Entrenadores, estilos y encuestas
Como todas las semanas, Juanma Iturriaga analiza la actualidad en una nueva entrega de su diario
03/11. Lunes
Hoy he tenido una inesperada conversaci¨®n con mi hijo Mikel durante la cena. Suele ir los lunes y mi¨¦rcoles por la tarde a jugar a baloncesto y todav¨ªa vestido con pantal¨®n corto y engullendo lo que se suele engullir cuando tienes 15 a?os y vienes de hacer deporte (o sea, todo lo que le pongas en el plato) me ha preguntado por qu¨¦ no he sido nunca entrenador. Mi primera contestaci¨®n ha sido un escueto ufffff, pero no le ha bastado. "Al nunca me ha apetecido" con el que he intentado zanjar el asunto ha seguido un "?y por qu¨¦?", por lo que viendo que no iba a ser f¨¢cil zafarme, le he soltado un rollo sobre lo duro de la profesi¨®n, la dedicaci¨®n completa que supone, lo incomprendidos que son, la dependencia que tienen de los jugadores, que al final son lo que les hacen buenos y malos, lo que me gusta dedicarme a varias cosas a la vez, el cl¨¢sico de ¡°no me gustar¨ªa encontrarme de entrenador alguien que fuese como era yo de jugador¡± y as¨ª hasta que con un ¡°?hay m¨¢s macarrones?¡± que le ha salido de su insaciable est¨®mago, he podido escabullirme lo suficiente como para encender la tele y que Wyoming entrase en nuestra cocina.
Te¨®ricamente y si nos atenemos a su definici¨®n en el diccionario de la RAE, entrenador es ¡°persona que entrena¡±. Pienso en los entrenadores de equipos de ¨¦lite, y me dan ganas de personarme en la Academia y pedirle que a?ada ¡°y debe atender a los medios de comunicaci¨®n en entrevistas y conferencias de prensa¡±. Porque cada vez tengo m¨¢s la impresi¨®n de que estos t¨¦cnicos ya no s¨®lo se examinan con sus decisiones deportivas, sino en las salas donde son cuestionados por lo divino y lo humano. Es m¨¢s, creo que los grandes clubes, a la hora de elegir sus entrenadores, deber¨ªan tener en cuenta su capacidad para lidiar los Miuras que sueltan los medios de comunicaci¨®n. Cuando el Barcelona fich¨® a Luis Enrique, le coloqu¨¦ en esa tesitura y bas¨¢ndome en un conocimiento que no va m¨¢s all¨¢ de sus apariciones p¨²blicas y el car¨¢cter que demostr¨® durante su carrera como jugador, me hizo dudar de c¨®mo llevar¨ªa esta carga. Porque para muchos entrenadores (y jugadores), salvo que seas Mr. MouCicuta, comparecer ante los medios es todo un marr¨®n del que intentan escaquearse cuando pueden. Han pasado unos meses, han llegado las dificultades para Luis Enrique y su equipo, y las dudas se mantienen. Le sigo viendo forzado, a disgusto, utilizando a veces a destiempo el sentido del humor y sin dejar de exteriorizar su incomodidad, como que si fuese por ¨¦l, no dar¨ªa explicaciones. Dice entender el circo, el ser guapos un d¨ªa y feos otro y las aperturas de vedas, pero lo que todav¨ªa no me ha transmitido es que comprenda la ley b¨¢sica para manejarte adecuadamente en esas situaciones. No es f¨¢cil, y me remito a cuando yo era jugador. Pero la ¨²nica salida es el no pensar que est¨¢s ante un pelot¨®n de fusilamiento, que las preguntas s¨®lo tienen por objetivo la pol¨¦mica, que cuando se pierde la prensa se alegra, que las cr¨ªticas tienen siempre m¨¢s de conspiraci¨®n que de opini¨®n. Y sobre todo, que tal y como est¨¢ montado el tinglado, asumir no de un modo frentista sino amable o incluso resignado que el entrenador ya no s¨®lo es una persona que entrena, sino que tambi¨¦n da ruedas de prensa. Por lo que deber¨¢ decidir si quiere ser bombero o pir¨®mano.
04/11. Martes
El madridismo vive d¨ªas felices como no lo hac¨ªa desde hace a?os. Encadena victorias, lidera competiciones, olvida conflictos y recibe halagos por doquier. Su juego enamora a partir de un estilo olvidado durante demasiados a?os, lo que creo merece una reflexi¨®n, sobre todo por parte de aquellos que no han dejado de ver oscuras intenciones en anteriores cr¨ªticas hacia su forma de entender el f¨²tbol. El Real Madrid, en su constante b¨²squeda de la grandeza como instituci¨®n, hab¨ªa desde?ado el lugar m¨¢s importante para transmitirla. El terreno de juego. A pesar de sus constantes y multimillonarias adquisiciones de jugadores de renombre mundial, su estilo no estaba a la altura. En la victoria y en la derrota, se intu¨ªa que hab¨ªa mimbres para algo m¨¢s que defender y contraatacar, esperar en lugar de protagonizar, ser dominado en lugar de mandar, lo que provocaba cr¨ªticas que eran entendidas como signos de antimadridismo. Por un camino inesperado, despu¨¦s de aparentemente desmembrar un equipo que acababa de ganar la Champions, fichando costosas piezas sin tener claro si finalmente el puzle podr¨ªa encajar, la varita m¨¢gica de Ancelotti ha dado con una soluci¨®n que ha transportado al equipo a otra dimensi¨®n. Y de paso, como explica perfectamente el gran Santiago Segurola, ha desmontado unos cuantos t¨®picos sobre el equipo, sus posibilidades y el f¨²tbol que gusta a su afici¨®n. Y ahora resulta que el equipo elabora, tiene paciencia, se asocia, sabe jugar a varias velocidades y sin perder antiguas fortalezas, las acompa?a con otras. El p¨²blico del Bernab¨¦u asiste dichoso a esta transformaci¨®n, que adem¨¢s, y como ocurre con los equipos bien engrasados, est¨¢ sacando lo mejor de cada jugador. Hasta Ronaldo, paradigma de la verticalidad, ha entendido que a veces la l¨ªnea recta no es la forma m¨¢s r¨¢pida y efectiva de llegar hasta la porter¨ªa. Y el Madrid ha pasado a ser reconocido no s¨®lo por su contundencia, sino por su juego. Toda una novedad que no puedo menos que celebrar.
05/10 Mi¨¦rcoles
Leo en el Marca que los Sacramento Kings quieren recuperar la figura del Palomero. Seg¨²n cuenta la noticia, que ilustran con una foto de una entrada m¨ªa a canasta (gracias), el due?o del equipo, en su intenci¨®n de que su equipo resulte lo m¨¢s atractivo posible, ha sugerido a su entrenador que defienda con cuatro y que el quinto jugador se quede en la zona de ataque. Por alusiones, quiero dejar claro que yo no me quedaba (casi nunca) en la zona de ataque. Yo bajaba a defender, me fajaba como el que m¨¢s, y s¨®lo cuando el equipo contrario hab¨ªa lanzado a canasta y con la confianza de que fallasen y el rebote fuese capturado por alguno de nuestros p¨ªvots, sal¨ªa como una flecha hacia la canasta rival. Entre mi anticipaci¨®n y la enorme rapidez que ten¨ªa, cuando se cumpl¨ªa lo que hab¨ªa previsto, la soluci¨®n era f¨¢cil. Pase largo y canasta m¨¢s s¨®lo que la una. Hay otras versiones sobre el asunto, pero como el que escribe este diario soy yo...
Hablando de salir disparado, veo en directo la comparecencia de Teresa Romero y no me cabe duda que ten¨ªa todas las ganas del mundo de irse corriendo del hospital a su casa. El acto ha sido un poco ca¨®tico y sobre todo muy emocional. Teresa no ha querido entrar en denuncias m¨¢s all¨¢ de una frase donde alab¨® nuestra sanidad, ¡°la mejor del mundo a pesar de la nefasta gesti¨®n pol¨ªtica¡±, pero todo apunta que alguna querella presentar¨¢ una vez que se recupere totalmente. Har¨¢ bien, pues una vez curada, algunos personajes y estamentos que han metido la pata hasta el fondo est¨¢n queriendo pasar p¨¢gina sin hacer frente a sus responsabilidades m¨¢s all¨¢ de esto que se ha puesto muy de moda ¨²ltimamente, lo de pedir perd¨®n y a otra cosa mariposa.
Metidos en harinas pol¨ªtico sociales, aparece la encuesta del CIS que dice m¨¢s o menos lo mismo que la del domingo de EL PA?S, al menos en lo esencial. Pero como no hay m¨¢s sordo que el que no quiere o¨ªr, pues algunos directamente apuntados siguen sin enterarse del mensaje principal, un ¡°v¨¢yanse¡± a voz en grito dirigido a todo aquel que por acci¨®n, omisi¨®n, olvido, falta de reacci¨®n, ceguera, miedo, costumbre, caradura, incompetencia o infinito apego a su cargo, haya posibilitado que la corrupci¨®n haya campado por sus anchas y hasta extremos dif¨ªciles de digerir durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas. Esa Maria Dolores de Cospedal diciendo que el PP ya no puede hacer m¨¢s de lo que ha hecho en su lucha contra la corrupci¨®n para despu¨¦s no dar una sola explicaci¨®n del auto del juez que habla de casi dos millones de euros en dinero negro para pagar la sede del partido habr¨ªa que tom¨¢rselo como una broma. Lo har¨ªamos muy a gusto si la cosa no fuese tan seria.
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