Anand sigue sin morder a Carlsen
Al indio, que pierde por 4,5-5,5, s¨®lo le queda la baza de la tensi¨®n nerviosa.
El viejo tigre no muerde al joven cocodrilo, y s¨®lo le quedan dos intentos. Viswanathan Anand atac¨® por fin a Magnus Carlsen, pero no fue preciso, se achic¨® ante la presi¨®n del reloj y provoc¨® un empate que mantiene la ventaja del noruego (5,5-4,5), quien conducir¨¢ las piezas blancas el domingo en el pen¨²ltimo asalto. El aspirante, de 44 a?os, conf¨ªa en que el campe¨®n, de 23, soporte peor la tensi¨®n nerviosa.
Todo indicaba que ¨ªbamos a vivir una lucha ¨¦pica. Carlsen, con negras, plante¨® una defensa m¨¢s ambiciosa que en partidas anteriores. Y Anand respondi¨® con una variante que nadie hab¨ªa empleado antes frente al noruego. Pero ¨¦ste analiz¨® ese tipo de posiciones en 2009, cuando su entrenador era Gari Kasp¨¢rov ¨Cas¨ª lo admiti¨® despu¨¦s, en la rueda de prensa-, y respondi¨® velozmente. Sin embargo, Anand logr¨® ventaja en una situaci¨®n muy complicada, de doble filo, donde ambos pod¨ªan ganar. Justo lo que necesitaba con un punto menos en el marcador. Esta vez Carlsen ¨Ccuyo animal favorito es el cocodrilo- no pod¨ªa esperar agazapado el cansancio de su presa, y tendr¨ªa que defenderse del tigre fuera del agua.
Aunque Anand repite que ya no piensa en lo que ocurri¨® cuando Carlsen le destron¨® hace un a?o, en Chennai (India), es muy improbable que haya olvidado la novena partida de aquel duelo, jugada precisamente el 21 de noviembre. Anand se lanz¨® ese d¨ªa, por fin, al ataque; pero no fue preciso, cometi¨® un error grave en apuros de tiempo y termin¨® perdiendo una batalla de infarto, y decisiva.
Quiz¨¢ todo eso estaba en el subconsciente del indio cuando lleg¨® el momento clave de este d¨¦cimo asalto en Sochi, el mismo d¨ªa del a?o siguiente. Aunque Carlsen se defend¨ªa con la precisi¨®n de una computadora, la posici¨®n era objetivamente ventajosa para Anand. Pero el excampe¨®n con reflejos m¨¢s r¨¢pidos de la historia no est¨¢ acostumbrado a que el reloj le presione (hasta hace pocos a?os era rar¨ªsimo verle apurado de tiempo), y se siente muy intranquilo cuando las manecillas se acercan a su primer l¨ªmite (dos horas por bando para los primeros 40 movimientos). Por eso, y quiz¨¢ tambi¨¦n porque ya no puede mantener la concentraci¨®n necesaria para ser letal durante cuatro horas seguidas, fracas¨® de nuevo en su intento de morder al cocodrilo.
A¨²n as¨ª, aunque la ventaja de Anand tras su imprecisi¨®n en la jugada 24 ya no era tan sustancial como antes, le permit¨ªa seguir presionando con poco riesgo. Pero ¨¦l tom¨® una decisi¨®n significativa: simplific¨® la posici¨®n para llegar a otra de claro empate. Eso implica que est¨¢ convencido de ser superior al campe¨®n en el control de los nervios bajo m¨¢xima tensi¨®n. El plan de Anand ahora es hacer tablas con negras el domingo en la pen¨²ltima, ganar la ¨²ltima el martes con blancas e imponer sus prodigiosos reflejos en el desempate a partidas r¨¢pidas del jueves.
Parece que el s¨¦quito de Carlsen reconoce que a¨²n puede quedar mucho por sufrir. Porque a su padre, madre, hermana, apoderado, m¨¦dico, cocinero y dos analistas, se han unido ahora en Sochi un guardaespaldas y alg¨²n amigo. Por otro lado, unos 20 periodistas noruegos le recuerdan cada d¨ªa a su insigne compatriota que todo el pa¨ªs est¨¢ pendiente de ¨¦l. Conviene tener presente lo ocurrido en marzo de 2013 en Londres: presa de la enorme tensi¨®n, Carlsen perdi¨® la ¨²ltima partida del Torneo de Candidatos, pero tuvo la enorme suerte de que Vladimir Kr¨¢mnik tambi¨¦n lo hiciera, y por eso fue ¨¦l quien ret¨® a Anand hace un a?o en Chennai. Aunque tambi¨¦n es cierto que en otras ocasiones, como la reciente Sinquefeld Cup en San Luis (EEUU), Carlsen tuvo el coraje de jugar a ganar cuando le bastaba hacer tablas. En cualquier caso, el prodigioso escandinavo afronta ahora otro reto vital: confirmar que sus nervios pueden ser de acero cuando es necesario, como se espera de un gran campe¨®n; pero debe hacer eso ante un viejo tigre con los colmillos a¨²n afilados, aunque ya no sea tan letal como antes.
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