El mejor f¨²tbol del Barcelona regresa al Camp Nou ante el PSG
El cuadro azulgrana remata al Paris Saint Germain y se mete en las semifinales con una exhibici¨®n de juego liderada por Iniesta y coronada con dos goles de Neymar
A la mayor¨ªa de equipos no les gusta jugar un partido que quisieran acabado antes de comenzar. Nada ten¨ªa que ganar el Bar?a y nada ten¨ªa que perder el PSG. No era f¨¢cil tomarle el pulso a la noche y hab¨ªa un cierto riesgo en cada una de las decisiones que pod¨ªa tomar un entrenador volc¨¢nico como Luis Enrique. El t¨¦cnico actu¨®, sin embargo, como si no hubiera disputado la ida, ni su equipo llevara dos goles de ventaja, ni tampoco tuvo en cuenta que el s¨¢bado, en Cornell¨¤, aguarda el Espanyol en la Liga. No quiso especular ni gestionar nada sino que dispuso la alineaci¨®n titular, sin ninguna concesi¨®n, la mejor manera de ganar el partido y de firmar la clasificaci¨®n para las semifinales de la Champions. Mand¨® jugar el entrenador y firm¨® una exhibici¨®n el Barcelona.
Barcelona, 2-PSG, 0
Barcelona: Ter Stegen; Alves, Piqu¨¦, Mascherano, Alba; Busquets (Sergi Roberto, m. 54), Rakitic, Iniesta (Xavi, m. 46); Su¨¢rez (Pedro, m. 75), Messi y Neymar. No utilizados: Bravo; Bartra, Adriano y Rafinha.
PSG: Sirigu; Van Der Wiel, Marquinhos, David Luiz, Maxwell; Verratti, Cabaye (Lucas, m. 65), Matuidi (Rabiot, m. 79); Cavani (Lavezzi, m. 79), Ibrahimovic y Pastore. No utilizados: Douchez; Camara y Digne.
Goles: 1-0. M. 13. Neymar, tras una jugada individual de Iniesta. 2-0. M. 34. Neymar, a centro de Alves.
?rbitro: Svein Oddva Moen (Nor.). Mostr¨® la tarjeta amarilla a David Luiz.
84.477 espectadores en el Camp Nou
Apareci¨® un equipo azulgrana sereno en la conducci¨®n, febril en la presi¨®n, vertical en la transici¨®n y tan selectivo como resolutivo en el ¨¢rea de Sirigu. La afirmaci¨®n azulgrana no encontr¨® respuesta en el PSG, acomodado en un 4-4-2, con Pastore en la punta del rombo, igual de cobarde que en Par¨ªs. Ni el refuerzo de Verratti e Ibrahimovic, dos futbolistas universales, mejor¨® la puesta en escena del equipo de Blanc. David Luiz ya hab¨ªa tomado una tarjeta y pasada la media hora ya se hab¨ªan cantado dos goles de Neymar en el Camp Nou. El Bar?a dominaba el tempo del partido, inteligente en su lectura, excelso en el dominio del ritmo: lento-r¨¢pido-r¨¢pido-lento. No hab¨ªa ni rastro del Paris Saint Germain.
Hubo muchas jugadas, y muy buenas, solo una excepcional, la que protagoniz¨® Iniesta. El manchego acudi¨® a su campo, se ofreci¨® despu¨¦s de un mal control de Mascherano, tom¨® la pelota de espaldas, se dio media vuelta y elimin¨® a tres defensores del PSG, incluido Verratti, en su carrera por la cancha hasta que asisti¨® a Neymar, veloz en el desmarque, h¨¢bil en el momento de sortear al portero, buen definidor: 1-0. El control, la conducci¨®n, los cambios de ritmo y de cintura y la manera en que dividi¨® la jugada provocaron la admiraci¨®n del Camp Nou hacia Iniesta. El volante cimbre¨® como un gimnasta por la pista de esqu¨ª del PSG: elegante, suave y preciso, admirable a c¨¢mara lenta y a la m¨¢xima velocidad, f¨¢cil de identificar, imposible de detener para el PSG.
Luis Enrique actu¨® sin ninguna concesi¨®n, como si no aguardara el derbi en Cornell¨¤
Neymar repiti¨® poco despu¨¦s cuando cabece¨® de manera picada un centro de Alves. El brasile?o ha sido un martillo para Sirigu: cinco goles en cuatro partidos, en Barcelona y en Par¨ªs. El 11 fue el punto final de un equipo tan coral y solidario que hasta Messi pareci¨® un futbolista m¨¢s del Bar?a. As¨ª de arm¨®nico y fino estuvo durante mucho rato el Barcelona.
El f¨²tbol fue tan caudaloso que la hinchada entendi¨® que Luis Enrique reservara a Iniesta y a Sergio Busquets antes de que se cumpliera la hora de partido, cuando el PSG ni defend¨ªa ni atacaba, ni estaba ni se le esperaba, acaso recriminado por su dureza, la ¨²nica manera de combatir el aseado juego de los muchachos de Luis Enrique.
Los franceses se vencieron al inicio ante la sincronizada y demoledora presi¨®n azulgrana y despu¨¦s cuando se tranquiliz¨® la contienda, momentos de cadencia en que por fin se pudo ver al Barcelona descansar con la pelota, manejar el choque con una superioridad tremenda, haciendo f¨¢cil lo dif¨ªcil, admirados por el Camp Nou. Nadie repar¨® en Ibrahimovic, como si fuera un don nadie en un club de ricos, sin pasi¨®n ni f¨²tbol, mal defensivamente y con muy pocas llegadas ante Ter Stegen. El portero solo fue exigido precisamente en un tiro duro desde fuera del ¨¢rea de Ibra. No acert¨® Blanc con la alineaci¨®n ni con los cambios, como si le sobrara el encuentro de vuelta, derrotado desde el 1-3 del Parque de los Pr¨ªncipes.
Ni con Verrati e Ibrahimovic mejor¨® la puesta en escena del equipo de Blanc
El m¨¦rito del Barcelona estuvo precisamente en dar vida a un partido que se supon¨ªa muerto si no era por intervenci¨®n del PSG. Y fue justamente en una noche que parec¨ªa intrascendente cuando apareci¨® un equipo azulgrana elegante y consistente, s¨®lido y art¨ªstico, muy atento y concentrado, rico futbol¨ªsticamente, muy a gusto en la Champions. Admirable cuando los once futbolistas participaron de la misma idea de f¨²tbol y fueron a por el partido y la victoria en la primera parte y compacto en el segundo tiempo en el control del arco de Ter Stegen. Reconocibles con y sin bal¨®n, los azulgrana ni se relajaron ni sufrieron sino que se divirtieron ante el PSG. La mejor manera de saborear su 11? semifinal de la Copa de Europa.
Habr¨¢ que contar con el Bar?a de Luis Enrique en la Champions.
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