Un empate de fe

En un encuentro de m¨ªnimos, un Levante con mucha fe y escaso f¨²tbol, empat¨® en el descuento tras un penalti absurdo de Carlos Mart¨ªnez al saltar con el brazo extendido y tocar el esf¨¦rico dentro del ¨¢rea con la oposici¨®n de David Navarro. Igualaba el conjunto de Lucas Alcaraz un partido que se le iba tras un error de Vyntra en el despeje que convirti¨® Canales en gol en el inicio de la segunda mitad. Nadie mereci¨® m¨¢s que un punto en un partido con demasiadas reticencias y especulaciones, con predominio t¨¢ctico y f¨ªsico, con apenas concesiones y alegr¨ªas, tedioso como pocos. El conjunto de David Moyes pag¨® su ascetismo. Opuso orden, evit¨® elaborar el juego y mimetiz¨® el estilo del Levante al que le falta creatividad y gol, no as¨ª dignidad y orgullo.

El Levante tiene la cualidad de hacer los encuentros largos y aburridos. Minimiza las virtudes del rival al que le hace sentir inc¨®modo. No le importa al equipo de Lucas Alcaraz no sentirse atractivo. Lo suyo es competir y rascar puntos c¨®mo sea y d¨®nde. No se permite alegr¨ªas ni en su estadio y la afici¨®n granota tampoco le da demasiada importancia a las formas, aplaudiendo el esfuerzo y la actitud de los suyos.

Como cab¨ªa esperar, el peso del partido recay¨® en la Real en teor¨ªa superior t¨¦cnicamente. Premeditada opci¨®n del Levante que deja hacer al contrario, que renuncia conscientemente a la posesi¨®n, que se repliega con sus l¨ªneas perfectamente escalonadas a la espera de un contragolpe letal, una acto an¨¢rquico o haciendo uso de la estrategia. Los resultados, para bien o para mal, condicionan el estado an¨ªmico de los jugadores. Y al equipo de Moyes le falta seguridad y su juego se resiente. Quiso ser m¨¢s directo el conjunto donostiarra en el Ciutat de Val¨¨ncia, emulando al Levante, un estilo m¨¢s british, del gusto del t¨¦cnico escoc¨¦s cuyos equipos nunca han destacado por ser sublimes. La necesidad de los puntos obliga a la prudencia. Ambos equipos tem¨ªan al error, evitaban riesgos. El miedo al fracaso limitaba la inventiva, lo que deriv¨® en un encuentro funcionarial, trabado, con escasas triangulaciones y demasiados encontronazos, sin gozo.

Sin Carlos Vela la Real es menos Real. Falto de la chispa, la clase y la zurda del mexicano, el grupo de Moyes le faltaba creatividad en los albores del ¨¢rea de Mari?o, in¨¦dito en el primer acto al igual que Ger¨®nimo Rulli, el arquero argentino de 22 a?os llegado del Estudiantes de la Plata llegado a San Sebasti¨¢n para sustituir a Bravo tras su marcha al Bar?a y hasta suplente hasta la fecha de Zubikarai presente en el banquillo.

Solo una acci¨®n individual o un error ajeno pod¨ªa cambiar el sino del partido. Y ambas cosas se aunaron en el inicio del segundo acto cuando la Real se dio cuenta que pod¨ªa y deb¨ªa ofrecer algo m¨¢s. Un mal centro de Xabi Prieto desde el costado derecho fue horriblemente despejado por Vyntra que dej¨® el esf¨¦rico a la zurda de Canales. El c¨¢ntabro se acomod¨® el bal¨®n a su pierna derecha y su disparo raso se col¨® en la porter¨ªa de Mari?o tras tocar en el palo derecho. En dos minutos de juego de la segunda mitad hab¨ªan sucedido m¨¢s cosas que en unos 45 minutos para olvidar.

No contest¨® el Levante hasta el minuto 60, en el momento que Barral cabece¨® al travesa?o de Rulli un centro del austriaco Ivanschitz. El conjunto granota solo se suelta y espabila cuando le golpean. A Lucas Alcaraz le cuesta quitarse el cors¨¦ a¨²n con un gol en contra. Entr¨® Sissoko por Simao y Rafael Martins por Barral. Cambio de cromos, que no de f¨®rmula hasta que en el ¨²ltimo cuarto de hora Rub¨¦n, un centrocampista ofensivo, sustituy¨® al lateral Vyntra. Y lleg¨® el habitual arre¨®n final del Levante que encontr¨® un empate que bendice su fe.