Imprevisible Bar?a
Obsesionado con mantener en tensi¨®n a su propia plantilla, Luis Enrique no ha repetido un s¨®lo once: 22 partidos, 22 alineaciones
A Luis Enrique siempre se le consider¨® un futbolista particular, competitivo y hasta cierto punto transgresor, dispuesto a buscar los l¨ªmites en la cancha y en cierto modo tambi¨¦n en la vida: surfe¨® en la playa de San Lorenzo, intent¨® la marat¨®n de Nueva York y ahora llega de vez en cuando las ocho de la ma?ana en bicicleta a la ciudad deportiva despu¨¦s de recorrer muchos kil¨®metros. No paraba quieto en la cancha, siempre en busca del gol, incluso cuando ejerci¨® de lateral en el Camp Nou. Agitador por naturaleza, la imagen del Luis Enrique jugador tiene mucho que ver con la del Luis Enrique entrenador. El asturiano es un t¨¦cnico tan intervencionista que el Bar?a se parece cada vez m¨¢s a Luis Enrique.
Desde la sorpresa, busca y encuentra m¨¢s dinamita en la delantera que juego. Explica pocas cosas y reitera que nada de cuanto hace es producto de la improvisaci¨®n, que todo tiene su raz¨®n de ser, que cuando elige la alineaci¨®n lo hace en beneficio del equipo y al mismo tiempo para complicarle la vida al contrario. Y en funci¨®n de tal plan, cambia cada d¨ªa para ser imprevisible: 22 alineaciones en 22 partidos, 15 encuentros de Liga y 15 formaciones, cuatro puntos menos que el Madrid despu¨¦s de perder 10 con las derrotas ante el Celta y el Madrid y los empates con el M¨¢laga y el Getafe.
Hace un a?o, Martino solamente hab¨ªa perdido cinco puntos. Prefer¨ªa ser espectador y no tocar nada, lo contrario de Luis Enrique, muy atrevido y decidido desde que en su presentaci¨®n afirm¨®: ¡°Yo soy el l¨ªder¡±. A diferencia de su antecesor, el asturiano tuvo tiempo y dinero para completar su equipo de trabajo y un plantel con hasta ocho fichajes. A partir de ah¨ª, ha manejado el grupo ¡°como se esperaba de ¨¦l¡±, seg¨²n dicen en la Ciudad Deportiva.
Nadie de los que le vieron trabajar con el filial azulgrana se ha sorprendido por los m¨¦todos de Luis Enrique. Hay consenso en que es obsesivo, detallista, desconfiado y muy profesional. Sus colaboradores prefieren no hablar, pero gente de su entorno resalta que es una persona ¡°agradable en el trato, afable¡±. ¡°Tiene menos malos momentos de los que pens¨¢is. No es el mismo que era como jugador, pero tampoco ha cambiado mucho; antes y ahora va de cara¡±, dicen los que le conocen.
Tenemos s¨®lo una idea: tener la pelota, jugar en campo contrario, atacar al rival y defendernos bien. Y correr todos¡±
Luis Enrique, t¨¦cnico del Barcelona
Aunque delega muchas funciones en sus ayudantes, Luis Enrique elige qui¨¦n juega, c¨®mo se juega y a qu¨¦ se juega. Y cuando sale ante los medios no da excesivas explicaciones de lo individual. En lo colectivo avisa: ¡°Tenemos s¨®lo una idea: tener la pelota, jugar en campo contrario, atacar al rival y defendernos bien. Y correr todos¡±. A partir de ah¨ª, cambia la alineaci¨®n cada semana. El portero siempre es el mismo: Ter Stegen en la Champions y Bravo en la Liga. Y tambi¨¦n repiten los tres delanteros: Messi, Luis Su¨¢rez y Neymar. La cuesti¨®n es c¨®mo hacer llegar la pelota al tr¨ªo de atacantes, y ah¨ª es donde se producen los cambios: var¨ªan constantemente los centrocampistas y los defensas, igual da que sean nuevos que veteranos, sin que se sepa muy bien el criterio, porque a¨²n no ha dado con una idea del juego, o no se adivina. Ha completado 14 zagas diferentes, 13 centros del campo distintos y 8 delanteras. Los futbolistas m¨¢s utilizados son Messi y Busquets, junto a Alves, un futbolista con el que no se contaba en verano, al igual que Xavi, otro de los m¨¢s utilizados.
¡°En el Bar?a B hac¨ªa lo mismo y no se enteraba ni San Pedro¡±, anunci¨® antes de viajar a Getafe cuando se le habl¨® del asunto. Pas¨® por alto que si Zubizarreta pens¨® en ¨¦l fue tambi¨¦n por eso, convencido de que tendr¨ªa en alerta al equipo y que garantizar¨ªa su idea de ¡°la permanente evoluci¨®n¡±. O sea, cambiar para que todo siga igual, respetando el estilo, seg¨²n cuentan en el club. La sensaci¨®n es que ha cambiado tanto que nada sigue igual.
¡°En Vigo tambi¨¦n hac¨ªa lo mismo¡±, recuerdan los que le ficharon, que coinciden en que lo volver¨ªan a contratar y, por otra parte, dudan de que su m¨¦todo le sirva para manejar un vestuario de un nivel tan alto como el azulgrana. Si no dio razones a Totti en el Roma y a Orellana en el Celta, tampoco ha dado muchas explicaciones a los jugadores que le han pedido saber qu¨¦ deb¨ªan mejorar para jugar m¨¢s en el Bar?a.
Por ahora nadie se queja y si alguien dijo algo sobre la manera en que se daban las convocatorias ¡ªen una pizarra del vestuario, diez minutos antes de subirse al autocar para desplazarse al aeropuerto¡ª, no cambi¨® nada. ¡°Los jugadores saben que no es bueno dar pie a las filtraciones¡±, dice el asturiano, que siendo t¨¦cnico del filial incluy¨® a un lesionado (Jonathan Soriano), en la convocatoria que facilit¨® la web del club para despistar al entrenador rival. El t¨¦cnico canta la alineaci¨®n una hora antes del partido y evita dar pistas a sus jugadores. ¡°Nos mantiene en alerta. En el Bar?a B viv¨ª mucho tiempo con ¨¦l y te acostumbras¡±, reconoce Bartra.
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