?lex M¨¢rquez, campe¨®n de Moto3

Tiene 18 a?os y es puro desparpajo. El gracioso de la familia. El de la broma. Tan acostumbrado a ver correr, ganar y celebrar a su hermano mayor que ¨¦l pierde y gana, se cae y se levanta con una naturalidad inusitada. ?lex M¨¢rquez, "el t¨ªo m¨¢s tranquilo del mundo", como lo describi¨® Marc, es el nuevo campe¨®n del mundo de Moto3. Tuvo que armarse de paciencia para no perder los nervios en una carrera loca, puro espect¨¢culo, cuyas vueltas se disputaron siempre como si fueran la ¨²ltima vuelta. Cada curva parec¨ªa la ¨²ltima curva. Y en cada pelea estaba alguno de los implicados en esta ¨²ltima batalla en la que todos cumplieron con el guion: Miller estuvo may¨²sculo en su papel, jugando con los l¨ªmites de lo que se puede y no se puede hacer en la pista, agresivo en el cuerpo a cuerpo, sin intenci¨®n alguna de evitar el contacto, imponiendo su ritmo casi toda la prueba, tirando del resto del pelot¨®n. Veloz y valiente, as¨ª es. Y as¨ª corri¨®. Y as¨ª fue como gan¨® la carrera. Pero no el t¨ªtulo.

El t¨ªtulo era para M¨¢rquez, impecable tambi¨¦n en su rol, resistiendo cada golpe del australiano y de sus colegas, como Antonelli o Kent, que se le acercaban amenazantes; esquivando los choques, alej¨¢ndose del peligro tanto como pod¨ªa ¨C¡°Quiero ganar limpiamente¡±, hab¨ªa repetido hasta cansarse¨C y sin perder demasiado el contacto con los primeros. Ten¨ªa que subirse al podio para no depender de nadie m¨¢s. Y lo logr¨®. Y pudo coronarse como el nuevo amo y se?or de Moto3, la categor¨ªa peque?a, la que nunca deja indiferente a nadie, la que recoge el talento m¨¢s puro, casi sin pulir, de tipos que sue?an cada d¨ªa con llegar a MotoGP. Miller lo har¨¢ en s¨®lo unos d¨ªas. M¨¢rquez, se montar¨¢ en una de esas m¨¢quinas de 1.000cc (un regalo de la casa Honda) tambi¨¦n entonces, aunque deber¨¢ pasar por la escuela de Moto2 antes de dar el salto definitivo dentro de (se supone) un par de a?os.

La carrera, alimentada la rivalidad entre los contendientes desde hace d¨ªas ¨Cdesde que pilotos como Miller apostaran en Sepang por poner las normas en entredicho, por ejemplo, buscando el conflicto, el toque, en cada curva¨C fue una delicia para el espectador y un martirio para los implicados, al menos para los que m¨¢s ten¨ªan que perder, como M¨¢rquez. Sali¨® Miller dispuesto a comerse el mundo, con un ritmo espl¨¦ndido, y entraron en juego tipos como el pele¨®n Vi?ales o el rapid¨ªsimo Antonelli, que hab¨ªa conseguido la pole un d¨ªa antes.

Es el t¨ªo m¨¢s tranquilo del mundo" Marc M¨¢rquez

Hab¨ªa entre los contendientes tipos como ellos, capaces de todo por la victoria. ¡°Si puedo ganar, lo har¨¦¡±, se arranc¨® el italiano el d¨ªa anterior, preguntado por si echar¨ªa una mano al australiano ya que ambos corren para la misma f¨¢brica, KTM. Y los hab¨ªa, tambi¨¦n, como Kent o Vi?ales, como Rins, V¨¢zquez o Mc Phee, preparados para echar una mano, para ayudar a que se cumpliera la estrategia de sus respectivos equipos y marcas. Todos, unos y otros, ten¨ªan ganas de guerra. Y se vio tan pronto como se apag¨® el sem¨¢foro en el circuito Ricardo Tormo, uno de esos trazados en los que ni uno puede escaparse f¨¢cilmente, ni los rebufos entran demasiado en juego. Uno debe jug¨¢rselo todo en las curvas, en la segunda, en la ¨²ltima, por ejemplo, y tirar mucho de coraje y cabeza. Una combinaci¨®n s¨®lo a mano de los mejores.

Miller lider¨® la prueba pr¨¢cticamente en todo momento, se las vio con Vi?ales ¨Cuna gran ayuda al final¨C al tiempo que M¨¢rquez se peleaba con Antonelli. Hubo roces hasta entre aquellos que supuestamente se echaban una mano. Y hasta Rins hizo tambalearse a su compa?ero en alg¨²n momento, aunque luego se ver¨ªa que su intenci¨®n siempre guiarle, cubrirle, defenderle. El jaleo creci¨® tras diez vueltas, cuando el italiano se meti¨® por dentro en una curva, se abri¨® demasiado y arrastr¨® a M¨¢rquez con ¨¦l, que cay¨® a la sexta plaza. El espa?ol fue recuperando posiciones con la paciencia de un santo: un adelantamiento en cada vuelta, al borde del segundo viraje, tna confiado estaba de su ritmo y su Honda. Pero nada hab¨ªa terminado. El l¨ªo, morrocotudo, lleg¨® en la vuelta 16, a nueve giros para el final: Rins le cubr¨ªa las espaldas a M¨¢rquez, segundo tras Miller, y todo parec¨ªa controlado hasta que el australiano choc¨® con M¨¢rquez y ambos cayeron a la sexta y octava plaza, respectivamente. Aquello, sin embargo, lejos de ayudarle, perjudicaba al de KTM. As¨ª que la carrera baj¨® de decibelios. M¨¢rquez volvi¨® a remontar. Y el t¨ªtulo qued¨® a expensas de una genialidad de Kent que nunca se produjo. Cerr¨® M¨¢rquez cada rendija en los ¨²ltimos giros. Y aunque Miller cumpli¨® con su objetivo, tambi¨¦n lo hizo ¨¦l, un t¨¦mpano de hielo. Los M¨¢rquez tienen motivos para celebrarlo por todo lo alto: los dos hermanos son los primeros de la historia que logran dos t¨ªtulos del mundial de motociclismo en la misma temporada.