Portugal revive en el ¨²ltimo minuto
El equipo de Ronaldo, que sigue doliente, se salva de la eliminaci¨®n ante una hermosa selecci¨®n de Estados Unidos (2-2)
Cristiano no pudo disimular su cojera en otro trance ag¨®nico para Portugal. El m¨¢ximo goleador europeo se mostr¨® impreciso y contrariado durante todo el partido de Manaos. No dispar¨® ni una vez entre los tres palos, pero en el ¨²ltimo minuto se las ingeni¨® para meter un centro sin desborde y Varela marc¨® el 2-2. Fue la salvaci¨®n de Portugal, que estaba matem¨¢ticamente eliminada, doblegada por una selecci¨®n de Estados Unidos que amenaza con hacer historia. El Grupo G se resolver¨¢ en la ¨²ltima jornada de la primera fase. Un empate entre Alemania y Estados Unidos dejar¨ªa fuera a Portugal, independientemente de lo que hiciera ante Ghana.
El inter¨¦s del Mundial de Brasil reside en partidos como este. En otro tiempo, una combinaci¨®n de calor y humedad extremos habr¨ªa servido de coartada para la especulaci¨®n. No fue el caso de Portugal y Estados Unidos, lanzados en busca del partido con la intenci¨®n de explotar al m¨¢ximo las virtudes propias sin detenerse morbosamente en anular las ajenas. Fue un ejercicio de generosidad emocionante. El terrible derroche inspir¨® al ¨¢rbitro, el argentino N¨¦stor Pitana, a declarar un tiempo muerto de refrigeraci¨®n pasada la media hora. Cosas del f¨²tbol en la Amazonia.
Estados Unidos sali¨® a esperar la ocasi¨®n de lanzar a sus velocistas. Portugal entr¨® en plan dominador, manejando los tiempos con sus tres espl¨¦ndidos centrocampistas. Ya quisieran la mayor¨ªa de las selecciones presentes en Brasil contar con gente como Veloso, Meireles y Moutinho, tipos expertos que entienden los principios del juego y proporcionan a sus compa?eros un entorno de seguridad. Fue una anticipaci¨®n de Veloso la que inici¨® la jugada del gol que abri¨® el marcador. El volante jug¨® a su izquierda para Almeida, y el lateral encontr¨® a Postiga en el v¨¦rtice del ¨¢rea. El centro de Postiga rebot¨® en un defensa americano y cay¨® a los pies de Nani, que llegaba al segundo palo. Tuvo fortuna Nani al encontrarse con la pelota y volvi¨® a tener suerte al enfrentar al portero. Howard se venci¨® y el tiro entr¨® por el primer palo.
Aunque es una tarea casi imposible, sabemos que en el f¨²tbol todo puede suceder"
Hab¨ªan trascurrido cinco minutos de partido y el gol alter¨® todos los supuestos. El encuentro pensado sobre el power-point evolucion¨® hacia un espacio desconocido al que los jugadores debieron internarse sin cartas de navegaci¨®n. Portugal dio un paso atr¨¢s y cedi¨® parte de la iniciativa. Entonces el equipo de Klinsmann se enfrent¨® a una doble inc¨®gnita. Qu¨¦ hacer para sobreponerse an¨ªmicamente al problema de la desventaja y c¨®mo actuar a la hora de elaborar en espacios reducidos. Estados Unidos acert¨® en las dos cuestiones. No se alter¨® por el golpe ni pareci¨® inc¨®modo con la pelota. Al rev¨¦s. Bradley, un futbolista notable, ambidiestro, preciso, p¨ªcaro y regular, se sum¨® al medio campo juntando l¨ªneas y a su alrededor fueron creciendo los dem¨¢s. Jones, Beckerman y Zusi se adue?aron de las transiciones tocando, con criterio y pausa hasta cambiar de ritmo. Por la derecha penetr¨® Johnson como un hurac¨¢n y arriba Dempsey puso a prueba a Beto en un par de ocasiones. Cuando el portero no estuvo le socorri¨® el sustituto de Pepe. Si los estadounidenses no igualaron antes fue gracias a las intercepciones de Ricardo Costa en dos oportunidades, ambas en el ¨¢rea chica. Dempsey estrell¨® dos disparos contra el central.
Paulo Bento reemplaz¨® a Coentr?o con Almeida, un diestro impostado en el lateral izquierdo. El t¨¦cnico tuvo que improvisar de salida y a los diez minutos, cuando Postiga pidi¨® el cambio. Entr¨® Eder. Y fue de Eder la mejor ocasi¨®n de apuntillar el partido. Portugal respondi¨® al dominio de Estados Unidos con dos contragolpes de Cristiano rematados desde fuera del ¨¢rea por Nani. El segundo peg¨® en el palo. El rechace fue para Eder. Otra vez. Otro rechace acab¨® en los pies de un atacante portugu¨¦s. Era gol o gol. Pero Howard, a contrapi¨¦, sac¨® una mano salvadora. El bal¨®n se fue alto y su selecci¨®n se fue al descanso ilusionada. En la grada, un hincha exhibi¨® un cartel representativo del car¨¢cter de este equipo: Believe.
Los dem¨¢s equipos est¨¢n demostrando que son mejores que nosotros y merecen m¨¢s que nosotros¡±
Portugal no consigui¨® penetrar la defensa rival. Sus tiros siempre fueron desde fuera del ¨¢rea, o a la salida de una falta, o de rebote. Mucho m¨¢s claridad demostr¨® Estados Unidos, que acab¨® imponi¨¦ndose por f¨²tbol y por contundencia. Jones, el mediocentro alem¨¢n nacionalizado, empat¨® con un derechazo desde 20 metros, con rosca al segundo palo. Si Estados Unidos soport¨® los inconvenientes con entereza, Portugal vacil¨®. El partido se trab¨® durante un rato. Cuando no ten¨ªa due?o reapareci¨® Johnson explotando de nuevo la espalda del sustituido Almeida. Su centro acab¨® en Zusi y luego en el pecho de Demsey, que mand¨® la pelota a la red.
Portugal estaba en la lona. Descalificada. Orillada por un adversario sin tradici¨®n en los papeles pero superior en el campo. Se adelant¨® fortuitamente y regres¨® al Mundial en una jugada aislada. En el ¨²ltimo minuto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.