Di Mar¨ªa o James, la gran elecci¨®n
Ancelotti defiende al argentino mientras que Florentino P¨¦rez apuesta por el colombiano.
La buena actuaci¨®n de ?ngel di Mar¨ªa en un amistoso contra la Fiorentina, el s¨¢bado, caus¨® revuelo en el entorno madridista y puso de manifiesto una contradicci¨®n. Di Mar¨ªa, jugador capaz de acometer funciones intransferibles dentro de la plantilla, ha sido declarado prescindible porque el club fich¨® a James Rodr¨ªguez, cuyo perfil reproduce el de Cristiano, Benzema, Jes¨¦ o Isco.
El Madrid ofrece una versi¨®n oficial: Di Mar¨ªa, de 26 a?os, quiere marcharse. Desea que lo traspasen porque no est¨¢ conforme con su contrato y tanto el M¨®naco como el PSG le ofrecen el doble de lo que ingresa en Espa?a, en donde le pagan alrededor de los cuatro millones netos por temporada.
La versi¨®n del jugador a?ade matices confirmados por otras fuentes del club. Di Mar¨ªa sostiene que el presidente, Florentino P¨¦rez, no le aprecia, y que jam¨¢s le considerar¨¢ suficientemente importante como para pagarle lo que le ofrecen otros equipos. El argentino asegura que el mandatario le demostr¨® su distanciamiento personalmente y cree que fich¨® a Isco y a Bale para que fueran titulares y que, si acab¨® estableci¨¦ndose como un hombre importante, fue gracias a su valor superior y a su suerte. Pero sospecha que no siempre tendr¨¢ la misma fortuna. No siempre podr¨¢ ser un futbolista capital cuando la estrategia deportiva de la casa insiste en considerarle un suplente. El a?o pasado le se?alaron como sustituto de Isco y Bale (el gal¨¦s cobra 13 millones netos por temporada) y este a?o le colocan como sustituto de James (el colombiano cobra 5,5 millones).
El fichaje de James representa una declaraci¨®n de intenciones. El entrenador, Carlo Ancelotti, nunca pidi¨® un segunda punta en la reuni¨®n que mantuvo con los dirigentes al final de la ¨²ltima temporada. Convencido de que en la plantilla abunda este tipo de futbolista, el t¨¦cnico solicit¨® el fichaje de un centrocampista neto con la misma vehemencia conque recomend¨® hacer los esfuerzos necesarios por retener a Di Mar¨ªa. Esto implicaba aumentarle el sueldo. Antes de ir al Mundial, el jugador, persuadido por el t¨¦cnico, se mostr¨® dispuesto a recapacitar, ser optimista y escuchar la oferta del Madrid. Pero la oferta, o no lleg¨® o no le convenci¨®. Mucho menos cuando Florentino P¨¦rez resolvi¨® fichar a James en una de las operaciones m¨¢s descomunales de la historia del f¨²tbol desde el punto de vista econ¨®mico.
Los t¨¦cnicos del club, y alg¨²n directivo, objetaron la conveniencia de incorporar a James. Los 80 millones de euros de traspaso pagados al M¨®naco, m¨¢s su salario por seis a?os, elevaban el total de la inversi¨®n a 150 millones. Demasiado para un jugador al que algunos empleados definen ¡°como Isco¡± pero ¡°un escal¨®n por encima¡±.
Florentino P¨¦rez podr¨ªa haberse ahorrado el dinero de James para subirle el sueldo a Di Mar¨ªa. Di Mar¨ªa podr¨ªa haber aceptado su condici¨®n de jugador de banquillo, pero quiere m¨¢s dinero y m¨¢s reconocimiento.
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