Larga vida a Valentino

Son 35 a?os a sus espaldas. Adem¨¢s de 308 grandes premios, 264 en MotoGP, m¨¢s que nadie en la historia del motociclismo, como certific¨® con un tercer puesto en Silverstone hace dos semanas. Era, dijo Valentino Rossi mientras torc¨ªa el gesto, la mirada pesarosa, el r¨¦cord que menos gracia le hac¨ªa de todos los que tiene. Significaba, conced¨ªa, que se hac¨ªa viejo. Pero nada como la carrera de este domingo en Misano para certificar aquel dicho popular que hizo suyo hace ya muchos a?os: gallina vieja hace buen caldo.

El de este fin de semana en el Gran Premio de San Marino ha resultado sabros¨ªsimo. Lo cocin¨® con otro r¨¦cord, de los m¨¢s dif¨ªciles de batir: los 25 puntos sumados en este trazado le convierten en el ¨²nico piloto que ha superado la barrera de los 5.000 puntos. Hay que ganar muchas carreras y correr muchos grandes premios sin que pesen los a?os para lograr semejante cifra. Larga vida a Valentino.

Larga vida a este Valentino viejo. Pues es igual de ambicioso. Y tiene la misma pasi¨®n por lo que hace. Y casi tanto atrevimiento como a 15 a?os atr¨¢s. S¨®lo as¨ª puede uno adaptarse a los nuevos tiempos.

Entendi¨® el italiano que deb¨ªa cambiar su estilo para ser competitivo en esta nueva era, la de las motos de 1.000cc y cuatro tiempos, con unos neum¨¢ticos que obligan a dibujar trazadas m¨¢s propias de los circuitos de tierra como ese que se ha construido a pocos metros de su casa (que por cierto est¨¢ a s¨®lo 20 minutos en moto del circuito de Misano). Entendi¨® que aunque pilotara una Yamaha pod¨ªa tratar de imitar el estilo de M¨¢rquez. Y aunque siempre fue agresivo en las frenadas, busc¨® ir todav¨ªa un poco m¨¢s all¨¢. Y hasta se atrevi¨® con un cuerpo que no parece cargar con los 35 tacos que tiene: Rossi se descuelga ahora como mandan las nuevas generaciones. ?l, que les ense?¨® a sacar la patita a la entrada de las curvas, aprende ahora a descargar su peso y alejarse del centro de gravedad de su moto. Y se cuida como nunca: sigue desayunando huevos con bac¨®n, pero trata de no alargar la cena el viernes de gran premio.

No hay piloto m¨¢s sensible en la parrilla, ni m¨¢s consciente de sus posibilidades. Por eso se atrevi¨® con un arriesgado movimiento y apart¨® de su lado a su jefe t¨¦cnico, Jeremy Burgess, en busca de una cara nueva que le insuflara algo de aire fresco. Con Silvano Galbusera, ha cambiado la forma de trabajar en el box. Y ha recuperado la confianza que se le escurri¨® entre las manos en cuanto se mont¨® en una Ducati.

Su apuesta por volver a Yamaha renunciando a un mont¨®n de dinero es hoy m¨¢s aplaudida que nunca. Ya gan¨® el a?o pasado en Holanda, pero nada que ver con esta victoria. Este domingo, en Misano, ten¨ªa a todos los rivales en plena forma. Pero fue mejor que ellos. Ya hab¨ªa dado se?ales en los entrenamientos libres del s¨¢bado. Y en la sesi¨®n matinal del domingo. Ning¨²n otro ten¨ªa su ritmo. Ni Lorenzo, que se equivoc¨® al elegir el neum¨¢tico delantero m¨¢s duro (fue el ¨²nico) y lo pag¨® a pesar de llevar la otra Yamaha, tan ideal la m¨¢quina para este circuito, mucho mejor que aquella M1 con la que empez¨® el curso. Ni M¨¢rquez, el que parece que todo lo puede, pero que tambi¨¦n se equivoca y tambi¨¦n sufre en circuitos que le son menos favorables. Como ha ocurrido esta vez.

El guion dec¨ªa que las Yamaha dominar¨ªan la prueba en un trazado con menos frenadas fuertes y una zona r¨¢pida, con curvas enlazadas, que les sienta genial. Y as¨ª empez¨® la carrera: con Lorenzo en cabeza y Rossi tras ¨¦l. Pero, como siempre, se enganch¨® M¨¢rquez.

Las primeras vueltas dejaron momentos magn¨ªficos: entre las dos Yamaha primero, entre M¨¢rquez y Rossi despu¨¦s. Llegaron a tocarse. Porque la irreverencia del primero es s¨®lo comparable con el empe?o del segundo. Sab¨ªa que ten¨ªa ritmo para ganar. Y no se dej¨® tutear el italiano, que le devolvi¨® cada interior a su joven admirador. Hab¨ªa logrado adelantar a Lorenzo en la cuarta vuelta y no estaba dispuesto a perder la posici¨®n. No lo hizo. Menos cuando el campe¨®n del mundo cometi¨® un error crucial. Un error de esos que s¨®lo cometen tipos como ¨¦l.

M¨¢rquez es de los que no se conforma. Quiere ganar siempre. Y si, adem¨¢s, es merced a un cuerpo a cuerpo en la pista, mucho mejor. No en vano ten¨ªa (y sigue teniendo) un colch¨®n bien mullido de 74 puntos que le permite hacer todo tipo de locuras. Este domingo le ocurri¨® lo que pocas veces: forz¨® demasiado la m¨¢quina, se equivoc¨®, perdi¨® el control de su moto y se fue al suelo.

A pesar de ello, M¨¢rquez acab¨® 15? y pudo rescatar un punto de una jornada en la que se las vio primero con su maestro y luego con los pilotos m¨¢s lentos de la parrilla. Pudo arrancar de nuevo su Honda despu¨¦s de mucho esfuerzo y la ayuda de los comisarios de pista. Y complet¨® las 26 vueltas con un ritmo final digno de los mejores. No se subi¨® al podio por segunda vez este a?o. Lo hicieron en su lugar Valentino, Lorenzo y Pedrosa, que no pudieron darle fastidio alguno al italiano. Y ya no podr¨¢ ganar el t¨ªtulo dentro de dos semanas en Arag¨®n, como hab¨ªa calculado. Tendr¨¢ que esperar un poco m¨¢s.