El calvario de Diego Costa

Una pelota larga, una carrera y la mano a la parte posterior del muslo, aunque esta vez, a diferencia de otras veces, de la pierna izquierda. La lesi¨®n en el tend¨®n de la corva que le impidi¨® acudir a la ¨²ltima cita de la selecci¨®n se le reprodujo porque Jos¨¦ Mourinho, con el marcador empatado ante el Stoke (1-1) decidi¨® arriesgar. Costa dur¨® diez minutos en el campo.

Esa secuencia de correr a por un bal¨®n en profundidad se repiti¨® con frecuencia el curso pasado desde que se lesion¨® en abril en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones. Desde entonces, inici¨® una carrera por recuperarse que le permitiera disputar el tramo en el que el Atl¨¦tico se jug¨® la Liga, la final de la Champions y el Mundial. Lo intent¨® incluso con m¨¦todos cercanos a la curander¨ªa cuando viaj¨® a Belgrado para ser tratado con placenta de yegua.

Costa fue alineado por Simeone en la final de la Champions, pero ya en el calentamiento se resinti¨®, pese a que el d¨ªa anterior hab¨ªa esprintado bien durante el entrenamiento. Mourinho tambi¨¦n se fio de lo que hab¨ªa visto en las pr¨¢cticas durante la semana.

Cuando era duda para la Champions por la microrrotura en el b¨ªceps femoral de su pierna derecha, algunos m¨¦dicos hicieron hincapi¨¦ en que era imposible determinar cu¨¢nto pod¨ªa aguantar, si una carrera o diez. Tambi¨¦n apuntaban, que pese a sus condiciones f¨ªsicas innatas, su musculatura hab¨ªa empezado a trabajarse para la alta competici¨®n demasiado tarde, casi a los 18 a?os. Ahora est¨¢ de dos o tres semanas de baja y despu¨¦s tendr¨¢ que comprobar de nuevo la resistencia de sus fibras.