tres cuartos, airoso en el ¨²ltimo pase y en la mezcla. Le falt¨® seguir a Blind y pisar el ¨¢rea rival. Cuando lo hizo, le anularon el gol correctamente.
Iniesta y Diego Costa juegan solos. Le cost¨® poner el desequilibrio porque recibi¨® la patada antes que el hueco. Pero Iniesta fue el primero en probar la porter¨ªa rival con un chut lejano que salud¨® al larguero y dio pases de escuadra y cartab¨®n. Dur¨® poco, lo que tard¨® Holanda en golpear. Algo similar le ocurri¨® a Costa, abucheado por la hinchada local por su pasaporte brasile?o. Se pele¨® con su sombra en busca del desmarque y el bal¨®n, y forz¨® el penalti que marc¨® Alonso. Y se acab¨® su partido, como el de Espa?a.
Dos flechas, cuatro goles. Les reclam¨® Van Gaal trabajo ¡ªten¨ªan que coger a los laterales en caso de que subieran¡ª y un partido con m¨¢s tino que protagonismo. Sacaron un excelente los dos porque descosieron a Ramos y Piqu¨¦ al tiempo que autografiaron dos goles por barba.
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