M¨¹ller, el misterioso
Con ocho tantos mundialistas, el punta de Alemania es un enigma para L?w y para Guardiola
Thomas M¨¹ller se sent¨® ante la audiencia con la expresi¨®n distra¨ªda y atrabiliaria que precede a ciertos caracteres provincianos. A sus 24 a?os, el muchacho de P?hl sigue discurriendo por el mundo como si el mundo fuese P?hl, el pueblecito somnoliento recostado en los Alpes, la iglesia, el castillo, el lago, los trigales. Alguien le pregunt¨® que c¨®mo se sent¨ªa despu¨¦s de meterle tres goles a Portugal en el debut de Alemania en el Mundial, el lunes, y abri¨® los ojos como si le hubiesen dado un cachetazo para devolverle a la realidad.
-?Gut!- exclam¨®, descubriendo una sonrisa llena de dientes y asimetr¨ªas.
Acababa de sumar su octavo gol en la Copa del Mundo, n¨²mero que le equipara a gigantes como Maradona, Rivaldo, Ademir o Villa. Pero ¨¦l no parec¨ªa darse importancia. Alguien le pregunt¨® si esperaba batir el r¨¦cord goleador en los Mundiales, a cargo de Ronaldo Nazario desde 2006, con 15 tantos. ¡°Lo que queremos es ser campeones del mundo¡±, dijo, ¡°no nos interesan los r¨¦cords de otros. Queremos entrar en octavos. Hoy tuvimos suerte de concretar las ocasiones. A veces Dios te mira con buenos ojos. Pero yo tengo tanta fe como siempre¡±.
El arquetipo del alem¨¢n met¨®dico, contenido y cerebral, no coincide con M¨¹ller. Su manera de ser es tan alegre e indescifrable como su manera de jugar. Dice Guardiola, su entrenador en el Bayern, que ni ¨¦l mismo sabe por qu¨¦ hace las cosas que hace en el campo, por qu¨¦ se desmarca, por qu¨¦ va o por qu¨¦ se queda. Quiz¨¢ por esta desconfianza hacia los procesos irreflexivos, tan propia de Guardiola, el t¨¦cnico prefiri¨® darle la titularidad a Mandzukic en la punta del Bayern, en las ¨²ltimas semifinales de la Champions contra el Madrid. El resultado no fue bueno para el equipo alem¨¢n. Carlo Ancelotti, el entrenador madridista, respir¨® aliviado cuando no le vio cerca del ¨¢rea de Casillas. Ancelotti hab¨ªa anunciado a sus ayudantes que de todas las opciones posibles en el frente de ataque del Bayern, la que m¨¢s tem¨ªa era la de M¨¹ller. El italiano aseguraba que M¨¹ller se mueve tanto que a veces se vuelve incontrolable. Seg¨²n un empleado del Madrid, el informe de los esp¨ªas era particularmente gracioso en la descripci¨®n del flaco de P?hl: ¡°Imprevisible en el control, desastroso en la conducci¨®n y magn¨ªfico en la definici¨®n¡±.
¡°No me interesan los r¨¦cords, lo que queremos es ser campeones¡±, dice
Joachim L?w, el seleccionador alem¨¢n, ha sido uno de los grandes patrocinadores de M¨¹ller desde 2010. Pero al salir del estadio de Bah¨ªa el t¨¦cnico confes¨® que despu¨¦s de tanto tiempo sigue sin saber exactamente c¨®mo definir al futbolista. ¡°?l¡±, dijo, ¡°ha probado una vez m¨¢s que tiene instinto para generar situaciones peligrosas. Corre mucho y tira diagonales que siempre son dif¨ªciles de interpretar para el oponente porque act¨²a sobre patrones inesperados. Es un jugador muy poco ortodoxo. Como entrenador a veces no puedes predecir sus caminos en el campo, y esto lo hace dif¨ªcil de marcar. Lo ¨²nico que podemos determinar con certeza es que tiene un objetivo. ?l cada d¨ªa se pregunta: ¡®?C¨®mo puedo marcar goles?¡¯. Eso le da una fuerza tremenda. Es un goleador nato¡±.
Frente a Portugal, M¨¹ller fue el tornado que atrajo todo el ataque alem¨¢n. Marc¨® el 1-0 de penalti despu¨¦s de una jugada con G?tze; hizo el 3-0 tras hostigar a Bruno Alves en un rechace; y remat¨® el tercero a un toque aprovechando el despeje del portero. Por el camino, provoc¨® la expulsi¨®n de Pepe. Un estropicio en toda regla. ¡°No todos los d¨ªas se hacen ¡®hat-tricks¡¯, se ri¨®. ¡°No es lo natural. No espero meter otros tres goles. Pero lo intentar¨¦¡±.
Australia, Inglaterra, Argentina y Uruguay, fueron sus v¨ªctimas en el Mundial de Sud¨¢frica. Entonces ten¨ªa 20 a?os y su espontaneidad caus¨® sensaci¨®n. El legendario n¨²mero diez alem¨¢n, G¨¹nter Netzer, que por entonces estaba en Johannesburgo comentando partidos con el aire severo de un pastor calvinista, no pudo reprimir la risa cuando le preguntaron por la revelaci¨®n: ¡°?Me encanta! ?El t¨ªo es un original!¡±.
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