Una final en la cabeza

En la final de Wimbledon, el s¨¢bado, la checa Petra Kvitova contra la canadiense Eugenie Bouchard. Un partido que es mucho m¨¢s que un cruce de raquetas. Es la comparaci¨®n de dos cabezas muy distintas. A los 24 a?os, Kvitova, zurda de tremendo saque que ya se coron¨® en 2011, duda, duda y duda, igual que si fuera Descartes, y a fuerza de pensar tanto, no ha cumplido lo que anunciaba: que podr¨ªa ser una tenista de ¨¦poca. A los 20, Bouchard, que pagar¨ªa todo lo que tiene por ver a Justin Bieber en el palco real, es lo contrario. Un talento que no se piensa nada, porque se considera predestinado a la gloria.

¡°No puedo decir que est¨¦ sorprendida¡±, reaccion¨® la canadiense, que es la n¨²mero trece, tras ganar 7-6 y 6-2 a la rumana Halep en su tercera semifinal grande de 2014 y tras apurar seis puntos de partido. ¡°He trabajado mucho. Llevo a?os preparando esto. Estoy orgullosa¡±, anunci¨® a los cuatro vientos. ¡°Espero resultados como estos de m¨ª. Pertenezco a este sitio. Mi trabajo no ha terminado aqu¨ª¡±, cerr¨®, apostando descaradamente por levantar la Copa el s¨¢bado.

¡°Y yo no quiero hablar ahora de las emociones de 2011, cuando gan¨¦ el t¨ªtulo¡±, dijo Kvitova, que elimin¨® 7-6 y 6-1 a su compatriota Safarova. ¡°Si hablamos de emociones, podemos hablar de las que sent¨ª tras ganar el dif¨ªcil partido contra Venus [Williams]¡°, cont¨® sobre el tremendo encuentro de 2014 en el que elimin¨® a la pentacampeona. ¡°Estos tres a?os desde mi t¨ªtulo han sido inestables, y s¨¦ que hab¨ªa mucha gente que esperaba m¨¢s de m¨ª. Hice todo lo que pude. Nunca es f¨¢cil...¡±, lament¨® la n¨²mero seis mundial, que trabaja con una psic¨®loga. ¡°Cuando gan¨¦ aqu¨ª, tuve que cambiar cosas de mi vida en la pista y fuera de ella, acostumbrarme a la presi¨®n, a los medios de comunicaci¨®n y cosas del estilo¡±, se sincer¨®. ¡°Ahora, entrar en la pista y tener la presi¨®n de ser la favorita es parte de mi vida. He trabajado en el lado mental del juego¡±.

El s¨¢bado, la lucha por la Copa no admite dudas. Espera el t¨ªtulo de Wimbledon, y cualquier titubeo se castiga con la derrota.