No diga gol, diga Messi
El delantero del Bar?a destroza al Sevilla con un triplete, festeja su diana 253 en la Liga y supera por dos tantos el hist¨®rico registro de Zarra
No es f¨¢cil jugar al f¨²tbol sentado en un barril de p¨®lvora, y menos para un equipo tan sensible como el Barcelona, pendiente de cada mueca de Messi desde que a sus 27 a?os puso en duda su continuidad de por vida en el Camp Nou. Al 10, sin embargo, le encanta la dinamita, resolver los partidos m¨¢s envenenados, salir manteado de las citas exigentes, como la de ayer ante el Sevilla. A fin de cuentas, Messi es un ni?o que patalea cuando pierde y brinca cuando gana y marca goles, como anoche cuando meti¨® tres y bati¨® el r¨¦cord de Zarra, ahora fijado en 253. Los tantos del 10 certificaron un triunfo gestado a bal¨®n parado despu¨¦s de un partido monopolizado por el Barcelona.
BARCELONA, 5 - SEVILLA, 1
Barcelona: Bravo; Alves, Piqu¨¦, Mathieu, Jordi Alba (Adriano, m. 81); Xavi (Rafinha, m. 75), Busquets, Rakitic; Luis Su¨¢rez (Pedro, m. 73), Messi y Neymar. No utilizados: Ter Stegen; Bartra, Sergi Roberto y Munir.
Sevilla: Beto; Coke, Carri?o, Pareja, Diogo Figueiras; Banega, Krychowiak; Aleix Vidal (Deulofeu, m. 61), Denis Su¨¢rez (Gameiro, m. 61), Vitolo; y Bacca (Iago Aspas, m. 75). No utilizados: Sergio Rico; Kolodziejczak, M'bia y Reyes.
Goles: 1-0. M. 21. Messi. 1-1. M. 47. Jordi Alba, en propia puerta. 2-1. Neymar. 3-1. M. 65. Rakitic. 4-1. M. 71. Messi. 5-1. M. 77. Messi.
?rbitro: Mart¨ªnez Munuera mostr¨® cartulina amarilla a Coke, Pareja y Mathieu.
Camp Nou. 78.283 espectadores.
A veces no queda m¨¢s remedio que recurrir a las suertes m¨¢s convencionales y desacostumbradas para combatir males mayores, y ayer el fin justificaba los medios en el Camp Nou. La estrategia, in¨¦dita desde la visita del Apoel, redimi¨® al colectivo, siempre bien orientado por Busquets. Asegurada la victoria, se impuso la exhibici¨®n de Messi, que no par¨® hasta firmar el 5-1, el d¨ªgito m¨¢gico del Bar?a, autor de un excelente final en el Camp Nou ante el aplauso del Sevilla. No hay manera de que Unai Emery le gane un encuentro al Barcelona. Apenas hubo noticias del equipo andaluz, extraviado desde la alineaci¨®n y tambi¨¦n sorprendido despu¨¦s de la entrada en escena de Deulofeu.
Al equipo azulgrana le llev¨® un buen rato acabar las jugadas, quiz¨¢ porque el equipo parec¨ªa empe?ado en que marcara Messi. Hab¨ªa la sensaci¨®n de que el Barcelona no volver¨ªa a ser el Barcelona hasta que igualara el r¨¦cord de Zarra. Y el reto se alargaba de manera sorprendente, como si fuera una maldici¨®n, desde hac¨ªa ya tres jornadas. Hasta que lleg¨® el Sevilla, uno de sus rivales preferidos, saco de 15 tantos suyos en 16 partidos anteriores, dos menos de los endosados al Atl¨¦tico. Ayer, en el minuto 20, el argentino sum¨® su gol 251, r¨¦cord de la Liga que compart¨ªa con el que fuera ariete del Athletic. El 1-0 fue el anuncio de la goleada y tambi¨¦n de la marca del 10.
Messi no transformaba precisamente un libre directo desde el 20 de abril contra el Athletic. Tom¨® la pelota en el balc¨®n del ¨¢rea y la puso en la cruceta derecha de Beto. Hasta el portero pareci¨® aplaudir el buen gol de La Pulga. Hubo una c¨¢lida ovaci¨®n en el estadio, muchos hinchas sacaron su m¨®vil para inmortalizar el momento y en el marcador se anunci¨® que Messi hab¨ªa atrapado a Telmo Zarra. La finura mostrada por el argentino en el lanzamiento a bal¨®n parado contrastaba con su falta de delicadeza cuando se trataba de dar continuidad a la jugada, incluso cuando recib¨ªa de Xavi. La torpeza final anulaba las buenas intenciones de Neymar y Messi.
Ten¨ªa el Bar?a un problema serio con el bal¨®n y, en cambio, se bat¨ªa como un jabato cuando se trataba de correr, chocar, presionar, disputar o meter la pierna, cosa seria ante equipos f¨ªsicos y t¨¢cticos como son los de Emery. Muy en¨¦rgicos, los azulgrana explotaban su vena febril, la intensidad y el entusiasmo, suficiente para mantener a raya al Sevilla. Las transiciones defensivas y ofensivas eran continuas y el marco de Bravo parec¨ªa bien cerrado por la capacidad de anticipaci¨®n de Piqu¨¦, que volvi¨® a la formaci¨®n ante el descanso de Mascherano por la pol¨ªtica de rotaciones del t¨¦cnico. El juego, sin embargo, era excesivamente acelerado, a veces desordenado, mal resuelto, incluso por Messi.
A Neymar le dio por atarse las botas en pleno ataque barcelonista. Luis Su¨¢rez entr¨® y sali¨® como 7 o como 9, siempre al servicio del 10, y Messi pidi¨® falta en las cuatro ocasiones que perdi¨® el cuero hasta que meti¨® el 1-0. Al equipo le sobraba agitaci¨®n y le faltaba pausa, precisi¨®n y delicadeza, igual daba que el bal¨®n estuviera a pies de Leo que de Neymar o Jordi Alba, excelente en las aperturas por su banda y desafortunado en el cierre, protagonista de un gol en propia puerta tras un centro de Vitolo mal defendido por Mathieu y Bravo, y bien atacado por Denis Su¨¢rez
A pesar de no haber chutado, el Sevilla empataba en el Camp Nou: 1-1. Al rescate del Bar?a acudi¨® de inmediato su nuevo goleador: Neymar cabece¨® una falta que botaron a medias Xavi y Rakitic: 2-1. El gol, sin embargo, no seren¨® a los azulgrana, descontrolados y entregados a un ir y venir que provocaba multitud de montoneras, tambi¨¦n en su ¨¢rea, cada vez m¨¢s acosada por el Sevilla. El Barcelona s¨®lo pudo cerrar el encuentro cuando se par¨® y tir¨® la jugada desde la calma: el pase cruzado de Piqu¨¦ para el desmarque de Luis Su¨¢rez y el centro del uruguayo desde la derecha al segundo palo para la llegada de Rakitic, certero con la testa: 3-1.
El argentino convirti¨® el barril de p¨®lvora en una caja de fuegos artificiales
Las sustituciones ofensivas del Sevilla resultaron una bendici¨®n para el Barcelona y especialmente para Messi, manteado por sus compa?eros nada m¨¢s marcar el 4-1, el que bat¨ªa el r¨¦cord goleador de la Liga, en una jugada armada por ¨¦l mismo. Aceler¨® el argentino, abri¨® para Neymar y el centro del 11 lo atac¨® Messi sin que nada pudiera decir Luis Su¨¢rez, que sigue in¨¦dito como goleador, triunfador en cambio como asistente. Repiti¨® Leo m¨¢s tarde despu¨¦s de un apoyo en Neymar y el estadio se convirti¨® ya en un homenaje. Messi hab¨ªa convertido el barril de p¨®lvora en una caja de fuegos de artificio para un aliviado Camp Nou.
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