La estupefacci¨®n de Martino
El entrenador argentino habla de su a?o ¡°dif¨ªcil¡± en el Bar?a: ¡°Los chicos lo atenuaban todo¡±
El periplo de Gerardo Martino en Barcelona fue tan inesperado como fugaz. Carente de fama en el f¨²tbol europeo, el t¨¦cnico argentino aterriz¨® como un ¡°paracaidista¡± en el banquillo azulgrana auspiciado por el entonces presidente, Sandro Rosell, para reemplazar a Tito Vilanova. S¨®lo una Supercopa de Espa?a fue el legado del preparador rosarino en menos de un a?o en el club. Ahora, vestido con el ch¨¢ndal de la selecci¨®n albiceleste tras coger el testigo de Alejandro Sabella, reflexiona sobre su paso por el Bar?a. ¡°Era demasiado desconocido cuando llegu¨¦ a Barcelona¡±, convino Martino, con estupor. ¡°Me sorprendi¨® el grado de desconocimiento que hab¨ªa hacia mi persona. Ese desconocimiento puede venir del se?or que atiende en el supermercado, pero no de quien trabaja de esto¡±, explic¨® el t¨¦cnico en una entrevista al diario La Naci¨®n, de Argentina.
Martino lleg¨® a Barcelona en julio del 2013 y se march¨® en mayo del a?o siguiente, tras perder la Liga frente al Atl¨¦tico. En menos de un a?o vivi¨® el ¡°Caso Neymar¡±, la renuncia del presidente Rosell y el contencioso con la FIFA. Demasiado para el Tata. ¡°Noticias permanentes, cosas que pasaban, pero otras cosas que no... Nunca me ha gustado dar excusas y de hecho en Barcelona no las di, pero me costaba convivir con eso, ver la repercusi¨®n que ten¨ªa el d¨ªa a d¨ªa. Y muchas cosas en las que yo me preguntaba: ¡®?y esto cu¨¢ndo pas¨® que yo no lo viv¨ª?¡±, revel¨® el t¨¦cnico argentino. ¡°El d¨ªa a d¨ªa con los jugadores me gustaba. Eran chicos macanudos con los que pod¨ªamos hablar de f¨²tbol. Pibes muy reconocidos, pero muy sencillos. Eso atenuaba todo, pero fue un a?o que me cost¨® mucho¡±, se sincer¨®.
Me sorprendi¨® el grado de desconocimiento que hab¨ªa hacia mi persona" Tata Martino, t¨¦cnico de Argentina
¡°La verdad es que fue un a?o dif¨ªcil. No s¨¦ si me lastim¨®, pero fue dif¨ªcil. Fue un aprendizaje acelerado. A veces uno puede acotar las distancias en su pa¨ªs, por ejemplo, dirigiendo River o Boca. Eso a m¨ª no me hab¨ªa pasado, el salto fue grande¡±, concluy¨®.
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