Un Nibali humano
El vencedor de la carrera no avasalla en la contrarreloj, que gana el gran Martin
En todos los deportes, como recuerda Lib¨¦ration en un reportaje, ha habido personajes revolucionarios, gentes que han marcado un antes y un despu¨¦s en la historia de su deporte: han existido Jack Brabham, Abebe Bikila, Dick Fosbury, Jesse Owens o Maradona. En ciclismo, en el diario franc¨¦s, ir¨®nicos ellos, sus periodistas, citan a Lance Armstrong, cuyo car¨¢cter revolucionario, subrayan, ha residido en la ol¨ªmpica forma en que se ha burlado de las leyes antidopaje. Tambi¨¦n, podr¨ªan haber dicho que en el ciclismo, el deporte de las tradiciones, la ¨²nica revoluci¨®n la protagoniz¨® la EPO, un alimento tan completo que no solo cambiaba y aumentaba la capacidad del coraz¨®n, de la sangre, de las entra?as, sino que tambi¨¦n cambiaba el alma y llevaba a sus consumidores a perder la perspectiva, a confundir la codicia con la generosidad; o como se pod¨ªa entender la necesidad imperiosa de ganarlo todo, de arrasar, como un acto de entrega al p¨²blico, a la afici¨®n que tanto espera de m¨ª.
Para Nibali, conociendo los vatios que es capaz de generar, han previsto un tiempo 25s superior al de Martin
Apoyado en el asta de una bandera de Kazajist¨¢n con la mano derecha, con un buen vaso de tinto en la izquierda, Nicolai Vinok¨²rov ve pasar el Tour. Son las 10 de la ma?ana y el padre del jefe del Astana ya est¨¢ preparado para festejar el seguro triunfo en el Tour del l¨ªder del equipo. No es el ¨²nico de lo que a muchos gusta llamar entorno que se ha levantado con la ansiedad de los grandes d¨ªas. Por la ma?ana, aunque entre los vi?edos de Bergerac la humedad ya sea asfixiante, trabajan los estimadores, los deseos, las ambiciones.
Enzo (as¨ª le llaman, como a Ferrari, en Messina) Nibali ha anunciado que se siente tan fuerte que ¨¦l, un escalador, quiere marcar tambi¨¦n la contrarreloj final como territorio propio, como han hecho siempre los campeones. En su equipo, sus mec¨¢nicos, su gente, que lo admira y vive en una nube, eso solo significa una cosa: Nibali va a ganar la contrarreloj, que se prepare Tony Martin. Ha ganado en las brit¨¢nicas islas, ha ganado casi en el pav¨¦s, y ha ganado en los Vosgos, en los Alpes, en los Pirineos. Solo le falta una contrarreloj. Y, as¨ª, hasta se apuestan una cerveza con quien muestra su escepticismo.
Los estimadores, los t¨¦cnicos de Specialized, su marca de bicis, son m¨¢s cautos. Martin, que ha salido prontito pues est¨¢ a casi tres horas en la general, ha terminado su prestaci¨®n con un tiempo espectacular: 1h 6m 21s, a casi 49 kil¨®metros por hora de media en un recorrido de interminables repechos desazonadores, y encima, en vez de un plato de bordes mordisqueados parece que llevaba una paella instalada entre los pedales, un monstruo de 58 dientes que mov¨ªa como quien baila. Para Nibali, conociendo los vatios que es capaz de generar, conociendo su ritmo cardiaco al levantarse y c¨®mo est¨¢ de sangre, han previsto un tiempo 25s superior al de Martin. Un gran tiempo, pero no victorioso.
"Si quieres te cuento mi vida, mis sacrificios, c¨®mo dej¨¦ Sicilia a los 15 a?os y a mi familia... Quiz¨¢s as¨ª puedas entender algo", respondi¨® cuando le preguntaron si corr¨ªa limpio
Por fortuna para ¨¦l, y para su fama, limpia, sin sombra, Nibali no fue Ferrari en el asfalto pesado del Midi franc¨¦s, castigadas, al fin, por el sol. Fue humano Nibali, con su plato de 56 dientes, como Valverde, un tama?o que hace solo un par de a?os asustaba pero que ahora parece lo m¨¢s normal, hasta para no especialistas, ha corrido una gran contrarreloj, como corresponde a un ganador del Tour con casi ocho minutos de ventaja sobre el segundo (solo Ullrich a Virenque en el 97 y Fignon a Hinault en el 84 ganaron el Tour con m¨¢s diferencia en los ¨²ltimos 30 a?os), pero no la ha ganado. Ha quedado cuarto, por detr¨¢s de los grandes culones especialistas (Martin, Dumoulin y Barta) que esperaban este d¨ªa sobreviviendo en las monta?as como pod¨ªan, y por delante de quienes peleaban por los puestos de honor a sus pies, Van Garderen, Peraud y compa?¨ªa. Y lo ha hecho con un tiempo casi dos minutos m¨¢s lento que las previsiones, lo que tambi¨¦n, visto as¨ª, es otro mensaje de esperanza: en el ciclismo humano se puede prever casi todo, pero no todo. Y, adem¨¢s, estos peque?os detalles, no enturbiaron las ganas de celebrar ni de la familia Vinok¨²rov, que cambi¨® el vino por vodka, ni de la gente de Nibali, que siguieron con la cerveza. Y Nibali, que no ser¨¢ un revolucionario del ciclismo, cuando le preguntaron si corr¨ªa limpio, solo respondi¨® al periodista: "Si quieres te cuento mi vida, mis sacrificios, c¨®mo dej¨¦ Sicilia a los 15 a?os y a mi familia... Quiz¨¢s as¨ª puedas entender algo".
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