El Madrid gana por aplastamiento
Cristiano marca los dos goles ante el Sevilla y Kroos se luce en el medio centro
El Madrid oprimi¨® al Sevilla con todo su peso en Cardiff. Fue un yunque en la final que premia a los ganadores de las competiciones de la UEFA de la ¨²ltima temporada. No hubo caso para el Sevilla, incapaz de elevarse por encima del nivel que le corresponde por n¨®mina. El Madrid cuenta desde 2010 con la reuni¨®n m¨¢s completa de futbolistas del mundo y este verano ha removido el mercado para reforzarse mucho m¨¢s todav¨ªa. El poder¨ªo de estos jugadores resulta formidable por s¨ª solo. Jueguen bien o mal. Y jugaron bien. Sin dejar resquicios para la alternancia mientras hubo partido. Incluso Casillas, que ven¨ªa de completar tres actuaciones malas, se recompuso estupendamente. Par¨® un tiro de media distancia a Krychowiak y un remate a bocajarro a Carri?o y la hinchada lo aclam¨® con fuerza. En el otro extremo del campo, Cristiano se reencontr¨® con la versi¨®n resolutiva que perdi¨® en primavera. La expedici¨®n a Gales culmin¨® con dos goles suyos.
MADRID, 2-SEVILLA, 0
Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe, Ramos, Coentrao (Marcelo, m. 84); Modric (Illarramendi, m. 86), Kroos, James (Isco, m.72); Bale, Benzema, Cristiano. No utilizados: Navas; Di Mar¨ªa, Arbeloa y Varane.
Sevilla: Beto; Coke (Figueiras, m. 84) , Pareja, Fazio, F. Navarro; Krychowiak, Carri?o; Aleix Vidal (Iago Aspas, m. 65), Denis Su¨¢rez (Reyes, m. 78), Vitolo; Bacca. No utilizados: Barbosa, Jairo, Luismi e Iborra.
Goles: 1-0. M. 30. Cristiano. 2-0. M. 49. Cristiano.
?rbitro: Mark Clattenburg (Reino Unido). Amonest¨® a Vitolo, Carvajal, Kroos y Fernando Navarro.
Cardiff City Stadium. Unos 30.000 espectadores.
El partido midi¨® a dos equipos pero, fundamentalmente, midi¨® las posibilidades del Madrid. La diferencia entre el conjunto madrile?o y el Sevilla es tan abismal que cabe pensar que un buen funcionamiento le bastar¨¢ para darle la victoria en cualquier circunstancia. La final, por tanto, estuvo m¨¢s en la definici¨®n del Madrid como equipo que en el contraste con su adversario. En este plano, dos fueron los asuntos m¨¢s apremiantes: la respuesta de Casillas y, sobre todo, la amalgama del mediocampo. Modric, Kroos y James no hab¨ªan jugado nunca juntos y la expectaci¨®n por ver lo que sal¨ªa de la mezcla era total. Del resultado depende el futuro a largo plazo del proyecto m¨¢s ambicioso de Florentino P¨¦rez desde que fich¨® a Zidane.
Esto es solo el comienzo. Las contingencias pueden alterarse por completo. Pero en Cardiff, el inicio del experimento invit¨® al optimismo, al menos contra adversarios como el Sevilla, que ser¨¢n la mayor¨ªa. Situado como medio centro por delante de la defensa, en la posici¨®n que normalmente ocupa Alonso, Kroos se desenvolvi¨® como si llevara meses ejercit¨¢ndose en este ¨¢mbito. Su entendimiento con Modric fue instant¨¢neo. Entre los dos agilizaron el juego de tal manera que al Sevilla le cost¨® un trabajo terrible encontrarse c¨®modo en el campo. Kroos se mostr¨® oportuno y cumplidor sin la pelota, y cuando la tuvo en su poder exhibi¨® todo lo que se puede so?ar de un mediocentro. Es inteligente, ambidiestro, r¨¢pido para evaluar la situaci¨®n, y m¨¢s r¨¢pido para dar salida al juego en corto, en largo, por adentro y por afuera. A uno, dos, o tres toques; con todos los perfiles del pie. Sus entregas son seguras y siempre parece bien colocado. Act¨²a con sencillez y a su alrededor el equipo parece flotar con viento a favor. Cuando los atacantes rivales lo intentaron tapar, inmediatamente conect¨® con Modric, que le relev¨® con la misma solvencia.
El ¨²nico jugador que anduvo desencajado fue James. Retrasado a la posici¨®n de interior izquierda, el colombiano se vio inmediatamente fuera de su elemento. James es un magn¨ªfico atacante, pero no es volante. Contra el Sevilla hizo una demostraci¨®n de generosidad porque no par¨® de moverse. Pero sus mejores acciones coincidieron con su avance por la banda izquierda, como extremo. Cuando baj¨® al mediocampo no decidi¨® con igual lucidez. Le cost¨® medir las distancias en las coberturas y puesto a jugar el bal¨®n dio m¨¢s toques de los necesarios. Lo suyo no es el toque de intendencia. Lo suyo es el toque final. Pero Ancelotti quiere que aprenda un nuevo oficio.
El peque?o desajuste de James result¨® irrelevante en el argumento general del partido. El Madrid descarg¨® su cimitarra siguiendo el plan que le caracteriz¨® la temporada pasada. Se par¨® en el c¨ªrculo central, bien compactas las tres l¨ªneas, y esper¨® que el Sevilla iniciara las transiciones. La idea es que Bale, Cristiano y Benzema tengan un m¨ªnimo de 40 metros para correr hasta la l¨ªnea de gol. En la ocupaci¨®n de ese espacio se decidi¨® el partido. El Sevilla sali¨® m¨¢s pendiente de protegerse que de desarrollar su potencial. Se cubri¨® bien mientras su defensa permaneci¨® colocada en la caja. Pero, cuando jug¨® sus cartas ofensivas, cuando se despleg¨® para intentar hacer da?o, se expuso irremediablemente. Es imposible ser infalible en los repliegues ante pasadores tan precisos. Fue as¨ª que el Madrid marc¨® el primero despu¨¦s de un ataque sevillista. A la media hora Navarro perdi¨® una pelota intentando desbordar cerca del ¨¢ra contraria y ya no consigui¨® regresar a tapar la banda. Cristiano y James combinaron en su campo, Bale desbord¨® por la izquierda y su centro al segundo palo encontr¨® al portugu¨¦s. Cristiano atac¨® el espacio que deb¨ªa cubrir Navarro, meti¨® la bota y coron¨® la jugada que inici¨®.
El segundo gol se gest¨® al regreso del descanso. De la misma manera que el primero. Los jugadores del Sevilla regresaban a su campo despu¨¦s de un avance. Se estaban formando cuando el bal¨®n golpe¨® la red de Beto, incapaz de contener el rel¨¢mpago. Kroos jug¨® de primeras para Benzema, que habilit¨® a Cristiano. El goleador arm¨® la zurda desde el borde del ¨¢rea y descarg¨® el empeine como un martillo para asegurar el t¨ªtulo con un remate que dobl¨® las manos de Bruno.
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