Anticip¨¢ndose al martirio
Ca¨ªda de Froome la v¨ªspera del temido pav¨¦s de Roubaix, que se anuncia lluvioso, y antes de una nueva victoria de Kittel
A Jean-Louis le Touzet, el cronista ¨¢cido e inigualable de Lib¨¦ration, le han dado un premio y para recibirlo se ha pasado un d¨ªa por un Tour que este a?o no cubrir¨¢. ¡°?Y quieres creer que lo echo m¨¢s de menos de lo que pensaba?¡±, dice, preocupado por una nostalgia con la que no contaba, el mordaz reportero. Pero luego, como si le inspirara el viento del Norte que mueve a su paso por Boeschepe, a las afueras de Lille, el llamado "Molino de la ingratitud" (al parecer, su moh¨ªno due?o, hace siglos, se neg¨® a pagar al carpintero que lo construy¨® la suma que este ped¨ªa por su art¨ªstica obra), a?ade: ¡°Pero no echo de menos la carrera, los ciclistas, sino el ambiente de la carrera, los colegas, la sala de prensa¡¡± Y entonces se puede pensar tambi¨¦n que m¨¢s que el viento del malquerido molino, que a¨²n resiste como monumento nacional, a Le Touzet le inspira m¨¢s bien la pel¨ªcula aquella de Kubrick, Senderos de gloria, ambientada justamente en los paisajes en los que desembarc¨® este martes el Tour despu¨¦s de cruzar el canal de la Mancha como un ej¨¦rcito invasor que regresa triunfador a casa, los paisajes de las trincheras de los Flandes occidentales franceses, del barro, de la muerte, de la Primera Guerra Mundial que comenz¨® hace justo 100 a?os. Y le inspirar¨ªa, as¨ª, sobre todo, aquella frase en la que el coronel Dax (Kirk Douglas) le viene a decir a uno de los generales que no se cansa de enviar j¨®venes al matadero, algo as¨ª como que el patriotismo es el ¨²ltimo refugio de los canallas.
Clasificaciones
ETAPA
1. Marcel Kittel (ALE/Giant) 3:36:39.
2. Alexander Kristoff (NOR/Katusha) m.t.
3. Arnaud Demare (FRA/FDJ.fr) m.t.
4. Peter Sagan (SVK/Cannondale) m.t.
5. Bryan Coquard (FRA/Europcar) m.t.
GENERAL
1. Vincenzo Nibali (ITA/Astana) 17:07:52.
2. Peter Sagan (SVK/Cannondale) a 2.
3. Michael Albasini (SUI/Orica-GreenEdge) m.t.
4. Greg Van Avermaet (BEL/BMC Racing) m.t.
5. Alberto Contador (ESP/Tinkoff) m.t.
Se referir¨ªa al patriotismo ciclista, por supuesto. Y visto as¨ª, bien se podr¨ªa pensar que tiene raz¨®n Le Touzet, como siempre, y el cinismo. El pelot¨®n se puede contemplar no como a 198 personas con deseos y sue?os y sufrimientos y humores propios, como lo ver¨ªa un humanista, quiz¨¢s; sino, la visi¨®n del patriota canalla, como a pedazos de carne intercambiables: ?se cae Froome?, pues se le llora un poco, se le critica por torpe, y si se retira ya se hablar¨¢ de otro para ganar el Tour; ?se va Andy roto?, pues se habla de que bebe mucha cerveza y de su hermano Fr?nk; ?gana Kittel su tercer sprint?, pues se recuerda a otro alem¨¢n como Zabel que tambi¨¦n era imbatible en su tiempo, o a Cipollini o a Darrigade¡
Sin embargo, ?c¨®mo no sentir ternura por el pobre Froome, uno capaz de re¨ªrse de s¨ª mismo en su autobiograf¨ªa recordando c¨®mo le llamaban Chris Crash Froome por su tendencia a caerse por torpeza o nerviosismo. Si se cay¨® por lo primero, no deber¨ªa significar nada la costalada que se dio saliendo de Le Touquet, a solo cinco kil¨®metros del kil¨®metro cero, cuando su rueda delantera, que buscaba un hueco para rodar, hizo el afilador con la trasera del canadiense Christian Meier, llamado de ¨²ltima hora al Tour para cubrir la baja de Mathews en el Orica y que ya ha podido demostrar su funci¨®n en la carrera. Si fue por nerviosismo, el asunto deber¨ªa ser m¨¢s grave que el dolor o la merma que le causaran las heridas, producidas sobre todo en la cadera y rodilla izquierdas (el mismo costado que se da?¨® hace unas semanas en la Dauphin¨¦) y en la mu?eca del mismo lado, lo que le producir¨¢ inseguridad y dolor al manejar la bici sobre los caminos de piedras inclementes, desiguales y resbaladizas por los que el Tour lanzar¨¢ al pelot¨®n en un d¨ªa que se anuncia de lluvias torrenciales. ?Y c¨®mo no sentir tambi¨¦n compasi¨®n por Andy, por su gran clase y talento tan desaprovechados? ?O admiraci¨®n por la forma de esprintar de Kittel, que en las avenidas de Lille, ¨¦l solito, fue capaz de un doble esfuerzo triunfador: el primero para coger la rueda del noruego Kristoff (que no es un cualquiera: gan¨® la San Remo), quien hab¨ªa arrancado a 300 metros; el segundo, para desbordarlo con la ¨²ltima pedalada? ?Y c¨®mo no sentir simpat¨ªa por Mat¨¦ y Voeckler, espa?ol y franc¨¦s, que encontraron nuevas razones para una fuga in¨²til: Mat¨¦ para honrar la firma Cofidis, que tiene la sede en la regi¨®n; Voeckler, para felicitar su 58? cumplea?os a su director, Bernaudeau; y luego ambos sufrieron a cola los l¨¢tigos terribles de las traves¨ªas urbanas de los ¨²ltimos kil¨®metros?
?Y c¨®mo no sentir compasi¨®n por Andy, por su gran clase y talento tan desaprovechados?
Pero sobre todo, lo que m¨¢s deber¨ªa echar de menos Le Touzet son las declaraciones apocal¨ªpticas que tan bien se le dan a Eusebio Unzue, el director de Valverde, indignado desde hace meses por la tensi¨®n indebida que hace vivir el Tour a los favoritos meti¨¦ndoles etapas como la de los nueve tramos de pav¨¦s. ¡°?yeme bien¡±, dice el director del Movistar, ¡°este d¨ªa pasar¨¢ a la historia, y no por buenas razones, no por acciones de hero¨ªsmo, sino por el martirio de alg¨²n favorito¡±. Mientras, Nibali y Contador, de ¨¢nimo atacante siempre, afilan las ruedas de sus bicis; Froome cura sus heridas y Valverde intenta dormir sin pesadillas.
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