Tsonga vuelve a creer
El franc¨¦s gana 7-5 y 7-6 a Federer, su cuarta victoria de la semana sobre un top-10
En Toronto, un t¨ªtulo lleno de mensajes: Jo-Wilfried Tsonga gan¨® 7-5 y 7-6 ante Roger Federer el Masters 1.000 canadiense, y con ello logr¨® su primer trofeo de la categor¨ªa desde 2008, su primera victoria sobre el suizo en cemento desde 2011 y su vuelta a la elite del top-10. A pocos d¨ªas del comienzo del Abierto de EE UU (desde el 25 de agosto), el genio suizo se qued¨® sin su t¨ªtulo 80 y sin su victoria 300 en los segundos torneos en importancia, mientras que el franc¨¦s se coron¨® con merecimiento, limpiando su imagen de competidor doblegado por las adversidades y d¨²ctil frente a la presi¨®n. Para levantar la Copa, Tsonga venci¨® a cuatro tenistas de los diez mejores del mundo: Novak Djokovic, Grigor Dimitrov, Andy Murray y el propio Federer. El mejor reflejo de que vuelve a creer en que todo es posible.
Federer estuvo lento de piernas y atac¨® tarde la pelota. En varias ocasiones intent¨® cubrirse el rev¨¦s rodeando la bola para golpearla con el drive. Muchas veces se qued¨® sin espacio y sin tiempo. Igual que si se le atragantara el primer partido bajo el sol de la semana, tuvo problemas de coordinaci¨®n. Protest¨® airadamente. Hizo patente su disgusto. Hasta golpe¨® una bola contra el suelo, el resumen de su frustraci¨®n.
Frente a eso, Tsonga fue haciendo lo suyo. Sacar y pegar con el drive. Intentar dominar la batalla de la l¨ªnea de fondo, donde normalmente no manda, ante el d¨ªa desdibujado de su contrario, que celebr¨® sus 33 a?os durante la semana. Federer intent¨® asaltar el partido en la red, pero pronto se vio viviendo a la contra, casi a la desesperada, entre la espada y la pared. Sin soluciones. Agarrotado. No tuvo ni una sola bola de break. Se enfrent¨® a siete. Siempre fue a remolque, encadenado por sus 37 errores no forzados, por los 18 de su contrario. Dos datos fotografiaron su mala tarde: solo gan¨® dos puntos al resto sobre el primer saque de Tsonga y quince en total. Demasiado poco.
As¨ª lleg¨® el franc¨¦s hasta el punto de partido, que Federer discuti¨® con la mano encogida. Tsonga, sin embargo, lo compiti¨® sin valent¨ªa, esperando el error de su rival hasta que el campe¨®n de 17 grandes le encajon¨® en una esquina. En consecuencia, todo se decidi¨® en el tie-break de la segunda manga. All¨ª, la solidez de Tsonga se impuso a la improvisaci¨®n de Federer, seco de piernas, pese al buen ritmo que hab¨ªa demostrado ante Feliciano L¨®pez en la v¨ªspera. Hac¨ªa doce a?os desde que alg¨²n tenista era capaz de inclinar a cuatro top-10 para celebrar el t¨ªtulo (Guillermo Ca?as, en Toronto 2002). En Canad¨¢, Tsonga volvi¨® a ser Al¨ª, el pegador inmisericorde, y el trofeo fue suyo.
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