Muguruza pide paso
La n¨²mero 24 gana 6-7, 6-3 y 6-3 a Su¨¢rez, la n¨²mero 13, y jugar¨¢ por la final con Pliskova
Tras 2h 19m de partido, Garbi?e Muguruza elimin¨® a Carla Su¨¢rez y se clasific¨® 6-7, 6-3 y 6-3 para las semifinales del torneo de Dub¨¢i, donde le espera la checa Pliskova (1-0 en el cara a cara para la espa?ola). La n¨²mero 24, de 21 a?os, consigui¨® remontar frente a la n¨²mero 13, de 26, un encuentro lleno de aristas, tan competido como con lagunas en el juego. Hubo un total de once breaks, cinco solo en la manga decisiva. Sumaron m¨¢s de 60 errores no forzados. Se jug¨® con tanta pasi¨®n como tensi¨®n, sin pausa, al l¨ªmite. Fue el primer encuentro entre las dos amigas, que luego se marcharon a jugar juntas un dobles, y el tributo fue grande: Muguruza llega a las semifinales tras un desgaste f¨ªsico y emocional may¨²sculo.
El partido exigi¨® hasta el l¨ªmite a las dos contrarias. Las dos rivales se exprimieron f¨ªsica, mental y t¨¦cnicamente. La canaria fue quien pag¨® antes el esfuerzo. Conquistada la primera manga tras pasar tremendas penurias (debi¨® superar tres bolas de set en contra), la n¨²mero 13 mundial no tuvo fuerzas para hacer lo que tocaba: plantear un inicio de segundo set a cara de perro; acelerar y mandarle a Muguruza el mensaje de que como m¨ªnimo tendr¨ªa que llegar hasta a otro desempate para nivelar el encuentro. Bien al contrario, la canaria se desconect¨® (¡°Estoy cansada¡±, le hab¨ªa advertido a Marc Casab¨®, su t¨¦cnico), cedi¨® break de entrada y se vio dominada por el juego de la hispanovenezolana.
La n¨²mero 24 pen¨® cuando le toc¨® golpear en carrera, movida de sus posiciones de confort por los ¨¢ngulos abiertos por su contraria. Con los pies bien plantados sobre el cemento, el guion del pulso lo escribieron sus ca?onazos. Sus aciertos y sus errores marcaron el encuentro mucho m¨¢s que la inteligencia t¨¢ctica de su contraria. Su¨¢rez intent¨® abrochar los peloteos con la derecha, meti¨¦ndole nervio a la mano y revoluciones a la pelota. Muguruza atac¨® con el rev¨¦s y, de nuevo, se enred¨® en la media pista, donde se le atragant¨® cada volea. Si hay un defecto evidente en su juego, es ese: incluso subiendo con todo a favor, tiembla.
Del cruce de las virtudes y los defectos de las dos cuartofinalistas, que nunca se hab¨ªan enfrentado, result¨® un encuentro indomable, en el que ninguna consigui¨® coger el tim¨®n el suficiente tiempo como para marcar el curso del duelo. As¨ª, Muguruza tuvo las primeras bolas de break, y sin embargo en seguida se vio 1-4 abajo. De la misma forma, Su¨¢rez vio c¨®mo desaparec¨ªa esa ventaja y ten¨ªa que enfrentarse a tres bolas de set en contra. Pasada la tregua de la segunda manga, las escaramuzas volvieron en la tercera, y con ellas los vaivenes. Muguruza se puso 3-1 por delante. Su¨¢rez recuper¨® inmediatamente la rotura (3-2). Rompi¨® inmediatamente en blanco (4-2) la n¨²mero 24, y con la misma velocidad celebr¨® la n¨²mero 13 que le hab¨ªa dado caza (4-3), para lamentar un break de nuevo (5-3). La locura.
Muguruza jugar¨¢ las semifinales: pese a las sombras de su capacidad resolutiva en la red y de sus dobles faltas (siete), su caudal de juego le permite so?ar con ganar a cualquiera. A Su¨¢rez, que el domingo no se hab¨ªa presentado a la final de Amberes por una tort¨ªcolis, le falta todav¨ªa fe en su resistencia f¨ªsica para exprimir al ciento por ciento su bello tenis, rebosante de inteligencia estrat¨¦gica para rematar con el drive lo que construye con el rev¨¦s. La canaria se marcha de Dub¨¢i m¨¢s cerca del top-10. Por el t¨ªtulo, sin embargo, sigue luchando Muguruza.
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