Palabra de Messi
Por la senda de Neymar, Robben y Benzema, las primeras luces del campeonato, golazo a golazo se a?ade Messi, que argumenta as¨ª por qu¨¦ tiene mando en plaza fuera y dentro de la cancha.
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Por la senda de Neymar, Robben y Benzema, las primeras luces del campeonato, golazo a golazo se a?ade Messi, que argumenta as¨ª por qu¨¦ tiene mando en plaza fuera y dentro de la cancha. Nunca fue un l¨ªder, pero acumula cada vez m¨¢s cargos: capit¨¢n, diez ¡ªcomo si ese n¨²mero lo hubiera escrito la mism¨ªsima mano de dios¡ªy ahora entrenador. Para medirse a Ir¨¢n, el barcelonista pregon¨® un 4-3-3 que m¨¢s bien fue un 4-3-Messi-2, con Sabella, su t¨¦cnico, bien cuadrado. No es el primer caso, ni mucho menos, de una estrella que decide a qu¨¦ m¨¦todo servir con su desbordante talento, como esos artistas que eligen para qui¨¦n pintar o componer, d¨®nde y cu¨¢ndo. Los divos deciden el men¨² y no conviene contradecirles, no sea que no froten la l¨¢mpara por un berrinche.
Al chico siempre hubo que interpretarle, pero esta vez se ha pronunciado en p¨²blico
Messi no es un producto de Sabella y la misi¨®n crucial de todo entrenador de Argentina es encontrar el ecosistema adecuado para su eminencia. Son contad¨ªsimos los t¨¦cnicos que lo han conseguido. Ese ser¨ªa el mayor acierto del preparador argentino, no imponer su criterio. Cuando un t¨¦cnico se maneja con maradonas, messis o cruyffs esa es su gran suerte si acepta su papel secundario o su gran cruz si quiere dar sombra al astro. Bien saben en los banquillos que la hinchada no suele dudar en caso de disparidad. En el caso de Sabella, su fortuna es todav¨ªa mayor que la de otros que han convivido con Leo. Al chico siempre hubo que interpretarle, porque a un mil¨ªmetro de su entorno es un sigiloso franciscano, pero esta vez se ha pronunciado en p¨²blico. Palabra de Messi, no se hable m¨¢s hasta decir gol de Messi. De ambas cosas puede presumir esta Argentina. De f¨²tbol, por el momento no. Ni de largo.
Que Leo se haya expresado de forma tan cristalina es tan llamativo como su subliminal ordenanza. Tan diferente es el Leo albiceleste del azulgrana, que en la selecci¨®n La Pulga ha invertido el formato que se procur¨® en el Barcelona. En su club, le despejaron el ¨¢rea de compa?eros arietes ¡ªEto¡¯o, Ibrahimovic, Villa¡ª y le fijaron extremos para ensanchar el campo y que tuviera mejor panor¨¢mica de la red adversaria por todo el frente de ataque. Por el embudo, a su bola, emergi¨® un Messi sublime que invad¨ªa a la defensa rival como cierre de una jugada o como ejecutor de la misma desde la larga distancia. En Argentina, sin embargo, le agrada jugar con Ag¨¹ero e Higua¨ªn, gente que planta el radar en la periferia del gol, que se ancla con frecuencia en el ¨¢rea. Con ellos por delante, Messi se ha aventurado por el gran p¨¢ramo albiceleste, el medio campo, donde apenas hay m¨¢s contribuyentes que Gago y Mascherano, dos de sus escoltas preferidos.
Tan diferente es el Messi albiceleste del azulgrana que ha invertido el formato
Cabe pensar que su paso atr¨¢s tenga que ver con paliar ese d¨¦ficit, o bien que por zonas m¨¢s templadas su cuerpo de estos tiempos le responda mejor. Ese retraso ya lo ha hecho este curso en el Bar?a. All¨ª nadie osaba llenar el vac¨ªo ante la porter¨ªa contraria; en Argentina ha sido el propio Messi el que se ha inclinado por dar una soluci¨®n. Ante Bosnia, cuando Sabella acept¨® su dictado, no solo se maquill¨® mejor la selecci¨®n, sino que Messi fue al rescate y certific¨® el sistema con un gol desde el horizonte. Frente a Ir¨¢n, impuso su pizarra desde el inicio y el equipo estuvo tan gripado que cuando algunos ya preparaban la tiza para tir¨¢rsela a la cara, Leo hizo de salvavidas en el ¨²ltimo suspiro y tambi¨¦n con una diana desde el m¨¢s all¨¢ del ¨¢rea. Ahora se sacude los goles desde donde juega, a unas cuadras del ¨¢rea. De hecho, ante los muchachos de Queiroz todos sus remates llegaron desde el balc¨®n.
Con la t¨¢ctica de Messi, Argentina no se carg¨® de razones para la esperanza triunfal. No importa, a su capit¨¢n le gusta y ¨¦l es la mejor se?al de optimismo, porque anota y habla, por mucho que sus goles no sean de palabra ni se puedan dibujar con flechas en encerado alguno. La Pulga, en el campo y fuera, no es un estratega, es una estrategia, y no se le debe perturbar. Con ¨¦l efectivo y sonriente qu¨¦ m¨¢s dan el 4-3-3 o el X-J-H si cuando ruede la pelota ir¨¢ a su aire. Ya lo sabe Sabella... Aunque puede que no lo sepa Messi.
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