Alemania destroza a Portugal
El equipo de L?w desmonta con un gran juego a la selecci¨®n de Cristiano, lastrada por la expulsi¨®n de Pepe
Alemania destroz¨® a Portugal en un precioso ejercicio de f¨²tbol. La desarticulaci¨®n fue tan rotunda, tan exacta, que coloc¨® al equipo centroeuropeo como el m¨¢s claro favorito al t¨ªtulo. Las condiciones no parec¨ªan las m¨¢s favorables para que Alemania se impusiera con semejante autoridad. Su adversario dispon¨ªa de una plantilla importante y el sol del mediod¨ªa de Bah¨ªa amenazaba con hacer estragos en futbolistas que no est¨¢n acostumbrados a estas temperaturas. Pero el viejo f¨²tbol germano ha producido un equipo industrioso y lleno de talento que tritura a sus rivales con sutileza. Portugal vivi¨® un verdadero martirio, encarnado en la figura doliente de Cristiano y en el desquiciado Pepe, que cometi¨® una imprudencia, arriesg¨® el juicio de un ¨¢rbitro severo, y fue expulsado antes del descanso.
La cara de Ronaldo reflejaba amargura antes del partido. Cuando el capit¨¢n portugu¨¦s salud¨® a su hom¨®logo, Lahm, para intercambiar banderas, se hizo evidente que algo no iba bien. El azar le proporcion¨® un alivio fugaz. La moneda al aire le dio la elecci¨®n de campo y se?al¨® la mitad sombr¨ªa para su equipo. La t¨¢ctica consist¨ªa en poner a los alemanes al sol. El inicio de las hostilidades invit¨® a pensar en una confrontaci¨®n calculada, equilibrada por dos fuerzas semejantes que se miden en cada detalle. Portugal se mostr¨® capaz de hacer da?o con el oficio de Veloso, Meireles y Moutinho. Los volantes dirigieron la presi¨®n muy arriba sobre el inicio del juego alem¨¢n y provocaron el error de Lahm. El bal¨®n acab¨® en los pies de Cristiano que encar¨® a Neuer en el primer palo antes de fusilarlo. El portero le achic¨® el ¨¢ngulo y el tiro rebot¨®.
Portugal fue v¨ªctima de su progresiva inclinaci¨®n a dar el primer pase a Cristiano, sea como sea, y sea quien sea el lanzador. Hay algo angustioso en este equipo, que se cree capaz de ganar el Mundial y que lo apuesta todo por una figura castigada por una lesi¨®n compleja. La tendinitis rotuliana en su pierna izquierda atormenta al goleador y rebaja el potencial de sus compa?eros. La ansiedad es contagiosa y de eso se aprovech¨® Alemania a partir de su armon¨ªa. L?w dispuso un equipo sin punta fijo, en el que todos se reun¨ªan en el medio y todos se permutaban para ir y volver, generando superioridades en el medio campo y en el ¨¢rea de Patricio. La falta de referencias sac¨® de su elemento a Pepe y Alves y acab¨® por arrugar a todos los portugueses. El repliegue fue un remedio tan desesperado como poco eficaz. De un intercambio veloc¨ªsimo de ?zil, M¨¹ller y G?tze por el costado derecho lleg¨® el primer gol. M¨¹ller recibi¨® de espaldas sobre la frontal del ¨¢rea y entreg¨® el bal¨®n a G?tze que pis¨® la zona de penalti. Ah¨ª no hubo manera de quitarle la pelota. El peque?o diablo del Bayern amag¨® que no llegaba pero lleg¨® con la punta de la bota y Pereira lo derrib¨®. El ¨¢rbitro decret¨® penalti, M¨¹ller lo ejecut¨®, y Portugal se desliz¨® al hoyo.
Pasada la media hora ?zil alcanz¨® la l¨ªnea de fondo antes de dejar solo a G?tze con Patricio. Gan¨® el portero, pero la acci¨®n descubri¨® ejes chirriantes en la zaga portuguesa y Alves recrimin¨® a Pepe la desatenci¨®n. Luego lleg¨® el c¨®rner de Kroos y el 2-0. Hummels se elev¨® y cabece¨® ante la oposici¨®n in¨²til de Pepe. Alemania ganaba y Portugal perd¨ªa en todos los frentes. Perd¨ªa por f¨²tbol y por temple. Fuera de s¨ª despu¨¦s de sus errores, Pepe perdi¨® la calma ante M¨¹ller. El atacante exager¨® un manotazo y Pepe se lo recrimin¨® chocando frente con frente. Fue un desatino que el ¨¢rbitro castig¨® con roja directa.
Aposentada en el palco de Bah¨ªa, la canciller Angela Merkel celebr¨® satisfecha el destrozo que causaban sus muchachos. Bento restaur¨® su defensa retrasando a Meireles en un intento por paliar los da?os. Pero hasta seis futbolistas alemanes se desplegaron por delante del bal¨®n en la maniobra que precedi¨® al 3-0. Lahm, ?zil, Kroos, M¨¹ller, G?tze y H?wedes asaltaron la porter¨ªa en un movimiento que disloc¨® los restos de Portugal. El centro de Kroos acab¨® en la bota de M¨¹ller, que se anticip¨® al despeje de Alves. El gol, antes del descanso, acab¨® con cualquier disputa.
La segunda parte fue una v¨ªa dolorosa para Portugal. El p¨²blico no tuvo piedad con los que ca¨ªan y se ensa?¨® con Cristiano. La mayor¨ªa brasile?a le pit¨® cada vez que contactaba con la pelota, cada vez que gesticulaba para lanzar una falta. Fue penoso. No tuvo suerte la gran estrella portuguesa, obstinada con jugar hasta el ¨²ltimo instante a pesar de su pobre condici¨®n f¨ªsica. Tampoco tuvieron fortuna Coentr?o ni Hugo Almeida, que debieron abandonar lesionados.
Alemania administr¨® su ventaja refrescando hombres y aumentando la goleada. M¨¹ller hizo su triplete y la hinchada cant¨® con fuerza a lo que parece ser un futuro glorioso. Este equipo es, definitivamente, formidable. Aun perdiendo a Reus, su ¨²ltima figura emergente, en Bah¨ªa convalid¨® su cartel de m¨¢ximo candidato.
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