La Canarinha, en el div¨¢n
Scolari llama a una psic¨®loga para combatir la fragilidad emocional de sus jugadores
El llanto desesperado de Neymar y del capit¨¢n Thiago Silva sobre el c¨¦sped del Mineir?o, en el choque de octavos ante Chile, ha encendido las se?ales de alarma en Brasil. El anfitri¨®n no esperaba que las l¨¢grimas llegaran tan pronto. La alegr¨ªa que mostraba la sele??o?antes del inicio del Mundial, quiz¨¢ un punto forzada, ha mutado en una tensi¨®n palpable que ha motivado el desplazamiento urgente a la concentraci¨®n de Teres¨®polis de la psic¨®loga deportiva Regina Brand?o, colaboradora habitual del seleccionador, Luiz Felipe Scolari.
Ya no parece tan claro que vayan a ganar el hexacampeonato, como promet¨ªa Felip?o antes del torneo. Lo expres¨® hace pocos d¨ªas el exdefensa campe¨®n del mundo M¨¢rcio Santos: ¡°Nadie quiere ser Barbosa¡±. La sombra del portero del Vasco de Gama, condenado a 40 a?os de ostracismo por un pa¨ªs que no le perdon¨® el segundo gol del Maracanazo, vuelve sobre una selecci¨®n acuciada por la inestabilidad emocional a dos d¨ªas de su crucial partido de cuartos contra Colombia.
Brand?o, cuya relaci¨®n profesional con Felip?o dura ya m¨¢s de 20 a?os, confeccion¨® en los d¨ªas previos a la Copa un perfil psicol¨®gico confidencial de cada uno de los 23 futbolistas para ayudar al cuerpo t¨¦cnico a lidiar individualmente con la presi¨®n que supone jugar el Mundial en casa y tener la oportunidad de ¡°acabar con el Maracanazo¡±, como hab¨ªa reconocido el segundo entrenador de la selecci¨®n, Carlos Alberto Parreira: ¡°Es algo que tenemos clavado en la garganta desde hace 64 a?os¡±. Felip?o y Parreira, ambos ya campeones del mundo, han mostrado su convicci¨®n de que si controlan el estado emocional de sus jugadores, el equipo encontrar¨¢ el buen f¨²tbol, ausente hasta ahora. Pretenden demostrar a su equipo, con la ayuda de Brand?o, que el momento m¨¢s cr¨ªtico del torneo ya ha pasado: s¨®lo tres partidos les separan del trofeo.
Pero los n¨²meros dicen que Brasil nunca ha tenido un peor resultado en sus cuatro primeros partidos (dos victorias y dos empates) desde que la FIFA cambi¨® el modelo de competici¨®n en 1986. La prensa brasile?a critica un¨¢nimemente la falta de fluidez y de sorpresa en el juego de su selecci¨®n, lastrada por la falta de talento en la delantera y una permanente obsesi¨®n defensiva en su centro del campo.
El llanto de Thiago Silva y Neymar ante Chile ha encendido todas las alarmas en Brasil
La angustia de La Canarinha ofrece otros s¨ªntomas preocupantes: su director de comunicaci¨®n, Rodrigo Paiva, ha sido suspendido durante un partido por la FIFA por los incidentes ocurridos en el descanso del duelo contra Chile (con 1-1 en el marcador), que implicaron tambi¨¦n al delantero Fred y al chileno Medel. Temeroso de que la situaci¨®n se le fuera de las manos, Scolari convoc¨® espont¨¢neamente el domingo a seis periodistas deportivos de su confianza para solicitar mayor amabilidad de la prensa y quejarse del arbitraje recibido hasta la fecha. En la conversaci¨®n, el seleccionador mostr¨® su preocupaci¨®n por la ¡°agitaci¨®n psicol¨®gica¡± de los referentes del vestuario (Thiago Silva, Neymar, David Luiz y Julio C¨¦sar) e incluso apunt¨® que, si pudiera, har¨ªa alg¨²n cambio en la convocatoria de 23 futbolistas.
El s¨¢bado, en Belo Horizonte, s¨®lo el portero Julio C¨¦sar pareci¨® llorar de felicidad: sus dos penaltis parados le permitieron esquivar (por ahora) la maldici¨®n de Barbosa y reivindicarse frente a un pueblo que le hab¨ªa puesto la cruz en el Mundial 2010. El presidente de la Asociaci¨®n Paulista de Psicolog¨ªa del Deporte, Jo?o Ricardo Cozac, cuestion¨® la actitud del capit¨¢n Silva en declaraciones a Terra: ¡°Puede llorar, es una forma de exteriorizar la emoci¨®n. Pero, antes de un momento importante y decisivo, ver al arquero y al capit¨¢n llorando y al entrenador, en vez de calmar y motivar, permanecer en la orilla del campo quej¨¢ndose del arbitraje e insultando a los adversarios, demuestra una falta de control emocional de las m¨¢s peligrosas¡±. Scolari quiere acabar con las l¨¢grimas. Incluso cuando suene el himno nacional. El signo de emoci¨®n patri¨®tica se ha convertido en un s¨ªntoma de debilidad.
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