Bienvenido a casa, Rey Drogba

En la historia del Chelsea, un nuevo rico que hasta hace una d¨¦cada apenas hab¨ªa celebrado una Premier (1955) y carec¨ªa de pedigr¨ª europeo, hay dos instantes grabados para siempre en la retina de sus aficionados. Dos acciones protagonizadas por un mismo hombre. La primera, un giro de cuello perfecto que priv¨® hace dos a?os al Bayern de alzar otra Copa de Europa, cuando la final disputada en M¨²nich agonizaba y el electr¨®nico fijaba el minuto 88 en el duelo frente a los blues. Y una segunda, igualmente decisiva y en el mismo escenario, cuando Didier Drogba (Abiy¨¢n, Costa de Marfil; 36 a?os) tom¨® la pelota en la tanda de penaltis, en el disparo definitivo, y la incrust¨® contra las mallas de la meta defendida por el gigant¨®n Neuer.

No es el marfile?o un hombre al que le entre el tembleque o le asusten los retos. Por eso, ya con 36 primaveras, regresa a Stamford Bridge con la misi¨®n de completar un ¨²ltimo servicio. Tras aquella noche de M¨²nich, consciente de que su imponente f¨ªsico entraba ya en declive, decidi¨® a pie de c¨¦sped abandonar Londres con el brazalete de capit¨¢n en el brazo y todos los honores. Ahora, sin embargo, atiende la llamada de Jos¨¦ Mourinho, su mentor y padre futbol¨ªstico. El artillero, pretendido tambi¨¦n por el Juventus, se enrolar¨¢ de nuevo con los blues, despu¨¦s de un a?o y medio en las filas del Galatasaray. Ser¨¢ el cuarto refuerzo tras Costa (38 millones de euros), Cesc (33) y Filipe Luis (20), y ha firmado un contrato por un a?o. El pasado curso, el Chelsea concluy¨® la temporada en blanco.

Reclamaba el t¨¦cnico portugu¨¦s un 9 para su nuevo proyecto. Ni Eto¡¯o, ni Ba, ni Sch¨¹rrle ni Fernando Torres satisfac¨ªan sus deseos. El primero finiquit¨® su contrato el pasado 30 de junio; el segundo ha hecho las maletas en direcci¨®n al Be?ikta?; el tercero no pasa de momento de ser un revulsivo y El Ni?o est¨¢ sometido permanentemente a examen. ¡°Me falta un 9¡±, lleg¨® a se?alar Mourinho en un desd¨¦n p¨²blico hacia su n¨®mina de arietes. Ante las quejas, el multimillonario propietario del club, Roman Abr¨¢movich, ha movido ficha. Reclut¨® primero a Diego Costa, previo pago de 38 millones, y ahora ha asestado un golpe de efecto con la vuelta del h¨¦roe e icono del Chelsea m¨¢s triunfal: el Rey Drogba.

Despu¨¦s de un discreto paso con Costa de Marfil por el Mundial y de disfrutar de las vacaciones en las aguas de Formentera, junto a su mujer Diakit¨¦ Lalla y sus cuatro hijos, el delantero volver¨¢ a lucir la el¨¢stica del equipo londinense. Con una barba tupida, la misma figura herc¨²lea de siempre e intervenciones mucho m¨¢s seleccionadas sobre el terreno de juego, Drogba vuelve como un escolta de lujo para Costa. Su regreso, adem¨¢s, se interpreta como una se?al hacia el vestuario. Desde su primer d¨ªa en Cobham, el centro de entrenamiento de los blues, Mourinho busc¨® una alianza con los l¨ªderes naturales del grupo: Cech, Terry, Lampard y Drogba. Ahora, 10 a?os despu¨¦s y sin la aportaci¨®n de Lamps, rumbo a Nueva York, se aferra de nuevo al esp¨ªritu de su vieja guardia para evitar desmanes en el grupo.

Su rol ser¨¢ secundario en el campo, pero trascendental en la caseta. Mourinho apela a la vieja guardia

Qui¨¦n mejor que el africano, todo carisma, un coloso de ¨¦bano que dej¨® en su primera etapa (de 2004 a 2012) nada m¨¢s y nada menos que 157 goles en 341 partidos y levant¨® tres Premiers (2005, 2006 y 2010), cuatro FA Cup (2007, 2009, 2010 y 2012) y la Champions de hace dos a?os. Ca?onero insaciable ¨Clogr¨® dos pichichis, en 2007 y 2010¨C tendr¨¢ a priori un rol secundario en el campo pero uno trascendental en la caseta, donde ejercer¨¢ de tutor para el belga Lukaku, al que algunos se?alan como su sucesor. Llega despu¨¦s de un fugaz paso por China ¨C11 partidos y ocho dianas con el Shangh¨¢i Shenhua¨C y un receso en Estambul, en el Galatasaray, con el que guerre¨® en la ¨¦lite europea en las dos ¨²ltimas ediciones de la Liga de Campeones. Con el conjunto tuco firm¨® un total de 20 redes en 53 citas.

En la ¨²ltima temporada, precisamente, el destino quiso que visitase a su exquipo en marzo. ¡°Bienvenido a casa, Didi¡±, rezaba una de las pancartas que adornaban las gradas del Bridge. ?l, trot¨®n pero sobrado de oficio y p¨®lvora, con el gatillo y la testa siempre a punto, recoge el guante y recorre el camino inverso hacia su reino. Por algo es El Rey.

- V?DEO: Drogba, una leyenda 'blue'.