Espesos silencios en Riazor
Una sensaci¨®n de vac¨ªo preside el D¨¦por-M¨¢laga de la Copa del Rey, precedido por un minuto de silencio por el ultra fallecido
Los silencios fueron demasiado espesos y duraderos. Los hubo antes y durante el partido de Copa del Rey que enfrent¨® al Deportivo y el M¨¢laga en Riazor. La habitual caja de resonancia del estadio coru?¨¦s call¨® en una jornada de las m¨¢s tristes y tensas que se le recuerdan. Nada en la habitual y bullanguera previa a la cita futbol¨ªstica remiti¨® a ese tiempo festivo que precede al momento en el que el bal¨®n empieza a rodar por la hierba. Tres horas antes del pitido inicial los restos de Francisco Javier Romero "Jimmy" llegaban al cementerio municipal de Fe¨¢ns, pr¨®ximo al casco urbano de A Coru?a. Su f¨¦retro estaba coronado por una bandera gallega y una ense?a de Los Suaves, la facci¨®n de los Riazor Blues en la que se encuadraba. Hubo bengalas y alg¨²n bote de humo.
A nivel institucional el Deportivo hab¨ªa expresado a trav¨¦s de un comunicado su apoyo a la familia del seguidor muerto en la refriega con el Frente Atl¨¦tico el pasado domingo, pero ning¨²n representante del club acudi¨® ni al entierro ni al velatorio. Las relaciones con los Riazor Blues son tensas y m¨¢s despu¨¦s de que el presidente Tino Fern¨¢ndez modulara su discurso p¨²blico del mediod¨ªa del martes y asegurase horas despu¨¦s que se iba a identificar a los integrantes del grupo y que bastantes de ellos no s¨®lo no volver¨ªan a entrar en el estadio sino que tampoco habr¨ªa m¨¢s s¨ªmbolos o pancartas que les representasen. "Manchan el nombre del Deportivo", declar¨® el m¨¢ximo mandatario de la entidad blanquiazul, que apuesta por el fin de los Blues.
Fue la peor entrada que se recuerda en el estadio coru?¨¦s. Apenas hubo ni?os en la grada
La sensaci¨®n de vac¨ªo presidi¨® la jornada. A primera hora de la ma?ana hab¨ªa llegado la expedici¨®n del M¨¢laga a la ciudad. Les recibi¨® un dispositivo de seguridad extremo. En el trayecto entre el aeropuerto y el hotel pasaron bajo puentes y por rotondas que albergaban pancartas de recuerdo al integrante de los Riazor Blues muerto. "Jimmy vive!", era el lema que colgaba en varios puntos de la ciudad. Pintadas con el mismo texto se pod¨ªan ver tambi¨¦n en bastantes paredes. La torre de Marath¨®n se convirti¨® en un improvisado altar. Se trata de la construcci¨®n que hasta los a?os noventa remataba el fondo en el que comenzaron a agruparse los Riazor Blues y que tras la reforma del estadio queda a las puertas del grader¨ªo al que hasta ahora acced¨ªan. All¨ª desde la noche anterior al partido presid¨ªa la escena un mensaje: "Jimmy con n¨®s (Jimmy con nosotros)". La polic¨ªa vigilaba cada esquina del estadio, pr¨¢cticamente cada punto neur¨¢lgico de la ciudad.
Deportivo, 1-M¨¢laga, 1
Deportivo: Lux; Laure (Jos¨¦ Rodr¨ªguez, m. 65), Lopo, Diakit¨¦, M. Pablo; ?lex Berganti?os, Juan Dom¨ªnguez; Cuenca (Helder Postiga, m. 81), Juan Carlos (Remeseiro, m. 65), Canella; y Toch¨¦. No utilizados: Fabricio, Seoane, Insua y Cardoso.
M¨¢laga: Ochoa; Rosales, Weligton, Angeleri, Boka; Camacho; Horta, Samuel (Samu Castillejo, m. 60), Juanpi (Recio, m. 69), Luis Alberto (Portillo, m. 79); y Rescaldani. No utilizados: Kameni, Casado, Darder y Santa Cruz.
Goles: 1-0. M. 10. Cmacho. 1-1. M. 69. Toch¨¦.
?rbitro: Mateu Lahoz. Amonest¨® a Diakit¨¦, Toch¨¦, Angeleri, Rosales y Portillo.
Nadie pod¨ªa esperar una gran afluencia de p¨²blico en un partido copero entre semana, pero el estadio apenas se pobl¨® con la peor entrada que se recuerda en d¨¦cadas para presenciar un partido de f¨²tbol del Deportivo perteneciente a una competici¨®n oficial. Muchos de los 23.000 abonados prefirieron quedarse ante el televisor. Apenas hubo ni?os en el grader¨ªo. De fondo la tribuna cerrada, cuyos inquilinos ten¨ªan la opci¨®n de retirar una entrada sin coste para estar en otra ubicaci¨®n. Algunos se dispersaron por el estadio, los m¨¢s no acudieron al partido. El fondo que siempre abarrotan estaba clausurado como simb¨®lica medida de repulsa a la violencia. Con esa intenci¨®n quiso revestir el club el minuto de silencio que se guard¨® antes de iniciarse el partido, un lapso que dio paso a la escenificaci¨®n de una divisi¨®n entre el deportivismo presente porque tras ¨¦l se elevaron voces mayoritariamente j¨®venes que pidieron la dimisi¨®n de Tino Fern¨¢ndez, replicadas de inmediato por silbidos de desaprobaci¨®n a esa demanda. Hace apenas una semana que la gesti¨®n del Consejo de Administraci¨®n del club coru?¨¦s hab¨ªa obtenido el respaldo mayoritario de sus accionistas, aficionados casi todos con entre tres y cinco titulos de propiedad. Ahora el sucesor de Lendoiro se enfrenta al ¨®rdago de mantener la intenci¨®n expresada de impedir que a Riazor entren seguidores radicales sin, al mismo tiempo, provocar una fractura social. Desde el Deportivo se apunta que es el momento de edificar algo, de cambiar el curso de las cosas.
El M¨¢laga marc¨® a los diez minutos y brotaron de nuevo, ¨¦sta vez m¨¢s leves, los reproches al palco. La pelota situ¨® al deportivismo ante otro problema, el futbol¨ªstico. Acuciado adem¨¢s por las estrecheces economicas, el panorama requiere no s¨®lo una toma inmediata de decisiones (una de las primeras dotar el estadio de una grada de animaci¨®n que llene el vac¨ªo que en esa faceta dejar¨¢n los Riazor Blues) sino tambi¨¦n vigor, convicci¨®n y apoyo.
Resta tambi¨¦n el orgullo. Por ejemplo el de los futbolistas que defendieron la camiseta del Deportivo en esta tensa cita. Asumieron el gol inicial de Camacho y supieron crecer para hacerse con el control del partido y generar opciones para nivelarlo. Toch¨¦ dejo pasar alguna antes de afinar a punter¨ªa mediada la segunda parte y lograr el empate. Para entonces el Deportivo ya operaba con un lateral postizo, Jos¨¦ Rodr¨ªguez, y marcada vocaci¨®n ofensiva. Se mostr¨® a buen nivel el central Diakit¨¦, un jugador del que se barrunta su adi¨®s en enero, y dej¨® acciones plenas de coraje y dignidad futbol¨ªstica el veterano Manuel Pablo. El M¨¢laga se dej¨® llevar y fue a menos. La eliminatoria se decidir¨¢ en La Rosaleda.
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