Carlota, el ¡®putt¡¯ y la memoria de Rogelio

Hace un par de semanas, unos d¨ªas antes de viajar a Miami para jugar en el campo llamado del Tibur¨®n (s¨ª, construido por el mismo Greg Norman), en Naples, Carlota Ciganda se acerc¨® un d¨ªa al campo de Basozabal, en San Sebasti¨¢n, para dar unas bolas con su dise?ador, Jos¨¦ Mar¨ªa Olazabal. Este qued¨® admirado con la rectitud y longitud que alcanzaba la jugadora navarra con sus maderas y con la precisi¨®n de sus hierros. "Pero el putt no le gust¨® mucho", dice Jes¨²s Ciganda, padre de la golfista. "Le dijo que era el punto m¨¢s delicado de su juego".

Seguramente, en los ¨²ltimos golpes del torneo que cerraba el circuito femenino de Estados Unidos el domingo pasado, Ciganda se acordar¨ªa de la sentencia de su admirado Olazabal. O si no ella, s¨ª los aficionados que lamentaron que su putt de apenas un metro para birdie en el hoyo 17 pasara lamiendo el agujero. Ese golpe de menos le habr¨ªa dado una ventaja casi definitiva ante sus dos duras rivales por la victoria de la jornada, la rookie y revelaci¨®n neozelandesa Lydia Ko y la paraguaya Julieta Granada. "Pero as¨ª es este deporte", dice el padre de la jugadora por tel¨¦fono. "A Rory McIlroy, el mejor del mundo, le he visto hacer un mont¨®n de esas... Adem¨¢s, siempre debemos pensar lo mismo, en positivo: si te pasa es porque est¨¢s ah¨ª".

¡°A Carlota le gusta el golf sencillo: subes, bajas, le pegas¡±, dice su padre

Las rivales, que no lograron despegarse de ella en el ¨²ltimo hoyo, tambi¨¦n lo apreciaron de forma positiva, pues las tres jugadoras debieron disputar un desempate para saber qui¨¦n era la ganadora. La primera que se despidi¨® de la victoria fue Granada, con un bogey en el segundo hoyo, y en el tercero la que podr¨ªa haber dicho adi¨®s fue la neozelandesa Ko, de origen coreano. Estuvo a mil¨ªmetros de hacerlo, los que se torci¨® un putt de menos de dos metros empujado ¡ª"quiz¨¢s demasiado fuerte", dijo la navarra luego¡ª por Ciganda para rematar con birdie un hoyo jugado magistralmente con el hierro (y las cr¨®nicas aseguran que si lo hubiera embocado habr¨ªa sido declarado, sin duda, el golpe del torneo). El par la oblig¨® a jugar un cuarto hoyo de desempate, y all¨ª ya no fue el putter el traicionero, sino el hierro de approach, muy desviado. Gan¨® Ko, de la que dicen que es la nueva estrella del firmamento y que se embols¨® mill¨®n y medio de d¨®lares y Ciganda, de 24 a?os, seguramente, volvi¨® a acordarse de Rogelio Echeverr¨ªa, su profesor de toda la vida, desde que era un renacuajo de cinco a?os en el campo de Ulzama, junto a Pamplona, que falleci¨® el pasado mes de agosto cuando la jugadora se encontraba jugando en EE?UU. "Con ¨¦l me entend¨ªa con una mirada", dijo la jugadora, quien le prometi¨® que sus victorias le ir¨ªan dedicadas.

Rogelio Echeverr¨ªa, el profesor de toda la vida de la jugadora, falleci¨® en agosto

Echeverr¨ªa, que muri¨® a los 73 a?os, la vio, y lo celebr¨®, ganar la orden del m¨¦rito del circuito europeo como debutante hace un par de a?os, y tambi¨¦n la anim¨® a sacarse la tarjeta del duro circuito estadounidense, donde juegan las mejores. La tarjeta la sac¨® a la primera y con entusiasmo se lanz¨® a una forma de vida absolutamente n¨®mada: unas semanas jugando de campo en campo, unas semanas de reposo en casa. En 2013 jug¨® 20 torneos, y 23 este 2014, que termin¨® quinta en el r¨¢nking de distancia con el drive. Y lo m¨¢s cerca que estuvo de una victoria, que todo el mundo da por segura, una y muchas, fue el domingo. "Pero este fin de semana pr¨®ximo tiene fiesta", dice su padre. "Olazabal la ha invitado a jugar el torneo que organiza con Rafa Nadal, y Carlota podr¨¢ conocer por fin al tenista, su gran ¨ªdolo". En cuanto a la b¨²squeda de un nuevo profesor, Ciganda es navarropaciente. "A¨²n no hemos pensado", dice. "Pero buscaremos uno como Rogelio. A Carlota no le gustan las complicaciones, sino lo sencillo: subes, bajas, le pegas. Y tenemos que encontrar uno que le respete su swing natural en su juego, no uno que la vuelva loca con tecnolog¨ªas o novedades".