Bienvenida, Costa Rica
Los Ticos se meten en octavos, fulminan a Inglaterra y dejan ante el abismo a otros campeones como Italia y Uruguay Italia tiene dos caras en funci¨®n del juego de Pirlo
El f¨²tbol es tan universal que en ocasiones reparte sonrisas donde nadie lo espera. Es su magia, la de un juego que se reserva sus insondables arcanos. Su ¨²ltimo secreto era Costa Rica, que hoy brinda con confetis y serpentinas por la gesta de su selecci¨®n. Una proeza en toda regla como supone haberse ganado ya la clasificaci¨®n para octavos en solo dos jornadas. Por si fuera poco, por el camino ha fulminado a un campe¨®n mundial, Inglaterra, ya eliminado, y ha dejado contra las cuerdas a otros dos, Italia y Uruguay, que se lo tendr¨¢n que jugar todo a una carta en su duelo directo de la pr¨®xima semana. Eso s¨ª que es armar el gran taco. Costa Rica, la gran revelaci¨®n por ahora, era la cenicienta de un grupo de tanta hidalgu¨ªa que sus tres contrarios suman siete t¨ªtulos. Pues ?caray con Los Ticos!, un pa¨ªs que no llega a los cinco millones de habitantes y con un equipo que participa solo por cuarta vez en la Copa del Mundo. El s¨¦quito costarricense y sus gentes en las gradas lo celebraron con una emotividad desbordante. El f¨²tbol no siempre es de los plut¨®cratas y Costa Rica ha emergido en este Mundial como un fulgurante cometa.
Si ya result¨® asombrosa su remontada ante Uruguay, m¨¢s fascinante fue a¨²n su encomiable respuesta ante Italia, un cl¨¢sico entre los cl¨¢sicos, el actual subcampe¨®n de Europa, el representante m¨¢ximo del calcio y toda su liturgia. La Italia que despunt¨® ante Inglaterra se qued¨® de piedra ante un rival con una fe ilimitada, un entusiasmo infinito, mucho orden en el campo, la solidaridad por bandera y algunos jugadores interesantes, como Keylor Navas, Bryan Ruiz, Campbell y Bola?os. Todos, sin excepci¨®n, se agigantaron ante una Italia encapotada, y por la efervescencia de su t¨¦cnico, el colombiano Jorge Luis Pinto, al que muchos atribuyen este milagro de autor.
Existen jugadores tan determinantes que su sello marca a todo un equipo. Por eso hay dos Italias, la de Pirlo y otra que en nada se parece. La primera, con su fenomenal centrocampista activado es m¨¢s arm¨®nica y punzante; si el jugador del Juventus se desenchufa, su selecci¨®n, menos cicatera que anta?o, vive en un cuarto oscuro. El caso de Pirlo es extraordinario, juega mejor y mejor en la medida que cumple a?os. Como ya tiene 35 es en s¨ª mismo un tratado de f¨²tbol.
Frente a Costa Rica, Prandelli puso un doble cepo en el eje, con Motta y De Rossi como escoltas de Pirlo, que se vio fuera de foco, empujado hacia Balotelli, una zona forastera para ¨¦l. Entonces, La Azzurra era barbecho, de pelotazo en pelotazo hacia su ¨²nico delantero. Un mon¨®logo in¨²til hasta que Pirlo borr¨® la pizarra, dio un paso atr¨¢s, tir¨® de escuadra y cartab¨®n y puso a Balotelli en la sala de espera del gol. El milanista se disloc¨® en la primera ocasi¨®n, un remate sencillo, con la pelota en bote, por encima de Keylor Navas, y en la segunda fue el portero del Levante qui¨¦n ataj¨® su disparo. Lo mejor de Italia con el mejor Pirlo.
Cuando m¨¢s sent¨ªa Costa Rica el oleaje rival, un desenga?o le meti¨® en el partido, lo contrario de lo que suele suceder. El exb¨¦tico Campbell, un velocista, enfil¨® la porter¨ªa del eterno Buffon y Chiellini le arroll¨® con descaro. El ¨¢rbitro mir¨® a la luna. Cuando los costarricenses a¨²n estaban con la bronca, Ruiz, su capit¨¢n, un zurdo con clase que se alista en la Premier con el Fulham, caz¨® un cabezazo en el segundo palo, a dos pelos de Buffon y un paso del descanso.
Prandelli reaccion¨® con la entrada de Cassano en lugar del improductivo Motta, con lo que logr¨® despejar el medio campo a favor de Pirlo y De Rossi y al tiempo gan¨® un polvorilla cerca de Balotelli. El conjunto italiano exigi¨® a¨²n m¨¢s firmeza de su adversario, que pese a su poco cuajo en la esfera internacional no perdi¨® la compostura y siempre tuvo un valor seguro en su arquero Navas. El grupo de Prandelli meti¨® varias marchas m¨¢s y su repertorio ya no se limit¨® al juego directo por la v¨ªa central. A Italia le faltaron respuestas convincentes y cada vez fue m¨¢s previsible, sin tanto palique de Pirlo con la pelota. Su oponente, con muchas prote¨ªnas, le cerr¨® las salidas y mantuvo el chasis hasta la apoteosis final. Bienvenida, Costa Rica, en el para¨ªso del f¨²tbol a veces hay hueco para todos.
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