El Granada presume de car¨¢cter
Con uno menos, los andaluces firman las mejores ocasiones ante un Athletic aturdido
Cuando se enfrentan en un campo de f¨²tbol el temblor y el miedo, la valent¨ªa es el ¨²nico recurso, porque el miedo a fallar es el mejor camino para cometer un fallo. Al Granada, le pesa el dorsal de colista como una losa, pero no tanto como para desdibujar su estilo, su gusto por la combinaci¨®n, su placer por sacar el bal¨®n jugado incluso cuando el atasco es monumental. Al Athletic le congela la sonrisa, es decir, el placer de jugar, su vida al borde del abismo.
A fin de cuentas, a ambos les separaban antes de jugar cinco puntos, que pod¨ªan abrir una sima o convertir la distancia en una rendija. De ah¨ª, los sudores fr¨ªos. El Athletic se los sec¨® con el pa?uelo del atrevimiento. Tir¨® a su defensa muy adelantada y presion¨® al Granada desde la salida del portero, mientras su rival se empecinaba en combinar en el af¨¢n de superar su propio nerviosismo con m¨¢s voluntad que acierto. Por eso el Athletic cogi¨® el partido por el cuello. Amparado por Laporte para resolver los problemas defensivos, Rico propon¨ªa m¨¢s coraje que juego y De Marcos sorprend¨ªa por el costado derecho llegando como un esp¨ªa. Los lanzaba Be?at, m¨¢s activo que preciso. Y las ocasiones se suced¨ªan. Primero por los errores del Granada (ahora Oier, manos de flan, ahora Lass, atrevido como un adolescente), luego por un pase magn¨ªfico de Laporte que malgast¨® De Marcos, o una falta sacada por Be?at que acab¨® en el poste tras mediar Mikel Rico, o un cabezazo de Aduriz mal medido.
Piti tuvo en su pie izquierdo el ¡®gol del cojo¡¯ tras regresar al campo con un tir¨®n
M¨¢s que estrategias y calidades imperaban los impulsos. Al Granada, desbordado en el centro del campo, le quedaban las salidas fulgurantes o el tacto de Piti. Est¨¢ticamente, el Granada funcionaba como una estatua, corriendo era otra cosa. Y Abel apost¨® por C¨®rdoba, cambiando la movilidad de Colunga por la profundidad del delantero colombiano. Pero todo cambi¨® con la expulsi¨®n de Ins¨²a, por una dura entrada a Susaeta con el pie en alto con casi media hora de por medio.
Las adversidades no se prev¨¦n, se convive con ellas. Y el Granada dud¨®. Resistir parec¨ªa la opci¨®n m¨¢s segura, porque la valent¨ªa cuando supera los l¨ªmites se convierte en osad¨ªa. M¨¢s a¨²n cuando a Piti le dio un tir¨®n tras un centro y volvi¨® al campo con la misi¨®n de estorbar. Y en su pie izquierdo estuvo el gol del cojo, ese que premia a los gladiadores heridos. El Athletic cerr¨® mal un centro de Ib¨¢?ez y Piti le empalm¨® a botepronto contra el poste. Con ventaja num¨¦rica, el Athletic fue mucho peor, menos da?ino, menos peligroso, m¨¢s amable. Fue encomiable el Granada. En inferioridad num¨¦rica firm¨® las cuatro ¨²ltimas ocasiones del partido. El Athletic ya hab¨ªa arrojado la toalla. Pura inoperancia.
Granada, 0-Athletic, 0
Granada: Oier; Nyom, Babin, Mainz, Ins¨²a, Rub¨¦n P¨¦rez, Fran Rico, Lass (Robert, m. 65), Piti, Candeias (Foulquier, m. 72) y Colunga (C¨®rdoba, m. 61). No utilizados: Roberto; Cala, Iturra, Javi M¨¢rquez e Ib¨¢?ez.
Athletic: Iraizoz; De Marcos, Gurpegui, Laporte, Balenziaga, San Jos¨¦, Mikel Rico, Susaeta (Williams, m. 79), Be?at (Aketxe, m. 65), Muniain y Aduriz. No utilizados: Herrer¨ªn; Aurtenetxe, Unai L¨®pez, Bustinza e Iraola.
?rbitro: Clos G¨®mez. Expuls¨® a Insua (m. 68). Amonest¨® a Lass, Muniain, Gurpegui, Fran Rico y Aketxe.
Unos 20.000 espectadores en el estadio de Los C¨¢rmenes.
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