China inquieta a la gran Rusia
Ambos equipos empataron (2-2) en la 4? ronda de las 11 previstas en la Olimpiada de Tromso
El pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo ha sido tambi¨¦n el m¨¢s fuerte en ajedrez en varios momentos de la historia, desde el siglo XVI. Las chinas son la primera potencia desde hace veinte a?os, y los chinos inquietan cada vez m¨¢s a la todopoderosa Rusia. Ambos equipos empataron (2-2) en la 4? ronda de las 11 previstas en la Olimpiada de Tromso (Noruega), pero los rusos rozaron el desastre.
¡°Me temo que Kr¨¢mnik est¨¢ perdido¡±, susurr¨® Gari Kasp¨¢rov a pocos metros de la mesa de juego en el momento de mayor tensi¨®n, tras hacer ostensibles gestos negativos con la cabeza. Vlad¨ªmir Kr¨¢mnik, que destron¨® a Kasp¨¢rov como campe¨®n del mundo en 2000, bordeaba el abismo ante Yu¨¦ Wang en el primer tablero, y lo mismo ocurr¨ªa con Alex¨¢nder Grischuk, muy apurado de tiempo en el segundo ante Liren Ding. Los ¨¢rbitros, conscientes de lo mucho que hab¨ªa en juego, crearon un cord¨®n adicional para que los cuatro grandes maestros no se sintieran agobiados por los periodistas, capitanes de equipo y otros jugadores que se hab¨ªan alejado moment¨¢neamente de sus tableros para seguir esos dos emocionantes duelos. Incluso Kasp¨¢rov, quien, adem¨¢s de conservar la nacionalidad rusa, ha logrado un pasaporte croata por miedo a que el Gobierno de Rusia ¨Cdel que es radical opositor- le invalide el otro, tuvo que alejarse medio metro de sus compatriotas.
Finalmente, ambos rusos arrancaron sendos empates, a?adidos a los que se hab¨ªan dado en los duelos Sv¨ªdler-Yu y Kariakin-Ni. Rusia aline¨® a su equipo de gala, y a¨²n as¨ª sufri¨® much¨ªsimo, a pesar de que China cuenta con tres jugadores entre los 50 primeros del mundo que no han venido a Tromso (Hao Wang, Bu y Li). S¨ª est¨¢, de suplente, al prodigioso Yi Wei, de 15 a?os, candidato a ser el pr¨®ximo Magnus Carlsen.
Rusia sigue siendo, con diferencia, la primera potencia mundial en ajedrez masculino si se cuenta el promedio de puntos Elo (los que determinan la clasificaci¨®n mundial) de sus diez mejores jugadores. En la extinta URSS el ajedrez era tan importante o m¨¢s que el f¨²tbol: 287 millones de habitantes, 5 millones de ajedrecistas federados y 50 millones de practicantes espor¨¢dicos. Pero la gran ubre del estado ya no amamanta el deporte mental, como ocurr¨ªa en la ¨¦poca sovi¨¦tica. Por el contrario, el sistema de captaci¨®n de talentos en China es muy similar al que ha producido maravillosos gimnastas, nadadores o tenistas de mesa: los ni?os portentosos y sus familias se mudan a Pek¨ªn en condiciones de lujo si se comparan con el nivel medio de vida en ese pa¨ªs para recibir entrenamiento intensivo. Y las diferencias se van acortando.
Parece incre¨ªble, pero el ajedrez fue prohibido en China en los primeros a?os setenta, cuando el l¨ªder Mao Zedong agonizaba y el Gobierno qued¨® en manos de la llamada ¡°Banda de los Cuatro¡±, mientras sus ciudadanos sufr¨ªan la Revoluci¨®n Cultural, cuyas prohibiciones incluyeron hasta la m¨²sica de Beethoven; los ajedrecistas eran multados si jugaban en la calle, y la polic¨ªa registraba sus casas para quemar los libros t¨¦cnicos en la plaza del pueblo.
Aquella pesadilla termin¨® en 1976, con la muerte de Mao. S¨®lo quince a?os despu¨¦s, Xie Jun gan¨® el Mundial femenino, en el primer gran triunfo que llevar¨ªa a instalar al menos cinco chinas entre las 25 mejores del mundo de manera casi permanente. Antes, el Gobierno hab¨ªa dise?ado un plan para trasvasar el m¨¢ximo n¨²mero de jugadores del ajedrez chino (practicado por centenares de millones; algo distinto del internacional, con un r¨ªo que atraviesa el tablero por la mitad) al extendido por el resto del mundo, dando prioridad al femenino, porque permit¨ªa progresar m¨¢s r¨¢pido. De hecho, la china Yif¨¢n Hou, de 21 a?os, es ya la segunda mujer m¨¢s fuerte de la historia, despu¨¦s de la h¨²ngara Judit Polgar. Entre los hombres a¨²n no han logrado crear ninguna superestrella, pero el citado Yi Wei lleva camino de serlo.
Durante el imperio de Felipe II (siglo XVI), el cl¨¦rigo espa?ol Ruy L¨®pez era el campe¨®n del mundo oficioso. Justo cuando estall¨® la Revoluci¨®n Francesa (finales del XVIII), el mejor ajedrecista era el galo Philidor. Y ese paralelismo se repiti¨® varias veces m¨¢s, hasta el hist¨®rico duelo Spassky-Fischer de 1972, en plena guerra fr¨ªa entre la URSS y EEUU. Todo indica que el siglo XXI ver¨¢ un campe¨®n del mundo chino.
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