El Atl¨¦tico emborrona al Madrid
El equipo rojiblanco niega a su rival y le somete a bal¨®n parado Marcaron Ra¨²l Garc¨ªa, de penalti y Gim¨¦nez, en un c¨®rner Torres jug¨® 60 minutos y Cristiano, suplente, no entr¨® hasta cumplida la hora de partido
El Atl¨¦tico se conoce de memoria y lo suyo ya es cient¨ªfico, un f¨²tbol de laboratorio. Juegue quien juegue no pierde el alma, la grada mantiene su desfogue emocional y el equipo es tan capaz de neutralizar a un rival hidalgo como el Madrid y, como si nada, con acciones puntuales, darle la estocada. De nuevo lo hizo contra su imponente vecino, al que primero inmoviliz¨® pese a darle el se?uelo de la pelota y luego dio la puntilla como acostumbra, a bal¨®n parado. Este Atl¨¦tico, ars¨¦nico, agota y emborrona a cualquiera, incluso al Madrid, que ha perdido fuego. Le falt¨® verticalidad, energ¨ªa, y se fundi¨® de mala manera en cuanto recibi¨® el azote del primer gol. Ahora necesitar¨¢ un esfuerzo extra en Chamart¨ªn.
Atl¨¦tico, 2-R. Madrid, 0
Atl¨¦tico: Oblak; G¨¢mez, Gim¨¦nez, God¨ªn, Lucas; Mario; Ra¨²l Garc¨ªa, Gabi, Sa¨²l (Arda Turan, m. 67); Griezmann (Mandzukic, m.74) y Fernando Torres (Koke, m. 59). No utilizados: Moy¨¢, Juanfran, Tiago y Ra¨²l Jim¨¦nez.
Madrid: Keylor Navas; Arbeloa (Carvajal, m. 83), Ramos, Varane, Marcelo; Khedira, Kroos, Isco; James (Cristiano Ronaldo, m. 63), Benzema (Jes¨¦, m. 74) y Bale. No utilizados: Casillas, Illarramendi, Nacho y Coentrao.
Goles: 1-0. M. 58. Ra¨²l Garc¨ªa. 2-0. M. 76. Gim¨¦nez.
?rbitro: Clos G¨®mez? amonest¨® a G¨¢mez, Griezmann, Gabi, God¨ªn, Marcelo, Khedira y Ramos
Unos 54.000 espectadores en el Vicente Calder¨®n
No hubo mucho f¨²tbol por el Manzanares, con m¨¢s debates por lo que no se vio que por lo visto. De la suplencia de Cristiano en tiempos del cisma de Messi a la vuelta anodina de Fernando Torres, lejos de ser el ni?o que fue por el Calder¨®n y Anfield, m¨¢s bien el futbolista traspapelado del Chelsea y el Milan. Tienen tajo, tanto el jugador como su excompa?ero Simeone. Temas para la ch¨¢chara, el ¨²nico gancho de una Copa tan chata, un torneo en el que todos se guardan algo y prefieren jalear a los secundarios. Y bien que respondieron chicos como Lucas y gente con tanto rodaje en esto del f¨²tbol como Jes¨²s G¨¢mez.
De momento, pese al estreno instant¨¢neo, la suplencia parece el primer destino de Torres, al que poco ayud¨® la ausencia de los tres centrocampistas m¨¢s ilustrados del Atl¨¦tico (Arda, Tiago y Koke). El madrile?o, al que de monaguillo solo le queda el rostro pecoso, necesita vuelo, que le enchufen con las luces largas. En eso no se distinguen Mario Su¨¢rez, Ra¨²l Garc¨ªa o Sa¨²l. La pirotecnia de su presentaci¨®n fue m¨¢s emotiva que su sosaina puesta de largo: ni un remate, ni una jugada con suspense. Le queda mucho por esponjar y no quedarse en un fulgurante cometa. Adem¨¢s, no encontrar¨¢ mejor chasis que su Atl¨¦tico, que este Atl¨¦tico que se maneja mejor sin bal¨®n que con ¨¦l.
Rebajada, la Copa lo mismo sirve para pulsar a Torres algo menos de una hora que para dar respiro a Cristiano, al que Carlo Ancelotti prefiri¨® reservar en un derbi copero ante un duelo sin aparente hueso como el programado el s¨¢bado ante el Espanyol. Ya es un h¨¢bito que los equipos se tuneen en este torneo. En el caso del portugu¨¦s hasta pudo tener un efecto psicol¨®gico, un gui?o hacia otros reservas con frac que se rebelan contra semejante ultraje, caso de Messi. Sospechosa coincidencia en apenas cuatro d¨ªas. La respuesta de un crack y otro dar¨¢ mucho palique, con ventaja para el luso.
Sobre el c¨¦sped solo discurri¨® un partido feote, sin bienaventuranzas. El Atl¨¦tico, a lo suyo, propuso un encuentro con f¨®rceps, con su idea de encapotar al Madrid con una trama de camisetas y cruzar los dedos por una contra con Torres o Griezmann que nunca lleg¨®. Mucho que rascar y poco que jugar, con una defensa de centuriones, con un regimiento de centrocampistas dispuestos al combate y sin Juanfran como ventilador por la derecha. El primer partido lo gan¨®, no encaj¨® como quer¨ªa y encontr¨® una jugada epis¨®dica, tras un meneo de Sergio Ramos a Ra¨²l Garc¨ªa. El navarro acert¨® con el penalti y, de inmediato, Simeone propuso el segundo partido, ya sin Torres, ya con Koke, Mandzukic y Arda. Un Atl¨¦tico m¨¢s definido, tan genuino que por en¨¦sima vez sac¨® petr¨®leo a bal¨®n parado. Esta vez con Gim¨¦nez, otro God¨ªn, otro de esos centrales colchoneros que deforestan el ¨¢rea en defensa y en ataque. De la aparente nader¨ªa, dos goles. Este Atl¨¦tico no necesita un certamen de f¨²tbol para imponerse.
Con su tonelaje, el equipo de Simeone logr¨® negar al Madrid, que ha dejado de piropear a la pelota, que ha perdido frescura. Su adversario le consinti¨® el gobierno del bal¨®n, pero le result¨® improductivo, con y sin Cristiano. De entrada, con cuatro medios y Bale cerca de Benzema, el Madrid consigui¨® domar el duelo pero le falt¨® chicha, lo que le sobra al Atl¨¦tico. Fue un equipo sin sustancia, atrofiado en muchas fases, con pocas migas ante Oblak, firme en todas sus intervenciones, por m¨¢s que el rival solo le exigiera el m¨¢ximo en un cabezazo prematuro de Ramos.
Est¨¢tico en ataque, el Madrid fue poco profundo, demasiado contemplativo y sin aire por la orilla de Arbeloa y Khedira. Con todo, ten¨ªa el partido por el pecho hasta que el gol de Ra¨²l Garc¨ªa le dej¨® a la intemperie, lo encaj¨® fatal y ya no emiti¨® se?ales, salvo una horrorosa patada de Arbeloa a Gabi. El desplome tras el tanto fue lo peor del Madrid, que se escurri¨® del todo. Ahora, le queda un asalto y habr¨¢ que medir c¨®mo anda de fuerzas. La cuesta de enero puede ser muy empinada. El Atl¨¦tico, mientras, rebosa optimismo, vivo en la Liga y en la Copa y con Torres como gancho.
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