Llull corrige a tiempo el desenfoque

Record¨® a la final de la Copa por el protagonista, por la resoluci¨®n y casi por el resultado. Una canasta sobre la bocina de Sergio Llull, r¨¦plica de la que les dio el t¨ªtulo en M¨¢laga ante el Bar?a, otorg¨® al Madrid su segunda victoria en la Euroliga tras un partido marcado por el desenfoque del conjunto de Laso. En aquella ocasi¨®n el resultado fue 76-77, en esta 75-76. El subcampe¨®n de Europa apur¨® hasta la foto finish tras firmar un pobre 25 de 71 en tiros de campo frente al Unics Kaz¨¢n. Les salv¨® a los blancos su dominio en el rebote ofensivo (9-16, siete de ellos de Felipe Reyes), la bravura de Gustavo Ay¨®n (8 de sus 10 puntos en los ¨²ltimos cuatro minutos del partido) y la punter¨ªa de Llull, que se apunt¨® otro tiro de gracia.

Sin deslumbrar, por instantes al trantr¨¢n, mezclando secuencias meritorias con dispersiones epis¨®dicas, midiendo las fuerzas y calibrando el calendario, el Madrid avanza con pragmatismo. Los blancos, que recorrer¨¢n 12.000 kil¨®metros en cuatro d¨ªas, sumando los desplazamientos a Kaz¨¢n y Tenerife, y cerca de 30.000 en esta primera fase de la Euroliga, se amparan en su profunda rotaci¨®n para aguantar hasta el descabello. Slaughter se qued¨® fuera de la lista, Campazzo no jug¨® ni un minuto, Mejri apenas 10 y tan s¨®lo Rudy (30) y Llull (23) acumularon m¨¢s de 20 minutos en pista. Fue suficiente para triunfar en el alambre.

El Madrid se present¨® decidido a marcar territorio, pero le cost¨® arrancar por sus pobres porcentajes de tiro: 5 de 13 en tiros de dos y 3 de 9 en triples en el primer cuarto (16-19, m. 10). Los de Laso, que en ese tramo fallaron lanzamientos claros, tuvieron sin embargo la virtud de agigantarse bajo los aros para afianzarse en el parquet. A ello contribuyeron decisivamente los puntos de Mejri y los rebotes de Felipe Reyes. El tunecino reemplaz¨® a un destemplado Bourousis y descubri¨® con determinaci¨®n las costuras del juego interior de los rusos. Ni Kaimakoglu y Sokolov de inicio, ni Sanikidze y D¡¯or Fisher al frente de la segunda unidad lograron equilibrar el baile con los p¨ªvots madridistas y por ah¨ª comenz¨® a romperse el partido.

Felipe Reyes reedit¨® su cat¨¢logo de productividad concentrada y, en apenas nueve minutos, firm¨® seis puntos, cuatro rebotes (todos en ataque) y dos asistencias que cimentaron un parcial de 4-12 en el comienzo del segundo acto con el que los blancos estiraron el marcador hasta su m¨¢xima renta (20-31, m. 15). El dominio del rebote ofensivo permit¨ªa a los visitantes remendar con segundas opciones su desatino en el lanzamiento exterior (3 de 13 en triples al descanso). El Unics no encontraba los puntos de Jerrells ni de Langford, el m¨¢ximo anotador de la pasada Euroliga. Los dos fichajes m¨¢s rutilantes de Pedoulakis, ambos procedentes del Armani Mil¨¢n, tardaron en romper a sudar, pero la pareja formada por White y Zisis minimiz¨® los da?os y dej¨® la diferencia al descanso en proporciones abarcables para los locales (31-35, m. 20).

A la vuelta de la caseta se desat¨® el duelo de pistoleros entre Langford y Rudy, que con su mano a mano elevaron las prestaciones de sus equipos, la media anotadora y las revoluciones del partido. El Unics sigui¨® acumulando p¨¦rdidas y el Madrid rebotes, pero incapaces de corregir su punto de mira, los de Laso se complicaron la tarde. Flu¨ªa m¨¢s el ataque de los locales que, punto a punto, fueron recuperando la desventaja hasta culminar la remontada coincidiendo con el bocinazo que cerraba el tercer cuarto (56-55, m. 30). El pulso se prolong¨® hasta que Langford (m¨¢ximo anotador con 23 puntos) pareci¨® sentenciarlo (70-65, m. 38), pero la furiosa reacci¨®n de Ay¨®n sostuvo al Madrid. Ocho puntos del mexicano y un triple de Nocioni empataron el partido a 54 segundos del final. Despu¨¦s, Llull y Maciulis con un par de tiros libres dieron ventaja al Madrid en la recta de meta y White se postul¨® a h¨¦roe con su primer triple en el partido (75-74, a falta de 7 segundos). Pero fue Llull el que cant¨® bingo en la capital de la Rep¨²blica de Tartarist¨¢n.