Artistas en el mediocampo
La ausencia de Bale cambia la fisonom¨ªa del Madrid, que ahora se apoya en cuatro centrocampistas creativos
El clima de los entrenamientos del Madrid se ha vuelto m¨¢s dulce desde que Alonso y Di Mar¨ªa no est¨¢n. Algunos veteranos lo advirtieron alarmados hace semanas. La garra, la intensidad, el sentido de urgencia que imprim¨ªan a las pr¨¢cticas el vasco y el argentino, han dado paso a sesiones m¨¢s "art¨ªsticas", por emplear un t¨¦rmino extendido en el vestuario. Antes se compet¨ªa por cada pelota hasta rascar las espinilleras. Ahora en los entrenamientos se compite a un nivel m¨¢s sensual. Los chicos corren menos. Se recrean en los detalles. Isco, Modric, Kroos y James parecen embarcados en concursos de ca?os, taconazos, toques con el exterior y fintas mientras miran por el rabillo del ojo al paciente Ancelotti. El t¨¦cnico deja hacer. El club ha querido superpoblar la plantilla de "artistas" y jugar¨¢n los "artistas". El cl¨¢sico de ma?ana ser¨¢ la prueba determinante de un proyecto de nuevo e impredecible esp¨ªritu.
El Madrid se gasta unos 50 millones de euros al a?o en los salarios de Bale y Cristiano, dos de los fichajes m¨¢s elevados de la historia del f¨²tbol. La pol¨ªtica de altas y bajas del presidente Florentino P¨¦rez persigue lograr un juego m¨¢s elaborado pero nunca concibi¨® sacar de la titularidad a las dos superfiguras. En este molde, Ancelotti deb¨ªa articular el ataque con Benzema y a?adir tres volantes. Pero el destino ha dispuesto otra soluci¨®n inesperada: la lesi¨®n de Bale se?ala una v¨ªa alternativa porque permite a?adir un "artista" m¨¢s al mediocampo. Una posibilidad que ni el presidente ni el entrenador contemplaban. Se vio en el campo del Levante y se perfeccion¨® contra el Liverpool. La reuni¨®n de Benzema, Kroos, Modric, Isco y James, cinco futbolistas que se desarrollaron en la media punta en alg¨²n momento de sus carreras, ha brindado control y equilibrio a un equipo que antes tend¨ªa a partirse. Sin Bale, el Madrid no ha sufrido tanto en defensa y se muestra m¨¢s vers¨¢til en ataque. La elaboraci¨®n del primer gol en Anfield, culminada con un pase interior a Cristiano, es una prueba de que algo est¨¢ cambiando.
Ancelotti lo advert¨ªa el a?o pasado a sus colaboradores: "Si subimos un escal¨®n en espect¨¢culo bajamos tres en competitividad". Lo dec¨ªa para justificar el sacrificio de Isco en favor de Di Mar¨ªa. Lo dec¨ªa porque no le quedaba m¨¢s remedio que jugar con Bale, Cristiano y Benzema, y con tres puntas arriba los espacios en el medio campo se convert¨ªan en una pradera infinita de 50x70 metros. Demasiado para gente como Isco, un especialista del juego entre l¨ªneas que no ten¨ªa costumbre de cubrir grandes espacios. Esta perspectiva cambia sin Bale porque entonces el mediocampo se puede cubrir entre cuatro. No es lo mismo acompa?ar a Isco de dos que de tres zapadores.
Kroos, Modric, Isco y James brindan equilibrio a un equipo que antes tend¨ªa a partirse
Atento a la necesidad de acomodar a los "artistas", desde agosto Ancelotti mand¨® al equipo a presionar arriba, recuperar lo antes posible y defender con la pelota. El experimento sufri¨® contratiempos. Quiz¨¢ debido al estado f¨ªsico. Los jugadores sent¨ªan que aguantaban el ritmo una hora y luego se cansaban y tardaban m¨¢s en volver a recuperar el bal¨®n. Las segundas mitades en Anoeta (4-2) y contra el Atl¨¦tico (1-2) expusieron carencias. Pero con el tiempo el equipo se ha mostrado m¨¢s resistente. Adem¨¢s, Kroos y James, que debieron abandonar su zona natural, parecen m¨¢s atentos al juego sin pelota. Se colocan mejor para defender.
La elaboraci¨®n del primer gol en Anfield, es una prueba de que algo est¨¢ cambiando
Si apuntalar la estabilidad fue m¨¦rito de Ancelotti, la excelencia que se vislumbra tras la baja de Bale es cosa de la casualidad. Una casualidad que ofrece posibilidades imprevistas para los partidos decisivos como el cl¨¢sico. De pronto, este Bernab¨¦u que durante a?os aclam¨® a los equipos marciales de doble pivote y contraataque, se dispone a jugarle al Barcelona con armas que antes fueron anatema. Es decir: haciendo lo que el Madrid no hace desde 2003. Que todo gravite sobre un mediocampo plagado de tipos con vocaci¨®n de toque. Artistas con tantas ganas de competir como de gozar.
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