El pitcher que renunci¨® al b¨¦isbol para ser misionero
Jeremy Guthrie lanzar¨¢ para los Kansas City Royals en el partido decisivo de las Series Mundiales tras haber difundido durante dos a?os la fe mormona en Espa?a
Para Jeremy Guthrie, el pitcher de los Kansas City Royals encargado de lanzar en el partido definitivo de las Series Mundiales frente a los San Francisco Giants (ocho de la tarde hora de Nueva York, una de la madrugada en Espa?a), el b¨¦isbol no siempre fue lo primero. Con 19 a?os, el lanzador rechaz¨® un contrato de un mill¨®n de d¨®lares con los New York Mets para cumplir en Espa?a su misi¨®n con la Iglesia mormona de Jesucristo de los Santos de los ?ltimos D¨ªas. Guthrie, que pas¨® dos a?os sin tocar una pelota y sin decirle a sus compa?eros lo que hab¨ªa dejado atr¨¢s, ser¨¢ esta noche protagonista de la mejor noche de b¨¦isbol imaginable: un s¨¦ptimo encuentro de la final. A sus 35 a?os y tras una carrera inconsistente, el pitcher llevar¨¢ a sus hombros el destino de un equipo que llevaba 29 a?os sin alcanzar siquiera la postemporada.
"?l dijo que solo firmar¨ªa el contrato si le dejaban irse durante dos a?os. No nos lo dijo entonces, ninguno lo sab¨ªamos", asegura Paul Gunn, compa?ero de Guthrie en la misi¨®n. Se conocieron en Bilbao, donde estuvieron desde 1998 hasta 2000 "ense?ando a otras personas qu¨¦ es Jesucristo". Sus modestos n¨²meros en la universidad de Brigham Young (permiti¨® 6,5 carreras por cada nueve entradas) no hac¨ªan pensar que fuera a tener otra oportunidad de vuelta a Estados Unidos. Pese a la inactividad, a ¨¦l le mereci¨® la pena. "En la vida cada uno tiene una historia. Lo que yo aprend¨ª de misionero en esos dos a?os fue la base de todo lo que ha pasado en mi vida", declar¨® Guthrie a la p¨¢gina oficial de la MLB estadounidense.
En aquella misi¨®n hab¨ªa unos 150 j¨®venes que recorrieron el norte de Espa?a difundiendo su fe. Aunque la iglesia les exig¨ªa hablar en castellano para aprender el idioma, cuando estaban en la intimidad siempre utilizaban el ingl¨¦s. "Jeremy era ya entonces una persona incre¨ªblemente disciplinada. Yo no recuerdo haberle escuchado nunca hablar en ingl¨¦s mientras est¨¢bamos en Espa?a", explica Gunn. A?os despu¨¦s, el pitcher sirve de traductor a los jugadores latinoamericanos de los Royals.
"En la vida cada uno tiene una historia. Lo que yo aprend¨ª de misionero en esos dos a?os fue la base de todo lo que ha pasado en mi vida Guthrie en una entrevista para la MLB estadounidense
El misionero resalta que, independientemente de lo religioso, su experiencia en Espa?a les hizo valorar lo colectivo: "Lo que te cambia la vida es que empiezas a pensar en los dem¨¢s antes que en ti mismo, sobre todo siendo chavales de 19 a?os que solo quieren divertirse con sus amigos". Terminada la misi¨®n, Guthrie retom¨® su carrera en la Universidad de Stanford y modific¨® sus lanzamientos. Rechaz¨® la fama de lanzar partidos completos y se concentr¨® en hacer bien su trabajo, independientemente del n¨²mero de entradas que lograra completar. As¨ª se gan¨® su segunda oportunidad: los Cleveland Indians le seleccionaron en el n¨²mero 22 del draft.
Su carrera, sin embargo, no termin¨® de despegar. Pas¨® de ser un pitcher reserva que lanzaba una o dos entradas cada noche a tener la responsabilidad de jugar de inicio. Aun as¨ª, sus resultados no eran sobresalientes y, cuando Gunn se reencontr¨® con ¨¦l hace dos a?os, toc¨® fondo en los Colorado Rockies. "Pese a todo segu¨ªa tan encantador como siempre. Me dio entradas para un partido y cenamos juntos".
Los Royals, que cuentan con un presupuesto modesto (92 millones de d¨®lares, el 19? de los 30 equipos de la MLB), han recuperado su puesto en la ¨¦lite con jugadores como ¨¦l. Kansas City, que no entraba en los playoffs desde 1985, no puede pagar a las grandes figuras, as¨ª que combina el desarrollo de canteranos con fichajes modestos como el de Guthrie, que firm¨® en 2012 un contrato de 25 millones de d¨®lares por tres a?os.
La familia de Gunn vive ahora en Medford (Oregon) a 8 kil¨®metros de Ashland, el lugar en el que se cri¨® Guthrie y donde todav¨ªa viven sus padres. Todas las miradas estar¨¢n esta noche puestas en el brazo de un pitcher que pudo haberse dedicado a cualquier otra cosa, tambi¨¦n la de su amigo, incr¨¦dulo todav¨ªa de que aquel adolescente que no destacaba entre m¨¢s de 150 misioneros pueda hacer historia: "Que tenga claro que esta noche todos le estaremos animando".
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