Varane, por encima de todos

La ilusi¨®n del Cornell¨¤ fue et¨¦rea y vaporosa porque no alcanz¨® para abrumar al Madrid, actual campe¨®n europeo, que contribuy¨® al espect¨¢culo porque no meti¨® el pie ni los codos, sino que trat¨® de ser autoritario y magn¨¦tico con el esf¨¦rico entre los pies. M¨¢s toque que carreras resueltas en primera instancia por la cabeza de Varane, despu¨¦s por el cazafortunas de Chicharito, que no entiende un partido sin su gol, y rematadas por el acr¨®bata Marcelo. Un duelo exigido al principio; un recreo al final.

Aunque dio carrete a jugadores menos habituales, no se le ocurri¨® jugar a la ruleta rusa a Ancelotti, que aline¨® a cuatro int¨¦rpretes del cl¨¢sico ali?ados por internacionales como Keylor Navas, Varane, Khedira y Chicharito. Pero, conscientes de la diferencia de cach¨¦ ¡ªel oponente es un reci¨¦n ascendido a Segunda B¡ª y f¨²tbol, pretendieron disputar el duelo para divertirse y gustarse, dicharacheros con el bal¨®n controlado aunque con el gesto torcido en las escasas ocasiones que les toc¨® perseguirlo. Entendieron que no hab¨ªa rival para correr de m¨¢s y quiz¨¢ por ello s¨®lo cometieron una falta en todo el primer tiempo. Pero se equivocaron porque el Cornell¨¤ es un equipo muy bien trabajado por Jordi Roger y su segundo I?aki Cabrera, profesor en la escuela de t¨¦cnicos de la federaci¨®n catalana. As¨ª, con permiso de los deliciosos movimientos de ruptura y de apoyo de Benzema, adem¨¢s de los destellos de superdotado del bal¨®n de Isco, s¨®lo Varane fue capaz de traer de cabeza al rival en el primer acto.

No atendi¨® el Cornell¨¤ al DNI del rival, sobre todo porque se empecin¨® en iniciar las jugadas de fondo con un pase corto al central o al mediocentro en busca de una salida limpia. Fue imposible porque a la que saltaban Benzema, Isco o James, la zaga se expresaba con un pelotazo con cierta intenci¨®n. Y en uno de esos se llevaron el premio gordo. Fue Juanele el que lanz¨® el ob¨²s y ?scar Mu?oz quien bail¨® con su cuerpo y con el de Arbeloa -¡ªal corregido por Varane¡ª para girarse sobre su eje. Y al pisar ¨¢rea ante la salida desesperada de Navas, le peg¨® con empeine y alma a la red. El gol se festej¨® lo justo, sobre todo porque por esta vez no falt¨® raz¨®n en la mofa hist¨®rica del Bar?a sobre el Espanyol, esa que tilda al estadio periquito de segunda casa blanca.

Varane, por encima de todos

Antes de eso ya hab¨ªa avisado Khedira, que por momentos recuper¨® su versi¨®n alemana, m¨¢s vertical que horizontal. Lo hizo con un remate de cabeza tras llegar desde atr¨¢s, pero careci¨® de direcci¨®n. No le sucedi¨® lo mismo a Varane, el Empire State de Cornell¨¤. Primero se aline¨® con James y despu¨¦s con Isco y el portero Segovia, que sali¨® en busca del bal¨®n y se qued¨® con el aire. Dos saltos, dos remates y dos goles del franc¨¦s, que lanz¨® gui?os y gestos de complicidad para el doctor del equipo. Suficiente, en cualquier caso, para desbravar la gallard¨ªa y la efusividad de las piernas del Cornell¨¤, con la lengua fuera en el segundo tiempo.

Tocaba con pausa y desde atr¨¢s el Madrid, bien dirigido por un Irrallamendi que repart¨ªa el juego con equivalencia. Benzema tiraba desmarques, Isco agitaba el encuentro con sus quiebros y movimientos de cintura, James buscaba aliados para una pared que nunca le lleg¨® y Marcelo rompi¨® el encuentro al entrar. Pero fue Chicharito el que sell¨® el triunfo con un gol de oportunismo al ponerle el lazo a un bal¨®n perdido en el borde del ¨¢rea. Y la alegr¨ªa, la guasa y hasta la provocaci¨®n corri¨® por cuenta de Marcelo, que resolvi¨® un zigzagueo de Isco con su remate y su voltereta tras el gol definitivo. Partida y eliminatoria finiquitada para el Madrid, que deber¨¢ comparecer en el Bernab¨¦u para no hacer el feo, exigido por el formato desalentador para las gestas hom¨¦ricas de la Copa.