La victoria del obrero Tito
Rabat, campe¨®n de Moto 2 con un podio en Malasia y merced a una carrera inteligente
La suya es la victoria del obrero. Tito Rabat es un currante. Un producto de s¨ª mismo. Un tipo raro que hace cosas raras. Para los dem¨¢s, claro. Para ¨¦l, dormir en una caravana dentro de un circuito de velocidad es lo m¨¢s normal del mundo. ?D¨®nde iba a estar mejor? ?Qu¨¦ pisito, en Barcelona, su ciudad natal, o en Almer¨ªa, su cuidad adoptiva, le iba a permitir dar unas vueltas con una Kalex reci¨¦n levantado, casi sin quitarse la lega?as? Es un trabajador. Un tipo que encuentra la felicidad en una pista vac¨ªa en la que poder rodar cada d¨ªa que le apetece, de nueve diez de la ma?ana. Un piloto distinto desde hace dos a?os, cuando perdi¨® a su madre y su vida cambi¨® por completo.
No gan¨® su primera carrera en el Mundial hasta el a?o pasado en Jerez. Y s¨®lo entonces, con la confianza que le infundi¨® su psic¨®loga, Eva Calleja, y la alegr¨ªa que insufl¨® en su d¨ªa a d¨ªa, David Garc¨ªa, del circuito de Almer¨ªa, empez¨® a creer que quiz¨¢ ¨¦l no fuera solamente uno m¨¢s. Y puso en apuros a su compa?ero de equipo el a?o pasado, Pol Espargar¨®. Y empez¨® el curso este 2014 con la etiqueta de favorito al t¨ªtulo. Y ha convivido con ella con una naturalidad insospechada. Hasta cambiar la etiqueta de favorito por la de campe¨®n del mundo. Lo logr¨® en Sepang, bajo un calor asfixiante y una humedad que le dej¨® seco ¨Cm¨¢s todav¨ªa, pues est¨¢ enjuto, tal es la obsesi¨®n que tiene por la velocidad y los kilos de m¨¢s¨C, con un tercer puesto y una carrera tranquila, sin sobresaltos, sin errores. Pura solidez al manillar. Ni rastro de las dudas que le atenazaban hace unos d¨ªas.
Tras una temporada magn¨ªfica ¨Csu peor resultado es un octavo, suma siete victorias, trece podios y otros tres cuartos puestos¨C, a Rabat, de 25 a?os, s¨®lo le atacaron los nervios en las ¨²ltimas dos pruebas. Le costaba asimilar que estuviera a punto de ganar el Mundial de Moto2. Y sent¨ªa la presi¨®n: no pod¨ªa fallar. Y no lo hizo. S¨®lo se supo que los m¨²sculos no le respondieron y que su cabeza iba por libre, atemorizada por perder esa gloria que ya rozaba con los dedos, por su simp¨¢tica sinceridad. Los dos terceros puestos que firm¨® en Jap¨®n y Australia eran un resultado magn¨ªfico para uno que se est¨¢ jugando el pellejo y la corona. Pero ¨¦l, que no se siente c¨®modo en el traje de un corredor conservador, se confes¨® sin que nadie se lo pidiera. ?Qu¨¦ dif¨ªcil es salir ah¨ª fuera y dar una vuelta y otra como si siguiera en el circuito de Almer¨ªa!
Rabat se despojo de los nervios de las ¨²ltimas carreras y bord¨® el gui¨®n. No necesitaba arriesgar
Este domingo, en Sepang, sin embargo, bord¨® el gui¨®n. Volvi¨® a quedar tercero. Y lo hizo tras firmar una primera mitad de la carrera perfecta. Le bastaba con ser s¨¦ptimo, pero ¨¦l sab¨ªa que lo mejor ser¨ªa empezar la prueba como si fuera una m¨¢s, como si no estuviera a s¨®lo unos minutos de la gloria, como si no estuviera corriendo en el d¨ªa m¨¢s importante de su vida. As¨ª que sali¨® desde la pole y empez¨® a tirar para separarse de sus rivales. Lo hizo pronto y con aparente facilidad.
En tres giros ten¨ªa ocho d¨¦cimas de diferencia respecto a Kallio, su compa?ero de equipo, el ¨²nico que pod¨ªa arrebatarle el t¨ªtulo, ese que le saca de quicio por su meticulosidad, su perfeccionismo y su constancia. Lo que no pensaba ¨¦l es que su rendimiento tambi¨¦n ha pillado por sorpresa al finland¨¦s, que lo persigui¨® hasta que le dio caza tambi¨¦n este fin de semana, que puso a prueba sus nervios, impasibles esta vez. Le gan¨® la batalla, porque qued¨® segundo, pero poco m¨¢s. Ni siquiera gan¨® la carrera. De eso se encarg¨® Maverick Vi?ales, empe?ado en demostrar un domingo detr¨¢s de otro que no se precipita por querer subir a MotoGP en 2015, despu¨¦s de s¨®lo un a?o en Moto2. Lo que tiene es prisa por pelearse con los mejores.
Todo ocurri¨® a falta de nueve giros para el final. Rabat se fue largo a final de recta, en esa dif¨ªcil primera curva. Y Kallio, que ya se hab¨ªa puesto tan cerquita como hab¨ªa podido, no fuera que su aliento pillara en un renuncio a su contrincante, aprovech¨® el hueco para ponerse primero. Tres curvas despu¨¦s Vi?ales tambi¨¦n atac¨® al l¨ªder. Har¨ªa lo mismo con Kallio a falta de cuatro vueltas. En la misma curva, la cuatro, 90 grados de viraje que sentenciaron la carrera. Y el t¨ªtulo. A Rabat le sobraba con esa medalla de bronce. Y nadie le amenazaba por detr¨¢s, as¨ª que para qu¨¦ arriesgar. Su nivel y el de sus dos acompa?antes en el podio est¨¢n a a?os luz del resto de la parrilla.
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