M¨¢rquez, el piloto 10
Con la victoria en Estados Unidos, el espa?ol firma un pleno de diez triunfos en el arranque del Mundial El campe¨®n iguala el r¨¦cord de dos pilotos legendarios, Doohan y Agostini
Las dos manos al viento. Palmas y m¨¢s palmas levantadas en se?al de reverencia. Son 10 los triunfos. Y si llega alg¨²n otro, que no ser¨ªa de extra?ar, se habr¨¢n quedado sin dedos en el equipo de M¨¢rquez, el chico que todo lo puede. El que no pierde la calma, por mucho que las primeras vueltas se conviertan en una aut¨¦ntica locura despu¨¦s de una mala salida, como este domingo, en el que cay¨® de la primera a la quinta plaza y sorte¨® el embudo en el que se convirti¨® la primera curva para poco a poco, vuelta a vuelta, pasar de la quinta a la cuarta plaza; y de ah¨ª a la tercera; y luego a la segunda, despu¨¦s de aprovecharse de un cuerpo a cuerpo entre Rossi y Dovizioso.
M¨¢rquez: "Mientras pueda, seguir¨¦ ganando"
Aunque sus n¨²meros, sus adelantamientos, su gesti¨®n de las carreras o su b¨²squeda de los l¨ªmites parezcan empe?ados en decir lo contrario, Marc M¨¢rquez insiste en explicar que ganar cada domingo no le resulta nada f¨¢cil. ¡°Quien piense que es f¨¢cil que vea las once primeras vueltas. Casi me caigo entre la curva uno y la dos, justo cuando adelantaba a Valentino [Rossi] para empezar a liderar la carrera¡±. Pero no se cay¨®. Y son esas maniobras que le sirven para salvar situaciones cr¨ªticas como esa las que admiran a sus rivales.
Esta vez, en Indian¨¢polis, la prueba se le complic¨® porque la temperatura del asfalto subi¨® unos diez grados: ¡°No ten¨ªa las mismas sensaciones con el neum¨¢tico delantero, tuve algunos problemas al principio y pens¨¦, vale, sigue tranquilo las diez primeras vueltas¡±. Y as¨ª lo hizo. Trat¨® de conservar sus neum¨¢ticos a rueda de Rossi, porque sab¨ªa que era m¨¢s r¨¢pido que ¨¦l, que no le perder¨ªa de vista. Y exactamente en la 11? vuelta lleg¨® la vuelta que estaba esperando: el ataque de Lorenzo. ¡°Me dije: 'Es el momento'. Los adelant¨¦ y empec¨¦ a tirar¡±, relata. Con aquella toma de decisiones gan¨® su d¨¦cima carrera.
No solo impone su dominio M¨¢rquez porque lleva la mejor moto, tampoco por su t¨¦cnica y su capacidad de pilotar en el l¨ªmite o en escenarios poco propicios, cualidades estas que le destacan entre los mejores, sino tambi¨¦n por la inteligencia con la que compite. Asimila r¨¢pido la informaci¨®n que percibe de la pista y de los rivales y act¨²a en consecuencia. ¡°La clave de esta victoria fue la paciencia que tuvo en las primeras vueltas, la temperatura hab¨ªa subido y el asfalto era m¨¢s resbaladizo e imprevisible, se dio un tiempo, unas vueltas, para intentar entender mejor las condiciones de la pista y la carrera¡±, cuentan en su entorno. La toma de decisiones define a los mejores. M¨¢rquez lo demostr¨® al no precipitarse en la salida y al responder al ataque de Lorenzo en el momento justo.
A los l¨ªderes tambi¨¦n los define su carisma. Y de eso tambi¨¦n tiene de sobra. Por eso trata de restar importancia a sus logros. ¡°No puedo explicar muy buen c¨®mo me siento. El caso es que cada fin de semana de carreras me digo: vale, quiz¨¢ sea este el momento de saber terminar en segunda o tercera posici¨®n; pero luego me siento tan fuerte... Lo m¨¢s importante es que me encanta disfrutar del podio y ver c¨®mo lo vive mi equipo, como si fuera la primera victoria. Solo s¨¦ que es importante mantener la concentraci¨®n y la motivaci¨®n. A partir de ah¨ª, veremos qu¨¦ sucede a partir de ahora. La pr¨®xima cita es en Brno y all¨ª sufrimos m¨¢s que las Yamaha¡±. ?Si gana la 11? no les quedan manos para celebrarlo? ¡°Nos quitaremos los zapatos si es necesario¡±, respondi¨® entre risas.
No quiere o¨ªr palabras grandilocuentes. Ni cuando le comparan con grandes mitos ¨C¡°Cada carrera van saliendo nuevos nombres de leyendas del motociclismo, el a?o pasado pensaba que ya se hab¨ªa acabado esto de comparar, pero no es as¨ª, y yo mientras pueda seguir¨¦ ganando¡±¨C ni cuando le preguntan si se siente ya uno de ellos ¨C¡°Uno es leyenda cuando consigue muchos t¨ªtulos, no por hacer una temporada muy buena. Al final, la gente se acuerda de cu¨¢ntos t¨ªtulos has ganado, no de cu¨¢ntas carreras¡±. La de este domingo fue la n¨²mero 500 para el motociclismo espa?ol, la 100 en la categor¨ªa reina.
No puede uno despistarse con Marc M¨¢rquez, ese que saca petr¨®leo de cada metro que encuentra sin due?o, ese que devuelve cada adelantamiento. Y cuanto antes, mejor. Como ocurri¨® tras 10 giros: intent¨® Lorenzo apurar la frenada al final de la recta principal y tomarle el interior al tumbar a la izquierda, pero ¨¦l -nada le gusta m¨¢s que esos rifirrafes- aprovech¨® el cambio de direcci¨®n -magistral la maniobra- y se col¨® por dentro a la entrada a la segunda curva; y prefiri¨® tocarse con la Yamaha del mallorqu¨ªn antes que levantar la moto y ceder la posici¨®n a la salida del tercer viraje. ¡°Mientras fuera Valentino el que estaba delante estaba tranquilo, pero con Lorenzo, no, sab¨ªa que ten¨ªa muy bien ritmo¡±. Dicho y hecho. No le dej¨® pasar. Y no encontr¨® m¨¢s estorbos hasta completar las 27 vueltas de una carrera por la que pasar¨¢ a la historia. Solo tuvo que ocuparse de mimar sus neum¨¢ticos, exigidos en este trazado tan abrasivo, para que nadie le diera caza. Y as¨ª, con una d¨¦cima m¨¢s en un giro, con cuatro m¨¢s en una de esas vueltas perfectas, veloc¨ªsimas, que definen las pruebas, fue abriendo una brecha que ser¨ªa definitiva: m¨¢s de dos segundos en los ¨²ltimos minutos.
Y as¨ª, convirti¨® en in¨²til el esfuerzo, tremendo, de Lorenzo -el mejor Lorenzo de la temporada, por fin-, sexto en las primeras curvas, perseguidor incansable en las ¨²ltimas vueltas. Y as¨ª, borr¨® de la memoria colectiva la brillante primera parte de la carrera de Rossi, un veterano al que todav¨ªa le queda cuerda. Y as¨ª, ayud¨® a pasar inadvertido a su compa?ero Pedrosa, desaparecido esta vez, incapaz de adaptarse a las exigencias de un circuito cuyo lavado de cara y redise?o deber¨ªa haber beneficiado a las Yamaha, m¨¢s c¨®modas en pistas poco exigentes en frenada, de curvas enlazadas, como lo es ahora esta. Qu¨¦ m¨¢s da si el rival es M¨¢rquez, el que nunca busca excusas, el que prefiere los retos dif¨ªciles, el que dice que aunque el trazado ya no le beneficie a ¨¦l le gusta m¨¢s, porque es m¨¢s divertido, el que hace el adelantamiento ganador precisamente en una sucesi¨®n de curvas de esas que ya no le van tan bien, por ser menos exigente en frenada de lo que lo era antes. ?l y su Honda, perfecta compa?era de viaje, no est¨¢n dejando nada a los dem¨¢s. Tan solo la satisfacci¨®n de verse a su lado en el podio.
Dice Giacomo Agostini que M¨¢rquez siempre sonr¨ªe, que es muy simp¨¢tico. Y la observaci¨®n no es balad¨ª. Es una de las cosas que m¨¢s gusta a sus m¨¦canicos. Y a sus admiradores, que los tiene a miles. Se divierte. Se lo pasa bomba en la pista y en el box, donde invierte tantas horas o m¨¢s que encima de la moto; adora estar de bromas con su gente, aunque tenga que arremangarse y trabajar un poco. M¨¢rquez es feliz, a sus despreocupados 21 a?os, y parece ajeno al significado de sus propios logros. No ha parado de cosechar r¨¦cords desde que volvi¨® loca a la Federaci¨®n Catalana de Motociclismo por su precocidad. Era tan peque?o y tan bueno que no encontraba rivales de su edad y su talla. Y ahora que se ha puesto a competir con la mejor selecci¨®n de pilotos de la historia reciente parece haberse vuelto a quedar sin contendientes dignos de sus haza?as. Pero ¨¦l nunca parece preocupado por nada. Y mucho menos por la exigencia de seguir ganando. La presi¨®n se la pone ¨¦l mismo. Y poco le importa lo que se diga fuera del discreto adosado en el que vive con sus padres en Cervera.
Esa naturalidad con la que vive es la misma con la que gana, sin aparente esfuerzo. Porque, adem¨¢s, gana cualesquiera que sean las circunstancias, el escenario o los contendientes. Gana sin advertir que el mundo y la historia le observan. Y desespera a sus rivales sin poner una mala cara. Sumando haza?as cada domingo. Como este, en Indian¨¢polis, en el que ha vuelto a escribir su nombre en la historia del motociclismo al lograr diez victorias consecutivas. No ha dejado de vencer desde la primera del a?o, en Qatar. Algo que solo logr¨® Agostini. Un n¨²mero de victorias en una misma temporada al alcance solo de mitos como el italiano, o como Mick Doohan, que sum¨® 12 en total en 1997. Es otro m¨¢s de sus r¨¦cords, el m¨¢s admirado, quiz¨¢, por su complejidad. Definitivo, tal vez, porque parece la sentencia que dicta que nada ni nadie podr¨¢ pararlo. No de momento.
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