El afilador

La ca¨ªda de Froome cuando apenas acababa de comenzar la etapa y Voeckler y Mat¨¦ ya se hab¨ªan ido de excursi¨®n, me ha hecho recordar un art¨ªculo que le¨ª hace un tiempo sobre profesiones y oficios desaparecidos.

En segundo lugar, tras el sereno y antes del pregonero, se nombraba el oficio de afilador. A¨²n quedan algunos, aunque la tecnolog¨ªa hace que ya no den pedales y los que quedan, conectan la correa que hace girar la piedra al motor de una motocicleta. Pero en el pelot¨®n el afilador sigue existiendo, tanto de manera metaf¨®rica como de facto; no en vano, lo que le sucedi¨® a Froome se denomina en argot hacer el afilador. Y lo mismo les pas¨® a Izaguirre y Mollema, que circulaban al lado del corredor del Sky, y cayeron por el mismo motivo unos segundos despu¨¦s al girar la cabeza para ver lo que hab¨ªa sucedido.

Pero yo me refiero al afilador como met¨¢fora. Este martes era uno de sus d¨ªas de m¨¢s intenso trabajo. Hace unos a?os hab¨ªa un corredor veterano que sol¨ªa silbar en mitad del pelot¨®n esa melod¨ªa tan reconocible cuando nos aproxim¨¢bamos a un punto caliente y la tensi¨®n comenzaban a aflorar.

Este martes, esa melod¨ªa sonaba en la cabeza de muchos pensando en la etapa del d¨ªa siguiente, la temida etapa del pav¨¦s. Hab¨ªa etapa; dos valientes probaron fortuna con la fuga, los equipos de sprinters segu¨ªan con su guerra particular, pero los candidatos a la victoria final trataban de salvar el d¨ªa sin complicaciones mayores con el irritante tono del afilador resonando de manera constante.

Kittel volvi¨® a llevarse otra victoria ¡ªya van tres en cuatro etapas¡ª, esta vez en un sprint menos organizado y m¨¢s ca¨®tico debido al sinuoso recorrido de los kil¨®metros finales en Lille. Un precioso y apurado sprint en el que el alem¨¢n realiz¨® un segundo cambio de ritmo tras lanzarse tras Kristoff. Despu¨¦s dijo que al tratarse de una llegada en ligera curva, no pudo ver la l¨ªnea de meta hasta los ¨²ltimos 250 metros, por lo que se le hizo muy complicado calcular el momento de la arrancada. Kittel, el dominador de este otro oficio en este Tour, pero a¨²n as¨ª ya se vio ayer que nadie est¨¢ dispuesto a regalarle nada.

El resto salv¨® el d¨ªa afilando el cuchillo para el d¨ªa siguiente. Unos, los especialistas, pensando en su oportunidad de gloria. El podio completo de las dos ¨²ltimas ediciones de la Paris-Roubaix tambi¨¦n pedalea en este Tour, al igual que unos cuantos habituales de las cl¨¢sicas del Norte; estos son los que sonr¨ªen de medio lado.

La sonrisa en los candidatos a la general, sin embargo, no existe. El gesto es de preocupaci¨®n. Contador, equipo dan¨¦s, patrocinador ruso, cuenta para hoy con un seguro de vida italiano: Benatti y Tosatto. En el Astana de Nibali hay varios clasic¨®manos, aunque ning¨²n especialista en el pav¨¦s. Y en el Sky de Froome, la veteran¨ªa de Eisel llevar¨¢ la voz cantante, aunque Geraint Thomas sabe bien de qu¨¦ va esto.

Siempre se ha dicho que el afilador presagiaba la lluvia, y, en este caso, parece que el mito va a ser cierto, tal y como indican las previsiones. Tambi¨¦n se dice siempre que el Tour no se gana en la primera semana, pero s¨ª que se puede perder. Camino de Aremberg comprobaremos esto ¨²ltimo. El escenario promete, la lluvia parece que no va a faltar, as¨ª que a ver si los corredores nos brindan un buen espect¨¢culo. Suerte.