A toda mecha y sin gol de Cristiano
El Real Madrid arrolla al Cruz Azul sin necesidad de que marque el portugu¨¦s
El Madrid impuso la l¨®gica y atropell¨® al Cruz Azul sin siquiera precisar de Cristiano, que en una goleada se qued¨® en blanco, m¨¢s eficaz como asistente que como definidor. Lo cual ya es portada. No import¨®, el equipo de Ancelotti hizo un ejercicio de demolici¨®n, paso a paso, con solistas al frente. Primero con Ramos, Carvajal y Benzema. Cuando sinti¨® alg¨²n calambre, al final del primer acto, ya con 2-0, de nuevo se apareci¨® Iker Casillas, que detuvo su segundo penalti consecutivo en cuatro d¨ªas. Y luego, coser y cantar. El asiduo tanto de Bale, el virtuosismo de Isco y rumbo a la conquista de la cuarta Intercontinental, bautizada ahora como Mundial de Clubes, formato en el que nunca ha ganado el Madrid y trofeo que solo tienen Casillas, CR y Kroos, estos dos ¨²ltimos con el United y el Bayern.
No fue un Madrid redondo, pero algunos de sus jugadores tuvieron el don de la puntualidad. El primer toque de corneta fue de Sergio Ramos, al que tanto debe el club su presencia en este torneo. El Ramos de M¨²nich y de Lisboa tambi¨¦n cogi¨® pista en Marrakech, donde exhibi¨® otra vez su soberan¨ªa en el juego a¨¦reo. No hay barricadas para el zaguero, m¨¢xime si Kroos ajusta el punto de mira y el guardameta rival, Corona en este caso, deja la puerta abierta con una mala salida.
CRUZ AZUL, 0-REAL MADRID, 4
Cruz Azul: Corona; Flores, Maza, Dom¨ªnguez, Pinto; Bernardello (Pablo Barrera, m. 65), Torrado; Rojas, F¨®rmica, Gim¨¦nez; Pavone. No utilizados: Yosgart G. (p), Marco Fabi¨¢n, Allison, Ch¨¢vez, Loeschbor, Valadez, Vela, Torres, B¨¢ez, An¨ªbal y Castro.
Real Madrid: Casillas; Carvajal, Pepe, Ramos (Varane, m. 64), Marcelo; Illarramendi, Kroos (Khedira, m. 76), Isco (Jes¨¦, m. 82); Bale, Benzema y Cristiano. No utilizados: Keylor (p), Medr¨¢n, Coentr?o, Chicharito, Arbeloa, Nacho y Pacheco.
Goles: 0-1. M. 14. Ramos. 0-2. M. 36. Benzema. 0-3. M. 50. Bale. 0-4. M. 74. Isco.
?rbitro: Enrique Osses (Chile). Amonest¨® a Ramos.
40.000 espectadores en el Estadio de Marrakech.
El gol de Ramos certific¨® la buena puesta en escena del Madrid, en el que Ancelotti no se guard¨® nada. El t¨¦cnico ha decidido explotar la mejor veta hasta donde le sea posible, se?al de la voracidad del equipo, que lo quiere todo: r¨¦cords, t¨ªtulos... Para dar prueba de ello, Cristiano tard¨® tres minutos en anudar la garganta a los mexicanos. Un milagro de Corona frustr¨® su remate en el ¨¢rea peque?a, en las narices del meta mexicano. El Cruz Azul, cohibido, se sent¨ªa ante un reto imposible. Solo Rojas, un polvorilla por la banda de Marcelo, lograba abrir una v¨ªa. En una de ellas, le sac¨® la cadena al lateral brasile?o y a su centro raso no lleg¨® Pavone por un pelo. En su segundo asalto se cruz¨® Ramos cuando apuntaba a Casillas. M¨¢s concesiones de las previstas por parte del Madrid.
Algo aflojados Isco e Illarra, el cuadro espa?ol encontr¨® en Benzema a su mejor gu¨ªa. El franc¨¦s es un delantero de arquitectura, un medio disfrazado de ariete capaz de dibujar el f¨²tbol en las zonas calientes, cerca del ¨¢rea, donde m¨¢s aprietan los contrarios. Cuando se enchufa resulta un embrollo para los rivales, que no dan con el radar y llega el palique: que si es asunto de los mediocentros, que es misi¨®n de los centrales. Su partido fue estupendo, estuvo en todas y no le falt¨® tiempo para el gol, el 125 como madridista. Benzema puso la puntilla, los honores los mereci¨® Carvajal. Por en¨¦sima ocasi¨®n progres¨® por su orilla derecha, remont¨® por la l¨ªnea de fondo y cit¨® al franc¨¦s, que lleg¨® con tino por el centro del ¨¢rea. No fueron pocas las veces que Carvajal hizo de ventilador.
Con 2-0, en apariencia el partido estaba cerrado. Pero el Madrid se distendi¨® y dio vidilla al conjunto azteca, cosido con alfileres, con tanta experiencia como corto de recursos, como ha demostrado en su decepcionante temporada. Rebajado el volumen por los blancos, Pavone, el exjugador del Betis, demostr¨® sus horas de vuelo. Hizo parecer que la hab¨ªa dado un colapso tras un toquecito de Ramos y el ¨¢rbitro se dispuso a animar el encuentro. Torrado, el veterano capit¨¢n, se dispuso a ser el verdugo de Casillas. Los papeles se cambiaron y acab¨® por ser la v¨ªctima. Iker no pasa por ser el m¨¢s estudioso de los porteros, tan confiado en su portentosa intuici¨®n, pero se lanz¨® justo donde el mexicano hab¨ªa ejecutado dos m¨¢ximos castigos en el partido de cuartos. Lo que s¨ª tiene el guardi¨¢n madridista es memoria: en agosto de 2001 detuvo tres penaltis en A Coru?a, en un Teresa Herrera. Enfrente, el Cruz Azul.
No fue un equipo redondo, pero algunos jugadores tuvieron el don de la puntualidad
Tras el embrujo de Casillas, tan aturdidos se sintieron los mexicanos que, de inmediato, tras una p¨¢jara monumental de la defensa espa?ola, Pavone se descubri¨® cara a cara con el meta espa?ol. Le entr¨® una tiritona, se congel¨®. Ya no le qued¨® otra bala al equipo de Mena, al que solo le quedaba mitigar una goleada. Le result¨® imposible, el Madrid encontr¨® a¨²n m¨¢s atajos hacia el gol, y como m¨¢s le gusta, a mil por hora. Lo hizo CR, que a pase de Benzema, asisti¨® a Bale, que estamp¨® su habitual gol en las grandes citas. Entonces s¨ª, la final asegurada.
Solo restaba comprobar c¨®mo administrar¨ªa Ancelotti los descansos. Le dio respiro a Ramos, con molestias, a Kroos y finalmente a Isco, aclamado por su excelente tanto. Fue el cuarto, tras una maniobra del malague?o que hizo descalabrar a dos defensas antes de apuntar con tino a la esquina derecha de la meta de Corona. Y tambi¨¦n quedaba una exquisitez. Fuera del reparto goleador, Cristiano hizo so?ar con el gol del a?o, del siglo, lo que cada uno quiera. Bale centr¨® desde la izquierda y al portugu¨¦s, que llegaba en carrera, se le ocurri¨® una genialidad, rematar de rabona. Incre¨ªble, por la extraordinaria dificultad. La pelota sali¨® en direcci¨®n a Corona. El f¨²tbol contempor¨¢neo todo es v¨¦rtigo, hoy es ayer. En otros tiempos quedar¨ªa para la enciclopedia de oro como uno de esos goles de Pel¨¦ y otros ilustres que jam¨¢s entraron, pero muchas generaciones se deleitaron como si tal. Como lo har¨¢n los madridistas si el pr¨®ximo s¨¢bado abrochan la Copa y despiden a lo grande su campa?a internacional.
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