¡°El d¨ªa que hable a alguien no le gustar¨¢¡±

Ferrari se est¨¢ despedazando d¨ªa a d¨ªa y a estas alturas es imposible saber si el s¨ªmbolo m¨¢s universal del automovilismo de carreras ha tocado fondo o sigue en ca¨ªa libre. En los ¨²ltimos meses, el politiqueo interno que atenaza la estructura se ha hecho m¨¢s visible que nunca, aunque, a diferencia de lo que hab¨ªa ocurrido hasta ahora, esta vez el baile de fichas ha terminado salpicando a la zona m¨¢s elevada de la pir¨¢mide. La concatenaci¨®n de hechos desde abril refleja la brutal crisis que atraviesan los b¨®lidos rojos, que en el ¨²ltimo medio a?o ha relevado a tres de sus principales pilares dejando al margen a los pilotos, a la espera de dar al fin con la tecla que le permita al cavallino rampantevolver a celebrar algo, cosa que no ocurre desde 2008.

La semana pasada fue especialmente dolorosa para la tropa rossa. El mi¨¦rcoles, con un margen de apenas 15 minutos de diferencia, se conoci¨® la dimisi¨®n forzada de Luca de Montezemolo, presidente de Ferrari en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, y la muerte a los 79 a?os de Emilio Bot¨ªn, hom¨®logo de Montezemolo en el Banco de Santander, uno de los principales patrocinadores de la Scuderia. Algunos d¨ªas m¨¢s tarde, enmarcado en la silly season [el periodo veraniego en el que los rumores acerca de fichajes se disparan], una informaci¨®n apuntaba a un estrafalario trueque mediante el cual Sebastian Vettel pasar¨ªa a vestirse de rojo y Fernando Alonso a enfundarse el mono del equipo Red Bull, y todo eso ya con vistas a 2015.

Ya no est¨¢n tres de sus valedores: Bot¨ªn, Montezemolo y Domenicali

En Singapur, donde el domingo se disputar¨¢ la primera de las ¨²ltimas seis citas del calendario, todas las miradas iban dirigidas a Alonso, llamado a dar su opini¨®n sobre todos estos asuntos. En referencia a Bot¨ªn, el asturiano reconoci¨® estar ¡°muy tocado, todos lo estamos, los mec¨¢nicos y los ingenieros tambi¨¦n¡±. A Montezemolo le dese¨® suerte en su nueva etapa ¡ª¡°ha liderado la mejor ¨¦poca de Ferrari¡±, dijo¡ª, y tambi¨¦n asegur¨® tener una muy buena relaci¨®n con Sergio Marchionne, relevo del bolo?¨¦s en el cargo.

¡°Estamos inmersos en una ¨¦poca de cambios. En poco tiempo hemos prescindido del jefe [Stefano Domenicali dimiti¨® en abril y fue sustituido por Marco Mattiacci], del director del departamento de motores [Luca Marmorini se fue y lleg¨® Mattia Binotto] y ahora del presidente. Cuando una empresa hace eso es, te¨®ricamente, para mejorar¡±, desgran¨®.

Hasta ese momento todo discurr¨ªa con previsible normalidad. Pero, de repente, su tono conciliador dio paso a uno distinto, mucho m¨¢s desafiante, cuando se le pregunt¨® por la hipot¨¦tica permuta con el alem¨¢n. Su respuesta fue tan contundente que dej¨® helados a los asistentes a pesar del tremendo bochorno de estos d¨ªas en Singapur [38 grados en la pista con una humedad del 80%]. ¡°No tengo nada que comentar. Si tengo que decir algo lo har¨¦ en unas semanas, y el d¨ªa que hable a alguien no le gustar¨¢ porque har¨¦ yo las filtraciones interesadamente¡±, solt¨® Alonso con la voz entrecortada, temblorosa. ¡°Me esfuerzo mucho en hacer pi?a, en comer con los chicos, en jugar al baloncesto con ellos para fomentar el buen ambiente porque creo que es lo que debo hacer por el equipo. Que lleguen estos rumores de Italia es muy triste porque en nada benefician a Ferrari, que es algo m¨¢s grande que yo y que todos nosotros. No s¨¦ muy bien qu¨¦ prop¨®sito hay detr¨¢s. El d¨ªa que me entere os lo dir¨¦¡±, dispar¨® el ovetense, en un dardo que parec¨ªa apuntar directamente a Maranello.

El bicampe¨®n del mundo en 2005 y 2006 recurri¨® varias veces al baloncesto y a las cenas como prueba de su voluntad de mantener cohesionado el grupo. Lo hizo en sus tres comparecencias, primero en espa?ol, despu¨¦s en italiano y luego en ingl¨¦s, como si las l¨ªneas generales de su discurso estuvieran planeadas. No resulta nada f¨¢cil saber qu¨¦ consecuencias puede acarrear esta ¨²ltima cornada, pero si hay algo evidente es que Alonso ha perdido apoyos dentro de la escuder¨ªa.

Ya no est¨¢ ni el presidente que le llev¨® a Ferrari (Montezemolo), ni quien le gener¨® el hueco all¨ª cuando no lo hab¨ªa (Bot¨ªn), ni tampoco el componente sobre quien reca¨ªa la mayor parte de la presi¨®n y que nunca dej¨® de defenderle y alabarle (Domenicali). Su contrato expira a finales de 2016, aunque dada la escalada de tensi¨®n, tampoco ser¨ªa de extra?ar que no se terminara cumpliendo.